Una plataforma de mujeres argentinas cumple un año tratando de borrar el acoso verbal
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Una plataforma de mujeres argentinas cumple un año tratando de borrar el acoso verbal

Más allá de la carga de paternalismo y superioridad masculina que arrastran la mayoría de ellos, hay piropos que, directamente, son metralla verbal, pura agresión que cala en quien los recibe y les hace daño. Causan indignación, humillación, vergüenza.

En Argentina, el colectivo Acción Respeto ha dicho "basta" y se ha organizado para denunciar el "acoso callejero" y acaba de cumplir un año de pelea. Para conmemorarlo, ha editado un vídeo en el que se recogen algunos de los ejemplos que han detectado en los medios de su país.

En su página de Facebook, como en su cuenta de Twitter, acumulan cientos de mensajes con estos micromachismos, y no pocos rebosan esa definición. Por eso la explicación de lo que pretenden denunciar casi sobra:

"Imaginate escucharlo, todos los días cada vez que salís a la calle. Esa es la realidad de muchísimas mujeres en su vida diaria, cuando van al trabajo, cuando caminan por la calle, cuando viajan en subte. Desde edades tan tempranas como los 10 años, todas las mujeres son objeto de este tipo de comentarios agresivos e intimidantes prácticamente todos los días de su vida.

Socialmente minimizamos estas agresiones por considerarlas parte de nuestra cultura, y así las mujeres se ven llevadas a tolerar esta violencia y naturalizarla como parte de ser mujer. Las mujeres que se quejan son tildadas de exageradas, hasta de malagradecidas, por negarse a aceptar que hombres desconocidos las agredan en la vía pública.

Esta campaña busca romper ese silencio y poner al espectador en el lugar de la mujer que recibe los comentarios. El incremento de la violencia explícita y la cantidad de comentarios buscan reproducir el espectro de cosas a las que estamos expuestas, con la intención de explicar, a través de la experiencia, en qué consiste el acoso callejero y por qué hasta un simple "hola, bonita..." puede resultar incómodo para una mujer hoy en día".

Los organizadores no sólo trabajan en las redes sociales, sino que su pelea ha saltado a las calles de Argentina, donde han organizado diversos encuentros. Su batalla busca, incluso, que una ley impida estas agresiones.

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MOSTRAR BIOGRAFíA

Soy redactora centrada en Global y trato de contar el mundo de forma didáctica y crítica, con especial atención a los conflictos armados y las violaciones de derechos humanos.

 

Sobre qué temas escribo

Mi labor es diversa, como diverso es el planeta, así que salto de Oriente Medio a Estados Unidos, pero siempre con el mismo interés: tratar de entender quién y cómo manda en el siglo XXI y cómo afectan sus decisiones a la ciudadanía. Nunca hemos tenido tantos recursos, nunca hemos tenido tanto conocimiento, pero no llegan ni las reformas ni la convivencia prometidas. Las injusticias siempre hay que denunciarlas y para eso le damos a la tecla.

 

También tengo un especial empeño en la actualidad europea, que es la que nos condiciona el día a día, y trato de acercar sus novedades desde Bruselas. En esta ciudad y en este momento, la defensa es otra de las materias que más me ocupan y preocupan.

 

Mi trayectoria

Nací en Albacete en 1980 pero mis raíces son sevillanas. Estudié Periodismo en la Universidad de Sevilla, donde también me hice especialista en Comunicación Institucional y Defensa. Trabajé nueve años en El Correo de Andalucía escribiendo de política regional y salté al gabinete de la Secretaría de Estado de Defensa, en Madrid. En 2010 me marché como freelance (autónoma) a Jerusalén, donde fui corresponsal durante cinco años, trabajando para medios como la Cadena SER, El País o Canal Sur TV.

 

En 2015 me incorporé al Huff, pasando por las secciones de Fin de Semana y Hard News, siempre centrada en la información internacional, pero con brochazos de memoria histórica o crisis climática. El motor siempre es el mismo y lo resumió Martha Gellhorn, maestra de corresponsales: "Tiro piedras sobre un estanque. No sé qué efecto producen, pero al menos yo tiro piedras". Es lo que nos queda cuando nuestras armas son el ordenador y las palabras: contarlo. 

 

Sí, soy un poco intensa con el oficio periodístico y me preocupan sus condiciones, por eso he formado parte durante unos años de la junta directiva de la ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF) España. Como también adoro la fotografía, escribí  'El viaje andaluz de Robert Capa'. Tuve el honor de recibir el XXIII Premio de la Comunicación Asociación de la Prensa de Sevilla por mi trabajo en Israel y Palestina y una mención especial en los Andalucía de Periodismo de la Junta de Andalucía (2007). He sido jurado del IV Premio Internacional de Periodismo ‘Manuel Chaves Nogales’.

 

 


 

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