Julia Otero, entre risas, deja meridianamente clara su opinión sobre el 'Mi limón, mi limonero' de Feijóo
"Hay gente dándole vueltas por ahí al mensaje", ha asegurado la periodista.

Ver a Alberto Núñez Feijóo, cantando Mi limón, mi limonero de Henry Stephen es algo difícil de olvidar. La escena que el líder del PP compartió en Instagram se ha convertido en uno de los temas de la semana, sobre todo por el mensaje que lo acompañaba: "Mi limón, mi limonero. Me gusta la fruta".
El dirigente popular hizo clara referencia al 'Me gusta la fruta' que su colega- quién sabe si algún día rival-, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, popularizó tras llamar "hijo de puta" al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Desde Génova, Cuca Gamarra se sacó un as de la manga y usó el comodín de que 'ya no se puede decir nada'. "Si en España ya no vamos a poder cantar Mi limón, mi limonero ni ninguna canción que tenga alguna referencia a alguna fruta, pues evidentemente creo que tenemos un problema y hay que contextualizar las cosas en su justa medida y en su contexto", aseguró.
Pero días después de que Feijóo diera el cante- con la mayor caída del PP en una encuesta del CIS en lo que va de legislatura-, la periodista Julia Otero ha aclarado, entre risas, qué le parece la comentada escena.
"Menuda semanita. La semanita estamos terminando ha sido fina, eh. Nadie podía imaginar cuando nos despedimos la semana pasada que una canción de 1968 iba a sonar por todos lados. Mi limón, mi limonero, entero me gusta más. Un inglés dijo yeh yeh. Y un francés dijo: 'oh la lá'. Hay gente dándole vueltas por ahí al mensaje", ha señalado este sábado.
Julia Otero ha reconocido que "en realidad es muy primario". "Venía bien para añadir 'me gusta la fruta'. O sea, una delicatessen intelectual", ha justificado, antes de hacer un repaso a la semana. "Una semana que seguirá siendo de 40 horas de curro, como se decidió en 1983. Media hora menos al día de jornada laboral provocaría un seísmo económico, la ruina, el paro, una plaga de langostas y dos huevos duros, que diría Groucho Marx", ha ironizado.
"Pasar entonces de 44 a 40 horas semanales produjo, en los de siempre, argumentos idénticos a los de esta semana. Abascal, Feijóo y Puigdemont cada día más sincronizados", ha sentenciado.
