Acción, reacción. Apenas había pasado una hora desde que el presidente estadounidense, Donald Trump, anunciase el primer gran acuerdo fruto de su guerra arancelaria, una firma que se realizará con Reino Unido, ha llegado otro importante anuncio en este ámbito desde la Vieja Europa. No, no han sido los matices del premier Keir Starmer desde Londres, ha sido desde Bruselas, desde la mismísima Comisión Europea.

Desde el organismo presidido por Ursula von der Leyen han anunciado que ya está abierta la consulta pública para la que conforma la segunda respuesta a los aranceles de la Administración Trump, que aunque han sido congelados en sintonía con la suspensión activada en EEUU, están a la espera de una eventual rotura de la negociaciones para ser activados. 

¿En qué consisten las contramedidas?, ¿a qué productos de EEUU afectan?

No estamos ante un porcentaje de aranceles como el caso de EEUU, se trata de una variopinta lista de productos -con gran acento industrial- y servicios que supondrían un mazazo de 95.000 millones de euros para la economía estadounidense. 107.200 millones si hablamos de dólares. Dicha consulta acabará el 10 de junio. Entretanto, la Comisión revisará las respuestas y formulará una lista final al término de dicho mes o incluso a principios de julio. Es una suerte de as en la manga para que EEUU sepa a qué se atiene si fracasan los contactos.

Pero ese listado que entra en examen ahora también incluye una lista de exportaciones de la UE a EEUU por valor de 4.400 millones de euros -unos 4.970 millones de dólares al cambio-. Hasta la chatarra podrían acabar estando sujeta a derechos de exportación. 

Para hacerse una idea, según los cálculos de la Comisión Europea, estarían ya afectados 380.000 millones de euros, el 70% del comercio de bienes de la UE a los EEUU. Pero es que esa cifra podría crecer hasta el 97% tras las pesquisas realizadas y modelos calculados para  productos farmacéuticos, semiconductores, minerales críticos y camiones.

La suspensión de Trump a sus propios aranceles finalizará el 8 de julio, por lo que los tiempos irían acompasados en caso de no llegar a buen puerto las negociaciones. Además de los aranceles recíprocos del 10% -una 'tarifa espejo' a todo el mundo-, EEUU impuso un 25% sobre las importaciones de acero, aluminio y automóviles europeos, al tiempo que se vertieron amenazas sobre las bebidas alcohólicas, sector donde España, Francia e Italia sufrirían mucho.

Bruselas, a sabiendas de que esa consulta se traducirá en que los Veintisiete y sus empresas se pronuncien sobre unas contramedidas que también pueden pasarle factura de forma doméstica, ha puesto la mirilla sobre el vino, el pescado, las aeronaves, los automóviles y sus componentes, los productos químicos, los equipos eléctricos, los productos sanitarios y la maquinaria que proceda de EEUU.

Los productos de EEUU que se verían afectados por la respuesta arancelaria de la UE:

Bruselas llama a la puerta de la Organización Mundial de Comercio

El otro gran anuncio formulado desde Bruselas ha sido la confirmación de que llevarán los aranceles de EEUU al mayor organismo de arbitraje económico a escala internacional, es decir, la Organización Mundial del Comercio (OMC). Esta es una vía estratégica que ya se anunció que recorrería la UE, pero, en cierto modo, se suma a la hoja de ruta que sigue el mayor adversario en este conflicto comercial iniciado por EEUU.

China es el único país que no ha visto cómo se suspendían los aranceles contra ella. Aunque están negociando en la neutral Suiza, lo cierto es que Pekín contraatacó con sus aranceles, provocando que EEUU los subiese aún más y luego acabasen resolviendo que no había más subidas por la parte China. Daban por absolutamente destrozadas cualquier posibilidad de ambos productos en ambos mercados y anunciaban que pasaban a la ofensiva en el terreno del arbitraje internacional.