Un trabajador manda un email explosivo en su último día y la empresa le demanda: "No os echaré de menos"
Se lo envió a más de un centenar de personas.

Un trabajador de 45 años, tras más de siete años en una empresa de tecnología agrícola, decidió despedirse enviando un correo electrónico que dejó a toda la plantilla boquiabierta. Fue un gesto final que nadie esperaba recibir en una despedida aparentemente rutinaria.
El mensaje, cargado de reproches y frustración acumulada, llevó a la empresa a denunciarlo por difamación. Sin embargo, el juez ha dictaminado que no hubo delito ya que era una simple crítica.
El incidente tuvo lugar en mayo de 2021, pero el juicio se resolvió ahora, en noviembre de 2025, en Ferrara (Italia). El empleado, cansado de lo que definió como años de malestar laboral, envió un email titulado “Saludos” a más de un centenar de personas entre los que se encontraban directivos, empleados y colaboradores.
“No lo echaré de menos”
En el mensaje, que ha sido publicado por un medio local, relataba sin filtros su experiencia: "Tras siete años y medio, mi aventura por fin ha terminado. Digo por fin porque me costó aceptar incluso la primera renovación de contrato… Desde luego, no la echaré de menos".
Aprovechó la ocasión y denunció dificultades constantes para conseguir herramientas y taquillas con llave. Criticó que se pidiera al personal recortar gastos mientras la empresa invertía en marquesinas, zonas de ocio y aparcamientos automáticos.
También, señaló que muchos compañeros eran “mantenidos en la ignorancia sin motivo”. Cerró con un mensaje para los trabajadores: "Les recuerdo a quienes, como yo, están cansados que la única manera de encontrar algo nuevo es buscar y no rendirse". El correo, directo, sarcástico y lleno de resentimiento, cayó como una bomba en la dirección, que lo calificó de ofensivo y dañino para la imagen corporativa.
A los tribunales
Convencidos de que el texto perjudicaba la reputación de la compañía, los dueños denunciaron al exempleado por difamación. El caso llegó a juicio, donde se analizaron los contenidos del correo y el contexto laboral.
La defensa del trabajador alegó que el correo era una crítica personal, basada en experiencias reales, y que no contenía insultos ni falsedades. Tan solo un testimonio duro sobre su paso por la empresa.
El tribunal dio finalmente la razón al trabajador y ordenó su absolución. En la sentencia, el juez concluye que el correo, aunque duro y molesto para la empresa, no constituía un delito, ya que la crítica hacia el entorno laboral entra dentro de la libertad de expresión.
