El Real Madrid se adelanta en la ida de los octavos de Champions tras imponerse 2-1 al Atlético
El 'euroderbi' madrileño se salda con tres golazos y la sensación constante de que los dos equipos pensaban en la vuelta. Rodrygo adelantó de inicio a los blancos, Julián Álvarez respondió con nota y Brahim selló la victoria de modo magistral.
Todo para la vuelta pero, de momento, con ventaja para el Real Madrid. Los de Ancelotti se han impuesto por 2-1 en la ida de los octavos de final de la Champions League al Atlético de Madrid en un partido entre fogonazos, tres golazos y la sensación de que nada se resolvería en el Bernabéu.
No hay derbi tranquilo, pero aquí los minutos de tanteo fueron historia a los tres minutos. Ese fue el tiempo que tardó Rodrygo, hombre de Champions, en abrir el marcador.
Lo hizo con su enésima reivindicación y en una exhibición de velocidad, manejo y disparo tras un pase medido de Valverde, que intuyó su carrera al espacio. Imparable para un Javi Galán superado, Rodrygo jugueteó hasta colarse muy dentro del área y allí resolvió con un zurdazo imparable para Oblak.
A la eliminatoria le quedaban, a esas alturas, 176 minutos (por lo menos) y eso se evidenció sobre el césped del Santiago Bernabéu. Urgencias no había, pero tampoco demasiado centro del campo. Los espacios se abrían casi por su propio peso u las ocasiones se sucedían sin demasiada triangulación. Rodrygo y Vinicius llevaban peligro casi constante por las bandas, incluido un 'no penalti' sobre Rodrygo en una jugada similar a la del tanto.
Enfrente, el Atleti respondía con velocidad y espacios para un Giuliano que acarició el gol en primera persona y poco después con una asistencia a Lino que salvó Valverde casi sobre la línea.
El gol parecía inminente, en una u otra área y llegó del lado atlético, gracias a una maravilla de Julián Álvarez. Pasada la media hora, 'la Araña' se sacaba una rosca al palo largo desde el pico del área tras irse de Camavinga. El empate sedó el encuentro hasta el descanso, conscientes quizás ambos banquillos de que era mucho más lo que podía perderse que ganarse poco antes del descanso.
La segunda parte trajo algún cambio de dinámica. De primeras, con las primeras apariciones reales de un Mbappé en blanco los primeros 45 minutos. Fue hacerlo él y apretar el Atleti en varias jugadas inquietantes. Pero cuando dominaban los de Simeone, apareció Brahim con una virguería.
Una jugada de tiralíneas por el costado izquierdo habilitó al malagueño e internacional por Marruecos, que con una finta del todo improbable conseguía hacerse hueco driblando a varios defensas. Sólo él vio el hueco para colar un balón ante un Oblak que no pudo hacer nada, tapado por sus muchos defensores. El intercambio de golpes lo era, también, de golazos.
Quedaba más de media hora. En otro contexto, un mundo, pero nadie parecía olvidar que esta era la ida y no la vuelta. El 2-1 peligró levemente en acciones aisladas, como la intervención de Courtois a Griezmann justo tras el gol de Brahim, pero el ritmo decayó. Aunque Simeone optó por meter más 'gol' con Correa y Sorloth, poco más argumento tendría la parte final del primer acto de estos octavos de Champions League.
De hecho, lo que estuvo más cerca fue el 3-1 ya con el tiempo prácticamente cumplido. Pero no. El Riyadh Air Metropolitano decidirá.