Un ex jugador de la Juventus que entrenó con Cristiano Ronaldo abandonó el fútbol por la obra: "Con el tiempo encontré la paz"
Tras abandonar el deporte por el que lo había dado todo, estuvo un tiempo perdido, pero su familia y su nuevo trabajo le ayudaron a seguir adelante.

Compartió vestuario con Cristiano Ronaldo, a quien define como "el mejor jugador del mundo", entrenó con los mejores y fue considerado una de las grandes promesas del fútbol suizo. Pero su cuerpo dijo basta demasiado pronto. Tres roturas de ligamento cruzado obligaron a Cendrim Kameraj a colgar las botas a los 25 años. Actualmente, trabaja alejado de los focos en una empresa de construcción y mira hacia el futuro con una serenidad que solo concede la aceptación.
"Lo que más me impresionó de Cristiano fue su mentalidad: nunca se detenía y siempre se exigía más", recuerda Kameraj en una entrevista con el periodista Alessandro Mammana, que trabaja para Gianluca Di Marzio. "Una vez me dijo: 'El talento no significa nada sin constancia y trabajo duro'. Y esa frase se me quedó grabada. Ver cómo se preparaba me enseñó lo que realmente significa ser un profesional". Con esta filosofía afrontó también el joven suizo-kosovar su corta, pero intensa, carrera.
Nacido en 1999 en Lucerna (Suiza), de familia kosovar, Kameraj empezó a destacar desde niño. Su talento como lateral derecho lo llevó a las categorías inferiores del FC Zürich y, más tarde, a fichar por la Juventus de Turín, uno de los clubes más prestigiosos del mundo. A los 19 años ya entrenaba con las estrellas del primer equipo y percibía un salario que confirmaba su ascenso meteórico.
"Cuando llegó la oferta de la Juve, fue como un sueño. Al principio no podía creerlo. Me sentí orgulloso, entusiasmado y también un poco nervioso, porque sabía que sería un gran paso", recuerda. Pero ese sueño se quebró pronto, con la primera rotura del ligamento cruzado durante un entrenamiento. Aun así, su carácter combativo lo mantuvo en pie: "Me dije a mí mismo que volvería más fuerte. Lo había dado todo por el fútbol".
Tres golpes que cambiaron su destino: "Fue muy, muy difícil mentalmente"
Seis meses después, el jugador volvió al césped, pero su lugar en la Juventus se había desvanecido. "La competencia en un club así es enorme", admite. "Tuve algunas lesiones y sentía que necesitaba un nuevo comienzo, un lugar donde pudiera jugar más. La Juventus me dio mucho, pero a veces hay que dar un paso atrás para avanzar", añade.
Buscando minutos, firmó por el FC Lugano, en la Superliga suiza. Parecía un paso razonable: "Un contrato profesional a los 20 años sonaba bien. No habría sido malo para mi desarrollo".
Sin embargo, el destino tenía otros planes. En este equipo tampoco jugaba y decidió volver al FC Zürich en calidad de cedido, pero se volvió a romper el ligamento cruzado durante una prueba. Esta vez, la herida no fue solo física: "Fue mentalmente muy, muy difícil para mí. Estaba en la cima, entrenando con los mejores, y luego volví a estar en el fondo…".
Tras meses de rehabilitación y dolor, lo intentó una tercera vez. Pasó por clubes modestos como Kriens, Kosovo, Tuggen y Zug 94. Hasta que, en su primer partido con este último equipo, el infortunio se repitió. "Me sustituyeron. Tardó diez segundos en romperse de nuevo. Lo curioso es que el día anterior soñé que me rompería el ligamento cruzado otra vez", relata.
De la élite a la vida real: "No me culpo. Hice lo que creí correcto en ese momento"
Durante un tiempo, Kameraj no podía ni ver un partido. La frustración y la nostalgia lo habían dejado vacío. Pero dice que el tiempo todo lo cura, y eso fue lo que pasó también con él. "Fue desgarrador. El fútbol había sido mi identidad desde niño; durante mucho tiempo no supe quién era sin él. Pero con el tiempo encontré la paz, entendí que la vida no termina cuando termina tu carrera deportiva", afirma.
Hoy, gracias al apoyo de sus seres queridos y a la llegada de su hijo, ha encontrado equilibrio: "La familia es lo más importante. También soy creyente y creo que el camino ya está escrito". "Quizás podría haber sido más paciente o haber escuchado a mi cuerpo antes. Pero no me culpo. Hice lo que creí correcto en ese momento. El arrepentimiento no cambia el pasado", asevera.
En lo profesional, ha cambiado el fútbol por la construcción. "En realidad, soy asesor de personal en la empresa constructora ICM Bau AG. Nuestro jefe quiere que todos vayamos al menos un día a la obra para que veamos lo duro que es este trabajo", explica.
Esta nueva vida le ha permitido a mirar atrás sin resentimiento: "Sin las lesiones, podría haber llegado a la cima. Estaba en el camino correcto y sentía que mejoraba temporada tras temporada. Sin embargo, no me gusta vivir con 'qué hubiera pasado si...'. Di todo lo que tenía, y eso es lo que importa".
Y, lo más importante, es que puede pensar en el pasado con orgullo: "Puedo decir con sinceridad que estoy orgulloso de mí mismo. Muy pocas personas llegan tan lejos, y yo he experimentado y logrado cosas que muchos solo pueden soñar".
Cendrim Kameraj ya no viste de blanco y negro, pero conserva el mismo espíritu que lo llevó a la Juventus: trabajo, humildad y disciplina. La diferencia es que ahora su campo de juego tiene ladrillos y cemento en lugar de césped.
