Hoy volvemos a las calles

Hoy volvemos a las calles

Este 1 de Mayo debe ser un reconocimiento explícito a todas las personas trabajadoras que han formado parte de los servicios esenciales durante la pandemia.

Un manifestante de UGT con un megáfono en la manifestación del 1º de mayo de 2019 en Málaga. SOPA Images via Getty Images

Hoy volvemos a las calles a manifestarnos con motivo del 1 de Mayo. UGT junto a CCOO hemos convocado 71 manifestaciones en todo el país bajo el lema Ahora toca cumplir. Un país en deuda con su gente trabajadora, después de que el año pasado tuviéramos que realizar nuestras movilizaciones de manera virtual en las redes sociales a causa de una pandemia que ha provocado la enfermedad y muerte de decenas de miles de personas, ha paralizado nuestra economía, ha destruidos centenares de miles de empleos y ha condenado a la pobreza de nuevo a miles de trabajadores y trabajadoras.

Una pandemia en la que el papel de los trabajadores y trabajadoras ha sido fundamental para que pudiéramos sobrevivir. Han estado en primera línea salvando vidas, cuidando de nuestro mayores, garantizando la producción, distribución y suministro de alimentos y otros productos necesarios, efectuando servicios de limpieza y mantenimiento, contribuyendo a la seguridad de las personas, trayéndonos a casa lo que necesitábamos, garantizando nuestra movilidad o informándonos, entre otras. Este 1 de Mayo debe ser un reconocimiento explícito a todas las personas trabajadoras que han formado parte de esos servicios y por eso nuestro lema dice: “un país en deuda con la gente trabajadora”.

Esa situación desastrosa que podría haber sido muchísimo peor si no fuera por la red de protección social que UGT, junto al resto de los agentes sociales, hemos propuesto al Gobierno. Esta red ha permitido salvar a miles de empresas y cientos de miles de puestos de trabajo mediante los ERTE —que ahora hay que prorrogar—, ha dado protección por desempleo a decenas de miles de empleadas del hogar, fijos discontinuos y trabajadores y trabajadoras autónomas, ha promovido nuevos derechos para el teletrabajo, ha impedido los cortes de suministros básicos a miles de hogares sin ingresos o ha dado protección a más de 300.000 personas a través del ingreso mínimo vital, entre otras medidas.

No podemos darnos por satisfechos, porque mucha gente se ha quedado atrás y ha crecido la desigualdad y la pobreza

Pero no podemos darnos por satisfechos, porque mucha gente se ha quedado atrás, porque ha crecido la desigualdad y la pobreza, porque miles de personas vuelven a vivir en la calle ya que no pueden pagar un alojamiento, porque decenas miles de personas hacen cola cada día frente a los bancos de alimentos para poder dar de comer a sus familias, esos trabajadores y trabajadoras pobres a los que la candidata Isabel Ayuso tacha de “mantenidos”. 

No es suficiente. Y por eso el Gobierno tiene que cumplir con las promesas que dejó aparcadas cuando llegó la pandemia. “Ahora toca cumplir”, como también dice nuestro lema, con esas promesas que son una agenda social fundamental para rescatar a las personas en el proceso de recuperación que hay que emprender gracias a los fondos europeos y los planes de reconstrucción. Planes que tienen que estar supeditados a la creación de empleo con derechos y a los objetivos sociales, además de económicos, que debemos marcarnos como país para crear una sociedad más justa y solidaria, con una legislación laboral más equilibrada, con una economía, un sistema productivo y unos servicios públicos que respondan a las necesidades del país. 

Para ello, el Gobierno tiene que comenzar por aumentar el salario mínimo interprofesional (SMI) y derogar la reforma de las pensiones de 2013 y la reforma laboral.  Y, ¿por qué? Porque es justo, porque el Ejecutivo se había comprometido en sus programas electorales, en su acuerdo de gobierno y con los agentes sociales y porque es bueno para el conjunto del país, de la economía y el empleo.

El Gobierno tiene que aumentar el salario mínimo y derogar la reforma de las pensiones de 2013 y la reforma laboral

Aumentar el SMI es una cuestión de justicia social y económica. Social porque afecta a los que menos ingresan, muchos de ellos trabajadores de los servicios esenciales. Y económica porque supondría aumentar el consumo y, por tanto, a que la economía crezca y se cree empleo. 

Empleo que tiene que ser de calidad. Para ello es necesario que el Gobierno derogue la reforma laboral, para crear una nueva norma laboral que dote de nuevo de equilibrio a la negociación colectiva, que recupere la autorización administrativa previa para los ERE, que dote de causalidad a los despidos, que acabe con la temporalidad, que fomente la igualdad, que luche contra la siniestralidad laboral, que impida el fraude laboral... No puede ser que emprendamos la recuperación con una legislación que abarata y facilita el despido. Para muestra un botón de lo que puede pasar: los 17.000 despidos que la banca propone llevar a cabo.

No puede ser que emprendamos la recuperación con una legislación que abarata y facilita el despido

Pero además, también tiene que derogar la reforma de pensiones, recuperar la revalorización de acuerdo al IPC y eliminar el factor de sostenibilidad que aboca a los pensionistas  a perder  el  40% de su pensión a medio plazo. Porque es de justicia para los pensionistas actuales, que han sostenido a millones de familias y a la economía en dos crisis seguidas, y para los futuros.

Todo esto tiene que ir acompañado de una reforma fiscal integral, que asegure un sistema impositivo progresivo en el que pague más el que más tiene. La igualdad y la libertad vienen de un sistema impositivo justo, que tiene que ser una realidad en los próximos años, porque sin impuestos no se pueden atender los servicios públicos ni las necesidades de la gente.

Pero este 1 de Mayo también nos dirigimos a la CEOE y a CEPYME. La patronal no puede seguir escondiéndose y tiene que sentarse a negociar la renovación del Acuerdo Interconfederal para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) y cumplirlo. 

Nos vemos en las calles. Porque ahora toca cumplir con los trabajadores y trabajadoras. El país está en deuda con ellos

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Secretario general de UGT.