Cifuentes se desmarca de la supuesta financiación irregular del PP madrileño

Cifuentes se desmarca de la supuesta financiación irregular del PP madrileño

La expresidenta regional está imputada por una adjudicación irregular a un donante del partido

Cifuentes llega a la Audiencia Nacional para declarar como imputada en el caso PúnicaEFE

La expresidenta madrileña Cristina Cifuentes se ha desmarcado este miércoles ante el juez del caso Púnica de la presunta financiación irregular del PP madrileño y ha indicado que nunca supo nada de la existencia de una caja B en el partido en la región.

En su comparecencia en calidad de imputada, Cifuentes -que solo ha contestado a la Fiscalía y a su defensa- ha indicado que ella no tenía competencias en materia de financiación de las campañas del partido. Ha dicho que nunca manejó dinero y que no supo de ninguna reunión con empresarios que supuestamente favorecieron al partido, según han indicado fuentes presentes en la declaración.

Además, ha defendido la legalidad de varios contratos que la Asamblea de Madrid adjudicó al grupo del empresario Arturo Fernández, y que el juez sospecha estaban amañados a cambio de sus aportaciones a las arcas del PP de Madrid. Sin embargo, Cifuentes ha señalado que no le consta que el empresario hiciese donaciones al partido.

“Si algo hice mientras presidí el PP de Madrid y mientras fui presidenta de la Comunidad de Madrid es luchar de manera implacable contra la corrupción”, ha afirmado la expresidenta madrileña Cristina Cifuentes a su salida de la Audiencia Nacional.

Cifuentes ha explicado en declarciones a los periodistas que le esperaban a las puertas del tribunal, que cada vez que su Gobierno vio “algún asunto que pudo ser irregular” lo puso en conocimiento de la justicia, como “la presunta corrupción en el Canal de Isabel II o en la Ciudad de la Justicia”.

“Esa fue mi actuación mientras fui gestora pública y yo ahora lo único que espero es que esto, que para mi está siendo algo muy duro, termine cuanto antes y que se llegue hasta el final en el caso Púnica, en el cual mi principal participación fue, siendo presidenta, personar a la Comunidad de Madrid como acusación particular en defensa de los intereses de lo madrileños”.

Cifuentes ha afirmado que está satisfecha con su declaración porque ha podido aclarar que en las campañas electorales investigadas por financiación irregular su labor era “exclusivamente la movilización territorial”.

“No tuve ningún tipo de responsabilidad ni ningún tipo de participación referida a la administración, a la gestión económica y a la financiación del partido ni de sus campañas, absolutamente ninguna”, ha indicado a su salida, tal y como ha sostenido ante el juez.

Sobre los contratos de la cafetería de la Asamblea de Madrid adjudicados al grupo Cantoblanco de manera supuestamente irregular, ha dicho que se hicieron de manera “absolutamente ajustada a la legalidad” con los informes técnicos en orden, y que la decisión la tomaron 14 personas “por unanimidad”, de las cuales la mitad eran políticos y la otra mitad, técnicos.

“No elaboré y ni participé en la elaboración de los pliegos de los concursos”, ha dicho para añadir: “Mi actuación fue completamente ajustada a la legalidad y correcta. Espero que después de una sesión larga y de muchas explicaciones, este tema quede claro: no he tenido nunca nada que ver con ese tipo de asuntos”.

Púnica y Máster

Cristina Cifuentes dimitió como presidenta autonómica en 2018. La publicación de un vídeo en el que se ve a Cifuentes robando unas cremas en un supermercado, y su posterior encuentro con la seguridad del centro, precipitó su caída.

Un mes antes, el escándalo del caso Máster acorraló a la expresidenta, quien también está procesada como supuesta inductora de la falsificación del acta sobre su trabajo de fin de máster en el desaparecido Instituto de Derecho Público de la Universidad Rey Juan Carlos. Por ello, la Fiscalía solicita tres años de prisión para ella.

Cifuentes, ha publicado en la mañana de este miércoles un mensaje en Twitter con el que intenta afrontar la difícil situación judicial y personal que está pasando con filosofía.