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Alberto Ginés: "Reivindicar lo de Gaza o los derechos LGTBI no me parece política, me parece reivindicar algo lógico y humanitario"

Alberto Ginés: "Reivindicar lo de Gaza o los derechos LGTBI no me parece política, me parece reivindicar algo lógico y humanitario"

Entrevista al escalador cacereño en la que repasa un 2025 en el que ha ganando la Copa del Mundo sin bajarse del podio en las seis pruebas y ha acabado cuarto en el Mundial. Todo con Los Ángeles 2028 en el punto de mira.

Alberto Ginés, posando
  Alberto Ginés, posandoPAU ALONSO

La carta de presentación a nivel mediático de Alberto Ginés (Cáceres, 2002) fue, nada más y nada menos, que la de un oro olímpico. Sin paños calientes ni términos medios. El 5 de agosto del 2021, este escalador extremeño se llevó con tan solo 18 años el oro en los Juegos de Tokio en escalada deportiva, un deporte que se estrenaba en una cita olímpica ese año. 

Desde entonces ha tenido que convivir con la presión que le llevaba incorporado ese extraordinario y precoz resultado. Tras una olimpiada pobre de resultados que cerró en París con un séptimo puesto después de convivir con lesiones, el cacereño le ha dado un giro de 180º a su situación y ha concluido un 2025 muy regular en cuanto a resultados. 

En las seis pruebas de las Copas del Mundo no se ha bajado del podio (tres medallas de plata en Chamonix, Alcobendas, Koper y tres de bronce en Wujiang, Bali e Innsbruck) llevándose la general final, aunque sí que ha sufrido la decepción del Mundial de Corea del Sur, que se celebró como fin de temporada en septiembre y en el que terminó cuarto dejándole esa amargura final. 

Ginés repasa con El HuffPost la temporada y lo que supone de cara al gran objetivo que tiene en el horizonte: lograr una medalla en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 2028, en los que dificultad, su prueba fetiche, por primera vez estará sola y no en una combinada con bloques como en París. 

¿Cómo te encuentras tras esta exitosa temporada?

Bien, muy bien. He estado de vacaciones con mi pareja, que me vino a competir al Mundial en Corea y ya estuvimos por allí aprovechando, pero desde que volví he empezado a entrenar ya en roca, poniéndome en forma y haciendo este trabajo de entre temporadas.

¿Estás contento con el año o se te ha quedado la espinita de no conseguir medalla en el Mundial?

Estoy satisfecho por una parte, pero sí que se me queda esa espinita de no subir al podio en el Mundial. La Copa del Mundo fue bien, creo que lo único me podría exigir a mí mismo es haber ganado alguna prueba, que sería sacarle punta porque el objetivo inicial era ganar la Copa y la gané, pero sí que es verdad que el otro objetivo, el de conseguir una medalla en el Mundial, no lo he conseguido, así que ahora solo quiero volver a intentarlo.

¿Si los campeonatos hubieran sido de al revés, primero la decepción del Mundial y acabando con el logro de la Copa del Mundo, te habría dejado mejor sabor de boca?

Siempre tendría algo de fastidio porque al final no habría conseguido el objetivo. El Mundial, en orden de importancia, quizá sea más importante que la Copa porque al final es una competición y es lo más parecido a los Juegos Olímpicos, al jugártelo en un día. En la Copa tienes seis pruebas y puedes tener un bajón o puedes tener una mejor que otra, pero el Mundial es ese día y si eso no te sale, no te sale. Además, también es más difícil de conseguir porque hasta 2027 ya no puedo volver a intentarlo.

Tras un año sin bajarte del podio en todas tus pruebas, ¿qué te faltó ahí en Corea?

Se puede ver de muchas formas. Lo primero es mi forma de escalar, ya que evidentemente empeoré muchísimo de las clasificatorias a luego las semifinales y la final, mi nivel bajó. Es imposible perder la forma en tres días y seguramente sea un tema más psicológico. También tuve fallos estratégicos a la hora de escalar y estamos ya trabajando para que todo eso no nos vuelva a pasar.

¿A nivel mental, el hecho que sea un deporte individual lo convierte en una especialidad más difícil a la hora de manejar la presión que un deporte de equipo donde te puede salvar de un mal día un compañero?

Es verdad que a la hora de competir lo que consigas es gracias a ti, pero hay detrás un equipo con un nutricionista, psicólogo, fisio y el resto de componentes. Supongo que también me habrá ido pesando verme que en la Copa durante el año podía ganar todas las pruebas, pero que al final no he ganado ninguna. Ha habido varias que he estado muy cerca de poder ganarlas o que, incluso no sé si está bien o mal dicho, pero que las he perdido yo en el sentido de que las tenía que haber ganado por nivel y no las he ganado, quizá un poco parecido a lo que me pasó en el Mundial.

Hablando con algunos amigos me han comentado eso, que el Mundial lo perdí yo por el nivel mostrado en las clasificatorias y durante todo el periodo de la temporada, pero que cuando tuve que rendir no fui capaz. Quizás fue un poco la presión o el no saber gestionar esas fases mentales y si quiero ser un muy buen deportista eso lo tengo que mejorar.

¿El haber ganado un oro olímpico con 18 años te pone mucha más autopresión de la que igual deberías?

No tiene nada que ver con cómo estar mentalmente bien en el tema de salud, pero sí que hace que igual no puedas gestionar como quisieras todo lo que va a llevar la competición y el tener buenos resultados. Es como que llegas al Mundial después de un muy buen año y de repente la primera vía la hago horriblemente mal, casi como que no sabía escalar solo por la presión de decir 'estoy en la competición y si lo vuelvo a hacer todo bien es muy posible que la gane'. Son problemas del primer mundo de hacer bien las cosas y tener que seguir rindiendo bien.

Por un lado sí que es una mierda, pero creo que son las señales de que estamos haciendo las cosas bien y que el fruto está saliendo. Si la presión es que tengo que hacer las cosas bien porque puedo ganar es algo bueno, tengo que aprender a gestionarlo lo mejor posible y ojalá que la temporada que viene lo sepa hacerlo mejor y no me pase factura.

Alberto Ginés, entrenando en el rocódromo
Alberto Ginés, entrenando en el rocódromoMarc Camprubí / LYMBUS

Tu caso es un poco como el de Adriana Cerezo, que consiguió también una medalla en Tokio siendo casi una niña y luego tuvo la decepción de París, ¿cómo lo viviste?

Tokio ya queda muy lejos, han pasado cuatro años y en la vida del deportista eso es muchísimo tiempo, parece mucho más. París fue complicado porque llegué lesionado, estuve toda la temporada lesionado y tenía que competir con una infiltración en el pie porque si no no podía escalar. Eso evidentemente me trastocó todo el entrenamiento y en marzo estábamos pensando si tirar la toalla o no.

Viajamos a las primeras Copas del Mundo y me tuve que volver porque me dolía tanto el pie que no podía escalar. Si nos remontamos a ese principio de temporada clasificarnos y haber estado en la final, con lo que habíamos podido entrenar, con los planes que habíamos tenido que hacer porque de repente no podía entrenar bloques sin echarme anestesia, con todo eso más no me podía exigir. Acabé satisfecho porque no podía dar más. Estar en esa final era lo máximo, no es una excusa, pero sí que era esa situación. Al final nuestro deporte y pruebas como estas tienes que hacerlo lo mejor posible el día que te toca y si estás enfermo o tocado o tienes que competir con anestesia es lo que hay.

¿Hace un año y con todo lo que me cuentas habrías firmado acabar 2025 así?

Imagino que te hubiese dicho que sí, pero haciendo podio en el campeonato del Mundo, es el objetivo que teníamos marcado. Queríamos ganar la Copa del Mundo y hacer ese podio, el primero lo hemos conseguido, pero el segundo se me escapó por muy poco. Me cuesta está satisfecho porque si sé que hubiera dado mi 100% y que mi nivel no daba para más pues habría estado bien, que es un poco lo que me pasó en París. Si hubiera dado el 100%, quedo en ese cuarto y no soy medalla porque el nivel no me da pues ya está, es lo que hay y no puedo estar triste por esto, pero no puedo estar satisfecho con ese resultado. Puedo estar contento del trabajo de la temporada, pero no con ese resultado en concreto, eso lo ensucia un poco todo.

Este es tu primer ciclo olímpico de cuatro años y además te separan por fin dificultad del resto de pruebas, que al final es tu especialidad, ¿cambia mucho enfocar una olimpiada de cuatro años respecto a esa extraña de tres que fue de Tokio a París?

No, siempre he dicho que es mejor preparar una especialidad en vez de dos y ahora puedo dedicarme a preparar la que a mí me gusta y se me da mejor. Es el único cambio, lo demás es que ahora tenemos un año más para saber si estamos trabajando bien o no. En el ciclo de Tokio-Paris el año que viene ya sería clasificatorio, lo que podría ser bueno porque ha sido una temporada muy buena y el nivel está ahí, estamos haciendo las cosas muy bien y si seguimos así lo normal es que me clasifique, eso da tranquilidad. Ahora quedan dos años para que pase eso y hay que seguir trabajando en la línea que lo estamos haciendo, creo que tenemos más tiempo para mejorar, ver si hay cosas que cambiar y poder implementar esos cambios. Creo que son todos puntos positivos.

¿Vas a por el oro?

Ojalá, pero hay que ir paso a paso.

Si yo ahora te digo que eres plata seguro, ¿la cogerías?

(Se ríe) Depende de la situación. Si llego con la forma y tras una temporada como esta la firmaría en el sentido de ojalá ganar otra medalla olímpica, que es un sueño y sea del color que sea, pero si mi nivel está para ganar no me conformo con una plata. Queda mucho, ni siquiera estoy clasificado y si al final pasa todo ya podremos hablar del oro, plata o bronce. Puede pasar que el año de los Juegos pueda tener una lesión y vaya porque estoy clasificado de antes, pero sin un nivel correcto y en ese contexto ojalá una plata, pero si estoy al 100% y todo va como esta temporada claro que quiero el oro. 

Es muy difícil decirlo ahora, pero desde la noche que terminé de competir en París ya estamos hablando de Los Ángeles, el recorrido que queríamos hacer y que esa era la última parada de este ciclo.

¿En qué ha cambiado Alberto Ginés desde tu salto a la fama en 2021 en Tokio?

He cambiado mucho como persona, creo que es lógico. He dejado de ser un chaval y soy un poco más adulto, o eso me quiero considerar. Vivo con mi pareja tras dos años viviendo solo y creo que como persona he crecido bastante, y como deportista también. En 2022 fue una temporada bastante mala y me hizo madurar como deportista y crecer y a raíz de eso también madurar como persona y en parte esta temporada es cosa de este proceso. He estado arriba, siempre he estado en el top3 y mi peor resultado ha sido ese cuarto y creo que es lo lógico. En cuatro años una persona madura, cambia y son cosas de la vida.

¿Has aprendido a gestionar éxitos y derrotas?

Sí, 2022 y 2023 fueron dos años de transición para aprender a gestionar un poco todo, saber llevar la presión y los cambios que hubo en mi vida. Me costó mucho y supongo que si no hubiese pasado por eso ahora no sería el deportista y la persona que soy, sé que es por eso. A veces echo la vista atrás y veo que hubo días que no entrenaba al 100% o que hacía cosas que me afectaban en mi rendimiento, en ese momento yo no lo veía, pero ahora sí.

Alberto Ginés, en otro momento de su entrenamiento
  Alberto Ginés, en otro momento de su entrenamientoMarc Camprubí / LYMBUS

¿Tú eres de automotivarte y decirte que eres el mejor y que tienes que serlo?

No, para mí tener que decirme todo el rato y en cada entrenamiento que soy el mejor es una presión porque digo ‘joder, si soy el mejor tengo que ganar’ y eso quizá sea una presión añadida. Igual a otras personas eso les hace crecerse, pero yo no soy mucho de hacer eso. Prefiero ir a entrenar y con las expectativas más bajas y que luego pase lo que tenga que pasar, soy de llevar un perfil más bajo. Quizá en dos años te digo que era lo que me faltaba, pero ahora lo veo y me veo así.

¿Y tienes algún ritual?

No, intento no tenerlos porque sé que cuantas más cosas dependes es más probable que salga algo mal. Si tengo que dar 20 pasos y ese día justo doy 19 y me interrumpen ya puedes estar condicionado. Intento no tener ninguno, solo ejercicios de concentración y respiración.

En Tokio ganaste el oro en la competición y casi también en X (Twitter), he estado mirando y he visto que no tuiteas desde junio del 2023, ¿a qué se debe?

Me lo quité, no me aportaba nada bueno y era como una obsesión. En esa época creo que me vino muy bien las redes sociales y en especial Twitter para que la gente me conociese y viera que soy un chaval normal, pero luego como que tenía la exigencia de seguir petándolo ahí porque era la única forma de tener un altavoz y eso era algo innecesario, absurdo y una autoexigencia y un agobio constante. Además, todas las redes sociales son malas, pero Twitter es literalmente una mierda y un ecosistema muy malo, así que me borré la aplicación y nunca me la volví a instalar.

¿Hubo algún comentario o debate que fue la gota que colmó el vaso?

Es verdad que poco antes escribí algo relacionado con los Trastornos de Conductas de Alimentación y hubo algún comentario que me decía algo como que era un deportista y que me pusiera a rendir y me dejara de tonterías o algo así. Ahí dije que cómo se puede ser tan desgraciado para poner algo así cuando se está hablando de algo tan grave como un problema de alimentación y poco después ya me borré la aplicación.

Alberto Ginés, antes de competir en una prueba de la Copa del Mundo.
Alberto Ginés, antes de competir en una prueba de la Copa del Mundo.Getty Images

¿En ese momento se comió un poco el personaje tuitero de Lilcabesa a Alberto Ginés?

No, conocí a gente guay, he hecho amigos y me ha dado ese altavoz y oportunidades muy guays, pero cuando más usaba Twitter era antes de Tokio, que decía tonterías para los cuatro amigos que me seguían. La cosa es que ya no puedes pretender hacer lo mismo cuando te siguen más de 100.000 personas. Era como un poco absurdo, pero no creo que nunca en ningún momento se me comiera el personaje porque al final era yo, aunque sí que es verdad que estar tan expuesto y no poder decir lo que quieras porque alguien se va a ofender, te va a insultar, eso es una mierda.

Si pudiera me borraría las redes sociales, pero como necesito Instagram para mi trabajo lo tengo por eso, pero no es algo que disfrute el contar mi vida y tener una vida digital activa.

También se comentó mucho que eras de los pocos deportistas que hablabas de la actualidad y de asuntos políticos sin ningún problema, ¿sigues haciéndolo?

Creo que nunca he hablado de política en ese sentido. Es lo que dijo recientemente Borja Iglesias y creo que en mi caso es un poco más de lo mismo, yo nunca hablo de política, de si voto a la izquierda o a la derecha o de qué político me gusta o de qué político no me gusta. Siempre hablo de temas sociales que independientemente de para el lado que vayas son temas de actualidad, como lo de Gaza. Reivindicar eso o los derechos LGTBI no me parece política, me parece reivindicar algo lógico y humanitario. Claro que tengo mis ideales políticos y me gusta estar informado sobre la actualidad para saber en qué mundo vivo y si puedo hacer algo votando a X o a Y, pues bien. 

Yo tengo mi opinión, pero no creo que aporte nada hablando de eso y sí, aprovechando mi altavoz, hablando de temas sociales. Me parece lo lógico, tampoco he terminado de entender que por ser deportistas no podamos hablar de algunas cosas, somos personas iguales que el resto y es un poco absurdo.

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Soy redactor de Virales en El HuffPost, desde donde te contamos la actualidad de una forma muy diferente.

 

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El mundo informativo en el que más cómodo me siento escribiendo es el del deporte, especialmente todo aquello que tiene que ver con el polideportivo: baloncesto, atletismo, natación, escalada, taekwondo, etc. También hablo de naturaleza, ciencia y me encargo de hacer reportajes para dar contexto a los protagonistas de esas publicaciones anónimas que ves en redes sociales y de los que no sabes nada más. Además, en mi día a día busco momentos destacados en televisión o redes sociales que puedan ser interesantes para el lector bajo un enfoque Huff.

 

Mi trayectoria

Nací en Barbastro (Huesca) en 1995 y en 2013 emigré a Madrid para estudiar periodismo en la Universidad Complutense de Madrid (UCM), ya que desde pequeño he crecido escuchando la radio y con el objetivo de dedicarme a este mundillo. Aprendí primero en El Heraldo de Aragón y después en la Cadena Ser hasta que en 2019 me saqué un máster en Periodismo de investigación, datos y visualización en la UNIR y entré en El HuffPost. Desde entonces, he crecido de la mano de este medio.

 


 

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