Masha Gessen: “Rusia es un Estado mafioso”

Masha Gessen: “Rusia es un Estado mafioso”

La periodista y escritora describe en su último libro la regresión democrática que sufre su país con Putin

LEE TOWNDROW

Durante años, fue prácticamente la única persona en Rusia que se declaró abiertamente homosexual. En 2013, sin embargo, tuvo que abandonar su país ante la creciente represión y violencia contra el colectivo LGTB. "Me amenazaron con quitarme a mis hijos, no tuve otra opción", recuerda ahora la escritora y periodista Masha Gessen, columnista de The New Yorker, autora de varios libros de no ficción y colaboradora de The New York Times.

El último libro de Gessen, El futuro es historia (Turner), le valió el prestigioso National Book Award. La periodista describe a través de la historia de siete personas la involución democrática que ha sufrido Rusia desde la llegada de Vladimir Putin al poder. Todos los personajes elegidos nacieron a mediados o principios de los 80 y representan una generación que ha vivido casi toda su vida adulta bajo el mandato del actual presidente. "Desde que son adultos, estas personas han vivido amenazadas por la inestabilidad y el miedo", sostiene durante la entrevista con El HuffPost en Barcelona, donde ha acudido para dar una conferencia. "Los que éramos adultos en los 90, en cambio, pudimos experimentar un periodo lleno de oportunidades y de creciente libertad".

"Si un país moderno no tiene sociólogos, psicólogos y filósofos, ¿qué puede saber sobre sí mismo?"

La URSS fue el estado totalitario más longevo del mundo. Su descomposición a principios de los 90, sin embargo, abrió la puerta al periodo de mayor libertad que se ha vivido en el país. Una etapa en la que paulatinamente se iban ganando nuevas libertades, el debate político y social hervía en la población y los homosexuales no tenían miedo de ser agredidos por la calle. Gessen cuenta en su libro cómo la llegada de Putin acabó con todo esto y alumbró una sociedad en la que desapareció el debate público y las ciencias sociales fueron condenadas al ostracismo. "Es devastador, porque tendemos a creer que las sociedades avanzan, y no siempre es así". afirma Gessen. "Si un país moderno no tiene sociólogos, psicólogos y filósofos, ¿qué puede saber sobre sí mismo?".

A falta de pocos días para que empiece el mundial de Rusia, Gessen dibuja durante la entrevista un país con una "increíble cantidad de violencia" contra los homosexuales, totalmente normalizada por la población y del que muchos han tenido que huir solo por su orientación sexual. Un Estado en el que trabajar de periodista y ser crítico con el presidente implica serios riesgos personales. "Los periodistas estamos expuestos a la violencia directa y además las autoridades no nos protegen", señala. "Es frustrante porque resulta muy difícil cuestionar la narrativa dominante".

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"Putin mató la política", prosigue Gessen, preguntada por el alto índice de aprobación que tiene el presidente ruso entre la población (cercano al 85%). "Tiene tanto apoyo porque no hay ninguna alternativa ni tampoco un debate social sobre lo que es realmente la política: un proceso en el que la gente decide como quiere habitar una ciudad o un país".

Gessen huyó de la Rusia de Putin, se instaló en Nueva York y al cabo de poco tiempo ganó las elecciones Donald Trump. Opina que ambos personajes, abordados por Gessen en infinidad de columnas y artículos, tienen tantas similitudes como diferencias. "Creo que en el fondo sus personalidades son muy distintas", analiza la periodista, "a Putin le gusta verse a sí mismo como alguien muy comedido, mientras que Trump es una persona totalmente impulsiva". A pesar de tener orígenes muy distintos, Gessen cree que ambos tienen una manera parecida de entender la política. "Ambos entienden el liderazgo como un mecanismo de poder para dominar al resto", responde, "y tienen el mismo uso del lenguaje, que emplean para exaltar su poder".

Gessen cree que, por más escándalos sobre Trump que aparezcan en la prensa, ninguno de ellos va a poder acabar con el actual presidente de Estados Unidos. "Deberíamos dejar de obsesionarnos con sus escándalos y empezar a pensar en ofrecer una alternativa", sostiene, "ya se ha demostrado que ninguna otra cosa va a poder acabar con él".

  Gessen, en el acto de entrega del Premio Fundación Diario Madrid por su defensa de la libertad de expresiónFundación Diario Madrid

El "nosotros primero", esa retórica que defiende la vuelta de los valores tradicionales y familiares... Podrían ser mensajes tanto de Trump como de Putin, pero también de cualquier Gobierno populista de los que están apareciendo en países europeos como Italia, Hungría, Polonia o Eslovaquia. "Lo más interesante es esta idea imaginaria de un pasado glorioso", analiza la periodista, "estos Gobiernos están siendo muy efectivos a la hora de inducir esta idea entre la población".

"Es cierto que Putin trata de desestabilizar las democracias occidentales, pero tampoco se le puede culpar de todas las cosas malas que están ocurriendo"

La guerra de Ucrania y las presuntas injerencias rusas en diferentes elecciones, además, están confiriendo a Putin el papel de villano oficial de Occidente. Un rol que, según Gessen, beneficia tanto al mandatario ruso como a los populistas occidentales. "Es cierto que Putin trata de desestabilizar las democracias occidentales", analiza. "Pero tampoco se le puede culpar de todas cosas malas que están ocurriendo". Según la periodista, tanto a occidente como a Putin les interesa cultivar ese papel de enemigo oficial de las democracias occidentales. Preguntada por la posible injerencia del mandatario ruso en los meses más calientes del proceso soberanista catalán, Gessen prefiere no mojarse. "No tengo suficiente información como para tener una opinión sobre el asunto".

Entonces, ¿Qué es Rusia? ¿Una dictadura? ¿Una democracia imperfecta? "Nada de eso", responde rápidamente Gessen. "Rusia es un Estado mafioso que gobierna para ablandar la sociedad".