El despertar de la inversión china en España

El despertar de la inversión china en España

BUSCONOMIO

La inversión china en nuestro país se ha multiplicado por 600 en los últimos 6 años, convirtiendo a China en el principal inversor extranjero en España y el tercero a nivel mundial con un total de 100.000 millones de euros invertidos por todo el planeta desde el año 2013. Este fuerte impulso inversor tiene varios motivos, entre los que destacan el exceso de liquidez acumulado en las arcas chinas, la pérdida de rentabilidad de otras opciones (la fiabilidad de la deuda pública norteamericana de la que China es una gran acreedora está en entredicho desde hace años) y, por supuesto, el cambio del modelo económico del país; el cual se ha volcado en el sector servicios y, recientemente, en el desarrollo de la demanda interna.

Sin embargo, aún existe una considerable distancia respecto a las principales potencias europeas como Reino Unido, Alemania o Francia. Desde el comparador financiero Busconómico nos explican las claves del desembarco del gigante asiático en nuestro país.

¿En qué consisten las inversiones chinas en España?

Ciertamente, los inversores chinos están cubriendo un espectro relativamente amplio de la economía española. Los servicios, la alimentación y el sector inmobiliario son algunos de los ámbitos más destacados. No obstante, no sería extraño comenzar a ver grandes movimientos en el sector financiero, así como el energético. Este último es, de hecho, el sector al que China ha dado prioridad desde hace ya varios años, como reflejan sus inversiones a nivel europeo, las cuales ascienden a 18.170 millones de dólares entre los años 2010 y 2014. Actualmente, parece haber una importante operación en este sector cuya consumación está en manos de la aprobación de la administración pública española.

Sonado fue el caso de la compra del 20% del accionariado del Atlético de Madrid por parte del grupo Wanda, en manos de Wang Jianlin, el hombre más rico de China. No obstante, sus compras van mucho más allá. En su momento, ya se hizo con el Edificio España, antiguamente propiedad del Banco Santander y por el que desembolsó un total de 266 millones de euros aunque finalmente ha abandonado el proyecto y ha puesto el edificio a la venta. Por otra parte, se tiene constancia de la existencia de negociaciones para la compra del 75% de las acciones del complejo vacacional Marina d´Or en Castellón; una operación que podría rondar los 1.200 millones de euros.

El sector agroalimentario estuvo protagonizado recientemente por la compra de Miquel Alimentación, en una operación superior a los 100 millones de euros. Esta cadena de supermercados está ahora en manos de Bright Food.

Por otro lado, cerca del 50% del grupo turístico Globalia será adquirido por el gigante HNA, el cual ya se hizo hace algún tiempo con el 29´5% de la cadena hotelera NH.

Finalmente, no debe olvidarse las operaciones que implican la compra de activos españoles en otros países, como ejemplificó la adquisición del 40% de Repsol-Brasil por parte de Sinopec en el año 2010 y que alcanzó la cifra de 5.150 millones de dólares.

¿Cuál es el mayor peligro de las inversiones chinas?

Sin duda, la inversión extranjera permite sacar a flote determinados negocios necesitados de liquidez, y cuya supervivencia puede suponer un gran número de puestos de trabajo, así como notables ingresos en las arcas del estado. Ahora bien, la característica común de las inversiones chinas es la predominancia de las empresas estatales. Esto es algo que no termina de convencer a la esfera internacional y que, en el caso de España, no es una excepción.

Por otra parte, es necesario comprender que muchas de las inversiones chinas tienen como objetivo el acceso al know-how; es decir, aquellos sectores en los que les falta conocimiento técnico son sus principales objetivos. La adquisición de empresas en esos sectores permite reducir considerablemente la curva de aprendizaje y hacerse con un conocimiento muy valioso, así como una red logística ya implantada en el país.

Actualmente, hay un total de 75 grandes empresas chinas que cuentan con sede en España y están desarrollando su negocio en nuestro país. Destacan aquellas que ya llevan presente una buena cantidad de años, tales como Lenovo, Cosco, Huawei o ZTE. Ahora bien, más recientemente, han comenzado a llegar grandes grupos inversores y conglomerados empresariales, tales como HNA, China Construction Bank y el grupo de la industria alimenticia Bright Food.

¿Por qué China ha puesto su interés en España ahora?

Debe tenerse en cuenta que España no contaba con lazos culturales ni relaciones comerciales históricas con el gigante asiático; algo de lo que sí se han beneficiado otras potencias como las mencionadas al principio de este artículo.

En cualquier caso, superado ese aspecto, los motivos que han atraído las inversiones chinas a nuestro país son tan dispares como interesantes. Por una parte, las infraestructuras de transporte suponen un aliciente importante. España dispone de 3 puertos estratégicos que dan acceso al mercado europeo. Por otra parte, las condiciones laborales en España han supuesto un fuerte incremento de la competitividad debido a la reducción de los costes de la mano de obra cualificada. Aún así, los países del este de Europa todavía proporcionan un mayor atractivo en lo referente a los costes económicos de la mano de obra. De manera que es necesario ahondar un poco más en los motivos para percatarse de que el otro gran atractivo de nuestro país es la propia marca España.

¿Cuáles son las asignaturas pendientes de España?

Las diferencias culturales entre España y China son bastante grandes, aunque sorprendentemente, no tanto como en otros países que aún la superan en el ranking de percepción de inversiones. No obstante, se trata de un factor que aún no ha sido lo suficientemente explotado, ni por aquellas empresas españolas que se instalan en China, ni por aquellas que intentan atraer el interés del capital chino.

Este factor hace que los procesos de negociación con los inversores chinos –que normalmente ya implican una considerable cantidad de tiempo- se prolonguen durante más de lo necesario. El plazo para llevar a cabo el cierre de operaciones debería ir mermándose conforme la experiencia se acumule y las relaciones bilaterales entre ambos países se afiancen.