Ocho datos que todo el mundo debería saber sobre la vagina

Ocho datos que todo el mundo debería saber sobre la vagina

Aunque no tenga.

Aunque la mitad de la población tenga vagina, eso no quiere decir que sepamos todo sobre el tema. Por ejemplo, lo que podemos hacer con ellas (sin contar eso de hacer bebés), el aspecto que deberían tener o lo que deberíamos introducir por ellas.

Por eso, la edición británica del HuffPost ha recopilado ocho curiosidades que todo el mundo debería saber sobre la vagina:

¿Alguna vez has mirado el precio de un licor y has deseado tener tu propia destilería? Pues tu sueño se ha hecho realidad: la cerveza de vagina existe. Una empresa de fabricación de cerveza decidió que sería un desperdicio no utilizar los hongos naturales de la anatomía femenina para elaborar una nueva cerveza.

Ya que ahorras emborrachándote gracias a los hongos vaginales, ¿por qué no vas a probar a hacer pan? Según un artículo que le provocaría un infarto a Eva Arguiñano, una panadera feminista utilizó hongos producidos por la candidiasis vaginal para hacer pan. Cogió un consolador usado, un poco de sal y se puso a cocinar. Además, si haces el pan de esta manera, a lo mejor a tus compañeros de trabajo se les quitan las ganas de robarte los sándwiches.

Si Dios existe, ¿por qué hay gente fea?

Puede que, aunque le hayas encontrado una utilidad culinaria a la vagina, no estés muy contenta con lo que te ha tocado estéticamente hablando. De hecho, a más un tercio de los adultos británicos les preocupa que sus genitales no sean normales y el 73% de ellos son mujeres. Y no solo eso: cada vez somos más conscientes de lo que pasa debajo de la ropa interior y más incapaces de llegar al orgasmo con nuestra pareja.

Mi vagina está bien.

En Reino Unido, cada vez más mujeres están dispuestas a gastarse el dinero (y a pasar por procedimientos médicos potencialmente peligrosos) para intentar conseguir el look actriz porno. Según un estudio, una de cada cinco mujeres se ha planteado la posibilidad de someterse a cirugía estética vaginal.

No queremos señalar a nadie, pero quizá debamos fijarnos bien en cómo es nuestra vagina. De acuerdo con los resultados de una encuesta realizada por la organización benéfica de Reino Unido por la lucha contra el cáncer ginecológico The Eve Appeal, el 44% de las británicas son incapaces de identificar la vagina y el 60% no está segura de lo que es la vulva.

Parece que es muy competitiva en lo relacionado con su vagina.

¿Alguna vez has tenido los labios cortados? No, no estamos hablando de los de la cara. En caso afirmativo, ya existen bálsamos en barra para lubricar la zona íntima cuando esté seca. Este tipo de producto está pensado para usarse tantas veces como se necesite a lo largo del día, como un cacao normal y corriente, aunque entre las indicaciones debería incluirse la advertencia: no adecuado para su uso en el transporte público.

¿Qué le voy a hacer si tengo mucho flujo y la vagina ancha?

Como ya tenemos una edad, no pensábamos que tendríamos que leer consejos de este tipo, pero el año pasado varias organizaciones por la salud sexual tuvieron que advertir a las mujeres de los peligros de intentar hacerse una limpieza de útero metiéndose bolsitas de hierbas por la vagina. Sí, has leído bien.

As if #periods didn't have enough shame and taboo surrounding it, we now have a V-Zone!! Like why? Do men have P-Zones? Come on @Bodyform!! pic.twitter.com/32Bf1hd0kG

— Freda Health (@fredaspeaks) April 17, 2017

Por si no hubiera suficientes tabús alrededor de la menstruación, ¡ahora tenemos una Zona V! ¿Los hombres tendrán Zona P? ¡Por favor!

Tanto si tienes vagina como si no, te recordamos que nadie debería tener la necesidad de buscar un nombre más bonito para la vagina. En este tuit se menciona a la marca de productos de higiene íntima Bodyform por negarse a utilizar palabras como "vagina" o "vulva" y sustituirlas por términos como "Zona V". No es la primera marca de higiene femenina que evita utilizar los términos biológicos, y, por desgracia, no será la última.

Este artículo fue publicado originalmente en la edición británica de 'The HuffPost' y ha sido traducido del inglés por Lara Eleno Romero.