Envían 30 millones de parásitos para salvar a los jardineros de las babosas y se desata un buen lío en el aeropuerto
Temen que sea peor el remedio que la enfermedad.

Estonia, Finlandia, Dinamarca... Son varios los países europeos que han dado la voz de alarma en las últimas semanas por la aparición de una especie con nombre que evoca a España y es considerada como una especie invasora. Lleva el nombre científico de Arion vulgaris, lo que en España se conoce como una babosa común, pero en buena parte de todo el mundo se designa popularmente como la 'babosa española'.
Esta es una de las cien especies invasoras catalogadas en el marco del proyecto europeo DAISIE. Y en su lucha contra ella, los países europeos han comenzado a desarrollar sus propias estrategias, aunque la última que se ha intentado implementar ha terminado generando más preocupación que alivio.
El Departamento de Aduanas e Impuestos de Estonia interceptó en el aeropuerto de Tallin un cargamento con hasta 30 millones de parásitos microscópicos traídos para combatir a la babosa española. Sin embargo, han saltado las alarmas ante el temor de que sea peor el remedio que la enfermedad, según ha informado el medio Lrytas.
Se esperaba que los párasitos, de nombre Phasmarhabditis californica, se convirtieran en aliados de los jardineros, pero ahora las autoridades del país están preocupadas porque estos organismos se conviertan también en una amenaza para las especies locales.
El subdirector del Centro de Investigación de la Naturaleza del Instituto Estatal de Investigación de Lituania, Zigmantas Gudžinskas, confirmó al mismo medio que la introducción de cualquier organismo exótico representa una amenaza significativa para la biodiversidad y que las medidas de control biológico contra organismos invasores o plagas a menudo causan más daño que bien.
Mientras, la babosa denominada española sigue causando estratos en los huertos y jardines de gran parte de Europa. Aunque cabe señalar que los expertos consideran que este tipo de molusco gasterópodo es natural de España y de Francia, curiosamente, ese estatus de especie invasora está en duda por estudios genéticos que apuntan a que podría ser natural de todo el territorio centroeuropeo. Lo que no está en duda es su capacidad destructiva en el ámbito de la horticultura.
