La noche que apagó las sonrisas a Unidos Podemos

La noche que apagó las sonrisas a Unidos Podemos

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Se apagaron las sonrisas en Unidos Podemos, que se llevó una de las grandes decepciones de las elecciones del 26 de junio. Una jornada que se presumía histórica pero que terminó siendo desilusionante, al quedarse la confluencia con sólo 71 diputados, a 14 asientos del PSOE y con menos votos que en diciembre.

El ambiente en el Teatro Goya de Madrid era de alegría, aunque sin euforia. Las encuestas de las semanas anteriores vaticinaban el famoso sorpasso al PSOE y los sondeos a pie de urna confirmaban esa tendencia. Los gritos en la sala habilitada para que los miembros del partido siguieran el escrutinio parecían anticipar una noche gloriosa para la formación morada cuando salieron las primeras israelitas. Nada más lejos de la realidad.

La confluencia con Izquierda Unida no sólo no multiplicó, sino que restó votos. Unos cien mil. Un mazazo para Unidos Podemos que, en una noche de calor asfixiante, dejó helados a los miembros de la formación morada.

Con el escrutinio al 70%, el número dos de Podemos, Íñigo Errejón, compareció para valorar lo que ya se vaticinaba. "Es un mal resultado", dijo visiblemente serio. "No son los resultados que esperábamos y daremos la cara", añadió el secretario Político, uno de los que menos apostaba por la fórmula de la confluencia de cara a estos comicios.

Lograr el anhelado sorpasso que apuntaban todas las encuestas se antojaba ya difícil con aquel porcentaje escrutado. Ya lo advirtió Alberto Garzón, número cinco de la candidatura, cuando salieron las encuestas a pie de urna. "Los sondeos se equivocan, prudencia".

Y tanto. Los números tornaban la algarabía del mes de diciembre, cuando a cada dato se escuchaba una explosión de aplausos y vítores, en un ambiente silencioso y expectante, que confiaba en que el recuento de votos reservara alguna alegría.

El resultado arrojaba que la confluencia de izquierdas, en lugar de aportar más escaños, se quedaba de nuevo a unos miles de votos de robar escaños a PP y PSOE en numerosas provincias.

"LA CONFLUENCIA ES EL CAMINO"

Sin embargo, Pablo Iglesias, también serio en su comparecencia tras los resultados, rechazó plantearse dar un paso atrás respecto a Izquierda Unida. "La confluencia es el camino correcto. Estamos satisfechos y esperamos seguir caminando juntos", dijo.

Iglesias, como Errejón, no escondió su decepción por el veredicto de las urnas. "Esperábamos unos resultados diferentes esta noche, no son satisfactorios. Es el momento de reflexionar", aseveró.

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Con Garzón a su derecha y Errejón a su izquierda, Iglesias no quiso hablar de fracaso y puso en valor los casi cinco millones de votos que mantiene su formación. "Un fenómeno político que pasa de no existir a tener este nivel de apoyo es incompatible con la palabra fracaso. Somos la tercera fuerza política pero no nos conformamos y vamos a trabajar para ser la primera", afirmó.

Sin profundizar en el por qué del resultado ("todos los objetos de análisis los llevaremos a cabo a partir de mañana"), Iglesias consideró que no era una "buena noticia" que baje la participación, algo que no ha ocurrido este 26-J, y admitió que tenían "otras expectativas".

Sobre si la estrategia de pactos podía haber influido en el resultado, Iglesias aseguró que su partido no se equivocó y que "nunca prostituiría" su programa a cambio de "ningún cargo o puesto". "Seguiremos siendo coherentes", agregó el líder de Podemos, quien cree que las "incompatibilidades programáticas" harían muy difícil apostar por un Gobierno con Ciudadanos.

"NOS QUEDA MUCHO FUTURO EN ESTE PAÍS"

Aun así, Iglesias explicó que había escrito un mensaje a Sánchez ("lo mandé hace tiempo; todavía no he recibido respuesta") porque, a su juicio, "sería lo más sensato que lo primero que hiciéramos sea dialogar y trabajar en el modelo que nos une".

¿Y dimitir? "Hay que ejercer la responsabilidad en momentos dulces y menos dulces. Estamos aquí para tirar del carro y sacar adelante el espacio político más joven de este país", respondió.

Tratando de buscarle un punto optimista a la noche, quiso valorar la juventud de su partido y de sus votantes. "Eso indica que el futuro pasa por nosotros y que nos queda mucho futuro en este país".

De momento, el presente deja al PP con más poder que en diciembre y a Unidos Podemos ante su primera gran decepción electoral y con la necesidad de analizar por qué la campaña del 'sorpasso' terminó siendo un sueño que tendrá que esperar.