El nutricionista Carlos Ríos desmonta el concepto de "dieta equilibrada" y otros bulos sobre la salud

El nutricionista Carlos Ríos desmonta el concepto de "dieta equilibrada" y otros bulos sobre la salud

El experto ha participado en el Congreso Esalud #Saludsinbulos.

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El 80% de los productos de alimentación que se venden en los supermercados son ultraprocesados, lo que corresponde a 3.463 artículos, según ha informado el dietista y nutricionista y creador del movimiento Realfooding, Carlos Ríos, en el Congreso Esalud #Saludsinbulos.

En España, más del 90% de la publicidad que aparece en televisión versa sobre estos ultraprocesados y más del 30% de las calorías que se ingieren vienen de este tipo de productos. "La alimentación se contagia por hábitos sociales", ha advertido el especialista, poniendo énfasis en cuidar estas rutinas para ir hacia un vida más sana.

"Los ultraprocesados no son comida, son fabricaciones industriales a partir de varios ingredientes", entre los que puede haber azúcares añadidos, aceites vegetales refinados, aditivos, harinas refinadas, etcétera, pero no tienen "ningún alimento entero" ha clarificado el dietista.

En esta línea, Ríos ha explicado que hay bastantes bulos en el ámbito de la alimentación, porque "es un terreno donde hay mucha confusión", algunas de estas mentiras tratan temas como "la importancia del desayuno, si las grasas saturadas son malas o si los frutos secos engordan", ha ejemplificado.

Los ultraprocesados no son comida, son fabricaciones industriales a partir de varios ingredientes"

La dieta equilibrada, el gran engaño

Sien embargo, según ha explicado el nutricionista, el mayor bulo es el de la dieta equilibrada. "Esta semana una famosa cadena de restauración de hamburguesas ha salido con una chef importante y un dietista diciendo que la hamburguesa con patatas fritas son saludables y equilibradas", ha expuesto como ejemplo paradójico.

El mito de la dieta equilibrada es una de las barreras que se encuentran en la divulgación, ya que esta dieta nace de centrarse en los nutrientes y calorías, "algo difícil de calcular", ha asegurado Ríos. De hecho, "nadie tiene por qué saber el número de calorías que ingiere al día o la composición nutricional de su dieta", ha afirmado el experto.

Lo que sí hay que saber son datos como cuáles son los alimentos saludables, buenos, y cuáles no y se clasifican como insanos. La dieta equilibrada asegura que hay que comer de todo, pero con moderación. "Todo con una dieta equilibrada es posible", ha ironizado Ríos. "Este mensaje hace que el consumidor, cuando llega al supermercado, se lleve lo que quiere, porque esta a merced del marketing".

Al afirmar que todo está dentro de una dieta equilibrada, también cabe la posibilidad de que las cadenas de la industria alimentaria insana entren en una dieta equilibrada, cuando no es así"

"Hay gente que cree que la dieta insana es estar comiendo todos los días comida rápida y pueden estar metiendo en su cesta de la compra productos que parecen favorables porque llevan mensajes de 0%, alimento natural etc., pero que realmente son un cúmulo de ingredientes insanos", ha señalado el experto.

Aunque la ciencia de la nutrición es bastante reciente y se ha tenido en cuenta, también se ha centrado tanto en el procesamiento como en la calidad de los mismos, ha indicado Ríos. "Al afirmar que todo está dentro de una dieta equilibrada, también cabe la posibilidad de que las cadenas de la industria alimentaria insana entren en una dieta equilibrada, cuando no es así".

Tampoco es cierto que este tipo de productos sean "tóxicos agudos", ha concretado Ríos. Tomar un refresco no crea ningún tipo de toxicidad aguda, mientras que sí lo hacen otros "productos insanos crónicos". El nutricionista ha señalado que cada vez hay más enfermedades derivadas de este tipo de alimentación que se han vuelto casi comunes en la sociedad como la obesidad, algunos tipos de cáncer, diabetes tipo II o la enfermedad cardiovascular, cuyo factor determinante incrementa cada vez que la gente ingiere productos ultraprocesados.

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Por ello, ha asegurado que "es necesario distinguir sobre qué es sano y qué es un ultraprocesado", para ser consciente de ello y empoderar a la gente una base de conocimiento y conciencia.

Otra forma sería reducir la publicidad o la accesibilidad de ciertos productos, restringirlos de las máquinas de autoservicio o la disponibilidad en los menús. El experto puso el ejemplo de Chile, donde se pueden catalogar estos productos como alto en azúcares, alto en calorías o alto en sodio, de forma frontal.

De vez en cuando el marketing habitual de estos ultraprocesados incluye un sello negro que muestra los ingredientes que tienen los productos, todo centrado en la calidad de los alimentos que componen y no en la cantidad. Pero el especialista ha hecho una llamada a la calma: "Tampoco hay que ser alarmista".

Información falsa en internet

El I Estudio sobre Bulos en Salud ha revelado que la mayoría de los médicos (79%) no confía en internet como una fuente confiable de información sobre salud. Los principales motivos para esta desconfianza son, por una parte, la falta de validación de la información que hay en la red (59%) y, por otra parte, el hecho de que en este medio circulan muchos problemas de salud (36%).

Los pacientes llegan a las consultas con muchas inquietudes generadas por informaciones falsas"

Desde #SaludenBulos hacen un llamamiento a las funciones que contribuyen a la lucha contra la salud, "advirtiendo sobre falsas", favoreciendo la prescripción de páginas web y formando "la población para buscar información confiable", ha precisado el director de COM SALUD, Carlos Mateos.

Además, el 93% de los profesionales considera que cada vez hay más medidas de seguridad tanto en las redes sociales como en internet para verificar y limitar la información de salud que se facilita, asegurando a la población que esta es más certera.

Los bulos sobre salud, en cifras

En el último año, dos de cada tres médicos (69%) han atendido en su consulta a pacientes preocupados por lo que ha resultado ser un bulo de salud, según se ha expuesto en el Congreso Esalud #Saludsinbulos. "La penetración de los bulos de salud está muy extendida en la sociedad, los pacientes llegan a las consultas con muchas inquietudes generadas por informaciones falsas", ha explicado Carlos Mateos.

El 59% de los 300 médicos encuestados para este estudio ha detectado un incremento en los bulos de salud entre los pacientes. Las redes sociales y los servicios de mensajería instantánea son, para el 77% de los cuestionados, las principales causas del aumento de los bulos.

Sólo el 19% de los participantes en la encuesta cree que son los medios de comunicación tradicionales los que contribuyen a la difusión de estos bulos por no contrastar su veracidad con anterioridad. En cuanto al contenido más habitual de estos contenidos sin contrastar el ranking lo dominan la pseudoterapias (71%), seguida de la alimentación (54%) y el cáncer (41%).

El estudio también ha analizado cuáles son los canales principales por los que los pacientes reciben estos bulos. El principal, internet (69%), después las redes sociales (63%), el círculo cercano (48%) y las aplicaciones de mensajería instantánea como WhatsApp (30%). En cuanto a los medios tradicionales, la televisión (9%) está por delante de prensa escrita (7%) y radio (4%) en cuanto a la difusión de bulos.

Es crucial verificar que el contenido web ha sido validado y aprobado para los agentes pertinentes, profesionales de la salud, asociaciones de expertos o entidades acreditadas, ha agregado el cofundador de Doctoralia, Frederic Llordachs

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Soy redactora de LIFE en El HuffPost España y mi misión es acercarte la última hora del mundo de la cultura, la música y el entretenimiento.

 

Sobre qué temas escribo

Escribo principalmente de música, cultura, cine, series y entretenimiento porque, aunque sirva para desconectar, bailar o echar un rato entre palomitas, la cultura esconde mucho más. Evitando el elitismo, trato de tender la mano a las nuevas tendencias de la industria musical o del audiovisual a través de entrevistas con artistas emergentes —que pronto dejarán de serlo— y compaginarlo con el análisis de lo más mainstream como Taylor Swift o Bad Bunny.


En estos ocho años he cubierto los Goya, los Oscar, el Benidorm Fest o Eurovisión. Sí, soy la responsable de los memes que han inundado la cuenta de X de El HuffPost en Eurovisión. Siempre buscando un contenido cercano, sin perder el rigor, contando más allá de lo que se pueda ver en la pantalla.
Aunque no siempre haya relación con la industria cultural, también he cubierto temas relacionados con el Feminismo y el colectivo LGTBIQ+.

 

He podido contar en primera persona con supervivientes del “Stonewall español” que es el Pasaje Begoña, denunciar la situación que viven los menores trans o hablar sobre qué significa la manosfera antes de que llegara a Netflix ‘Adolescencia’.

 

Mi trayectoria

Nací en Málaga, donde estudié Periodismo por vocación en la Universidad de Málaga, entre playlists de Spotify, discos y conciertos. Antes de incorporarme a El HuffPost en 2017, colaboré diversas revistas culturales y de entretenimiento. En 2016 trabajé en el departamento de comunicación de UPHO Festival, un festival de fotografía contemporánea urbana parte del proyecto europeo Urban Layers. Y, aunque sigo echando de menos Andalucía, me trasladé a Madrid para estudiar el Máster en Periodismo Cultural en la Universidad CEU San Pablo. En 2018, compaginé mi trabajo en El HuffPost con la coordinación de proyecto de la Bienal de Arte Contemporáneo de Fundación ONCE celebrada en CentroCentro. Desde 2017 trabajo en El HuffPost España, donde he logrado una nominación a los premios GLAAD y ser finalista de los Premios Papageno en 2022.

 


 

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