Noelia, pastelera, tenía una tienda con 15 empleados y facturaba medio millón pero lo cerró todo para trabajar sola y ahora gana el doble con el método de las zapatillas de lujo: "Hago 'drops' limitados y vuelan"
Tiene clara la idea de ganar dinero "siendo yo sola".
Noelia lo cuenta sin épica y sin postureo en el canal de YouTube de Eric Ponce: montar una pastelería que funciona "como un tiro" no fue su problema. Lo que no supo gestionar fue lo que venía con el crecimiento. "Se me quedó grande", resume, al recordar cómo pasó de un proyecto manejable a un negocio con 15 personas en el equipo y una sensación diaria de descontrol. El mundo al revés: ahora ella se lo guisa...
Ser empresario no tiene por qué significar ir a más y a veces dar pasos atrás puede ser no solo positivo para la calidad de vida, sino que encima puedes ganar más. La ley de Pareto aplicada a la repostería.
Noelia tenía un negocio que vendía mucho, pero que le devora la cabeza. "Yo me levantaba todas las mañanas a las 5 de la mañana y lo primero que hacía era mirar el teléfono y ver a ver quién no venía hoy… y a mí eso me generaba mucha ansiedad". A la presión de coordinar horarios, bajas y picos de pedidos, se sumaba otro problema igual de clásico: los costes.
El último año con la estructura completa, dice, facturaron "500.000 euros". Ella lo veía como "mucha pasta", pero al aterrizarlo en la cuenta final llegó el golpe: "de beneficio igual me quedaban 20.000 euros". Mucho volumen, poco margen. "Estoy viendo que sí muevo pasta, pero no estoy ganando dinero de verdad", explica. Y ahí aparece el quiebre: si el estrés fuera proporcional al dinero que se queda, se aguanta. Pero, en su caso, no lo era.
"Mamá, no puedo más"
El giro llegó cuando decidió traspasar. "Mamá, no puedo más. Esto lo tengo que cerrar, traspasar o algo", recuerda. La operación fue rápida: "En un mes y medio yo ya había traspasado la cafetería". Después vino lo más duro: cortar equipo, cerrar etapa y, sobre todo, asumir que ella necesitaba otro modelo. "Quería estar sola, quería trabajar yo".
Su negocio deja de ser una máquina de producción diaria para convertirse en un sistema de lanzamientos. El "método de las zapatillas de lujo" que ella aplica a la pastelería se basa en algo muy simple: escasez controlada, calendario y urgencia. "Yo cojo ahora… y son campañas muy puntuales". Pone un número, lo anuncia y lo vende antes de producir a gran escala: "Este año voy a hacer 300 roscones. Pongo 300 en la web… porque si no luego se acaba muy rápido".
En paralelo, diversifica para no depender solo del obrador: "Vi diferentes líneas de negocio… cursos online… y empecé a trabajar con marcas". Tiene clara la idea de ganar dinero "siendo yo sola", combinando producto propio, formación y acuerdos con marcas.
Noelia también aprendió a la fuerza el valor de los datos. Tras el traspaso, cuenta que su excolaborador "cogió toda la base de datos… miles de clientes" y la usó para enviar correos con otra marca. "Yo en ese momento no tenía ni idea de lo valioso que era tener una base de datos", admite. Y añade que "la gente que me compra a mi compra porque son de siempre… buscan que lo haga yo".
Noelia tiene clara su nueva hoja de ruta: quiere hacerlo "más ordenado", con refuerzos puntuales. "Voy a probar esa fórmula… contratar a personas dos semanas para hacer esta producción y ya está". El tamaño, después de todo, no era el objetivo. El objetivo era recuperar el control. Y convertir la presión en un drop que se vende solo.