Yendo al origen: en qué consiste exactamente la regla y qué es la dismenorrea

Yendo al origen: en qué consiste exactamente la regla y qué es la dismenorrea

El debate sobre las bajas por menstruación incapacitante de la nueva ley del aborto pone sobre la mesa un asunto mayor: sabemos muy poco sobre la regla.

nazarkru via Getty Images/iStockphoto

“Un período por el que tienen que pasar obligatoriamente todas las mujeres”, una forma de “limpiar el organismo”, “unos días periódicos en los cuales las mujeres sangran”. Cuando se pregunta a la gente qué es exactamente la regla, salen respuestas de este tipo, como demuestra un reportaje de El Intermedio en el que una reportera interroga aleatoriamente sobre esta cuestión a hombres que pasan por la calle.

La ginecóloga Isabel Serrano, experta en derechos sexuales y reproductivos, vio casualmente el programa, emitido este martes, y le pareció “muy llamativo el poco conocimiento que demostraban” los entrevistados. “No decían nada, o decían barbaridades”, comenta Serrano a El HuffPost. Pero ojo: “También pasa entre mujeres”, dice.

Que el programa se emitiera el martes no era casual. Fue ese día cuando el Gobierno aprobó el anteproyecto con el que pretende reformar la ley del aborto, incorporando una batería de medidas entre las que se incluye el derecho a baja laboral por menstruaciones incapacitantes

Antes de que este texto pasara la primera prueba, ya habían corrido ríos de tinta sobre esta prestación que, de salir adelante, será pionera en Europa. En el texto que firman conjuntamente las ministras de Igualdad, Irene Montero, y de Sanidad, Carolina Darias, se señala que se considerará “situación especial de incapacidad temporal por contingencias comunes” las bajas laborales en las que la mujer tenga una “menstruación incapacitante secundaria o dismenorrea secundaria”.  

Lo cierto es que incluso entre los médicos (y las periodistas que cubren esta información) hay todavía dudas sobre los requisitos y las circunstancias detalladas en que podrán solicitarse estas bajas. Desde Igualdad, no obstante, insisten en que se tramitarán “como cualquier otra baja” –a través del médico de cabecera, que deberá disponer de un informe previo del especialista en Ginecología–, con la salvedad de que estas serán asumidas desde el primer momento por la Seguridad Social, y no por la empresa. 

A falta de conocer más detalles, y de que la ley eche a andar –para lo que habrá que esperar, previsiblemente, meses–, en El HuffPost hemos querido ir al origen de este debate para tratar de cerrar la brecha de desconocimiento que ha desvelado esta nueva ley. Explicaremos cuestiones básicas sobre la regla y los dolores menstruales para que, si vas a entrar a debatir, al menos lo hagas informado o informada. 

Qué es la regla

Isabel Serrano, ginecóloga y miembro de SEDRA-Federación de Planificación Familiar, explica que la menstruación es en realidad la “descamación” del endometrio (la capa interna del útero) producida por las fluctuaciones hormonales de la mujer a partir de la pubertad (12-15 años) y hasta la menopausia, cuando se deja de tener la regla.

A lo largo del mes o del ciclo menstrual, el endometrio va creciendo por efecto de las hormonas. “Empieza a 0 milímetros y, cuando alcanza aproximadamente los 14 o 15 milímetros, la capa de células endometriales se desprende en la menstruación, siempre que no haya habido embarazo”, explica Serrano. 

¿Los ciclos duran 28 días? ¿Esto qué significa?

El primer día de ciclo es el primer día de regla. Se dice que los ciclos menstruales duran 28 días (que la regla viene cada 28 días) porque suele bajar 14 días después de ovular. La ovulación puede producirse en el día 14 del ciclo, y 14+14=28.

Sin embargo, “en la vida real no siempre es así”, advierte Isabel Serrano. Habrá mujeres con ciclos de 28 días, pero también otras con ciclos de 26 o de 45 días, y no quiere decir que sea anómalo. 

¿Se tiene la regla porque se ovula?

No exactamente. “No podemos decir que la ovulación es la que provoca la menstruación”, aclara Isabel Serrano. “De hecho, cuando las chicas tienen la primera regla, muchas veces no han empezado a ovular”, ilustra.

En todo caso, lo habitual es que en la menstruación se desprenda, además de células endometriales y sangre, el óvulo no fecundado. 

¿Y si se toman métodos anticonceptivos hormonales?

Se deja de ovular, pero el endometrio sigue su curso de crecimiento, aunque en menor medida, de modo que lo normal es que se siga sangrando cada mes. 

  62856d4d260000e43a8a8b4aCarol Yepes via Getty Images

¿Las chicas deberían ir al ginecólogo tras la primera regla?

No está establecido que esto deba ser así. Cuando se le pregunta a Isabel Serrano si sería recomendable hacerlo, responde con un “depende”. “Es un proceso natural: si la población, los colegios y los padres tuviéramos una educación sexual adecuada, sabríamos responder a lo básico” sobre la cuestión de la regla, apunta. 

La especialista explica que durante los primeros años de menstruación esta puede ser irregular y no pasa nada. Sí habría que consultar al médico de familia para que este derive a Ginecología “si hay dolores fuertes”, si la regla es muy temprana (antes de los 11 años) o si la niña ha cumplido 15 o 16, tiene poco desarrollo y todavía no tiene la menstruación.

¿Es la regla un tema tabú?

“Llevamos muchos años trabajando para desterrar mitos y tabúes en torno a la menstruación y visibilizando, pero todavía nos queda”, opina Laura Cámara, enfermera, matrona y sexóloga. La experta, a cargo de la web Ginesex, siente que “de repente, en los últimos días, se han puesto las menstruaciones encima de la mesa”, pero esto no ha hecho más que evidenciar “cuánta ignorancia hay sobre ello”.

“Como nos ocurre a nosotras parece que es menos importante, pero de la misma manera que estudiamos cómo se hace la digestión y qué pasa en el aparato circulatorio, tenemos que estudiar lo que pasa en nuestro ciclo menstrual”, sostiene Cámara, haciendo una clara defensa de la educación sexual y menstrual en los colegios, lo cual también se contempla en la nueva ley.

Sólo nos preocupamos por nuestro cuerpo desde un punto de vista negativo -ETS, embarazos no deseados, abuso-, y esto acaba calando

Isabel Serrano coincide en que “hay una parte de tabú”, pero “también una parte de abandono”. La ginecóloga considera que “sólo nos preocupamos por nuestro cuerpo desde un punto de vista negativo (infecciones de transmisión sexual, embarazos no deseados, violencia, abuso)”, y esto al final acaba calando. La menstruación y la salud sexual son algo “natural, fisiológico, que no debemos rechazar ni estigmatizar”, recalca Serrano. 

Como anécdota, la ginecóloga cuenta que, durante años y décadas, se decía “estoy mala” para evitar mencionar claramente que se tenía la regla y, aunque se ha avanzado mucho sobre ello, algo ha quedado “en el imaginario popular”. Todavía hay niñas que esconden la compresa en la manga cuando van a cambiarse en los baños del colegio, y adultas que hacen lo propio con el tampón o la copa en sus puestos de trabajo.

Pero sí hay gente que realmente se pone mala con la regla…

Sí. Una buena parte de las mujeres experimentan dolores menstruales y, de entre ellas, una parte sufre síntomas incapacitantes, desde dolor abdominal y muscular hasta vómitos y mareos

Un estudio de la Sociedad Española del Dolor realizado en 2001 entre 1387 mujeres en la Comunidad de Madrid indicó que 78,4% de las participantes sufría dolor menstrual en al menos tres menstruaciones al año. Midiendo la intensidad de dolor de 0 a 10 y tomando como referencia la última regla, “el 30,1% de la muestra presentaba una intensidad de dolor igual o inferior a 2 puntos; el 28,2% presentaba una intensidad moderada (entre 3 y 5 puntos de la escala); el 32,1% presenta una intensidad severa (entre 6 y 8 puntos) y el 9,8% de la muestra total presenta dolor incapacitante”.

Se pone de manifiesto la relevancia del problema del dolor menstrual y la necesidad de que se dediquen más recursos, mejorando así la calidad de vida y la salud de una parte importante de la población
Un estudio de 2001 de la Sociedad Española del Dolor

“Estos resultados ponen de manifiesto la relevancia del problema y la necesidad de que se dediquen más recursos y profesionales a su estudio, mejorando así la calidad de vida y la salud de una parte importante de la población”, concluía el estudio, que además citaba a José Botella Llusiá, autor del Tratado de Ginecología, según el cual “la dismenorrea primaria es una de las causas más frecuentes e importantes de absentismo laboral entre la población femenina”.

  62856d6b1e0000bee71b4fbcSvetlana Larshina via Getty Images/iStockphoto

¿Entonces las ‘nuevas’ bajas servirán para algo?

Según datos del Ministerio de Inclusión y Seguridad Social que recoge eldiario.es, cada año se conceden en España unas 6.000 bajas por dismenorrea o cuadros de tensión abdominal por la regla.

Pero si había mujeres que no se cogían bajas pese a sufrir dolores de regla incapacitantes por pudor o miedo a la repercusión en su entorno laboral, o por cuestiones económicas (para que no les descontaran el sueldo los días de baja), con la nueva ley en la mano estarán más cubiertas. En todo caso, tampoco será necesario que especifiquen a su empresa el motivo preciso de la baja.

Hay una tendencia a casi reírse del dolor de las mujeres, a decir ‘qué exagerada’. Probablemente este debate sirve para que la sociedad, y los sanitarios, tomen nota
Isabel Serrano, ginecóloga

“Hagamos que esas mujeres sufran lo menos posible”, propone Isabel Serrano. “En muchísimas ocasiones, sea con el parto, las varices pélvicas o la regla, hay una tendencia a casi reírse del dolor de las mujeres, a decir ‘qué exagerada’. Probablemente este debate sirve para que la sociedad, y los sanitarios, tomen nota”, confía la ginecóloga.

Qué es la dismenorrea

Este concepto se escucha con más frecuencia de la habitual estos días porque se incluye en el anteproyecto de ley firmado por el Gobierno para regular el tema de las bajas por regla. Según fuentes de Igualdad, para que una mujer pueda acceder a estas bajas –a través de su médico de cabecera–, en su historial deberá figurar algún tipo de diagnóstico relacionado, que en caso de no ser una afección como tal (endometriosis, ovarios poliquísticos, enfermedad inflamatoria pélvica, pólipos, etcétera) tendrá que aparecer como “dismenorrea”.

La dismenorrea es “un dolor potente, ya sea localizado o generalizado, que se produce durante la menstruación, incluso un poco antes del propio sangrado, por la liberación exagerada de prostaglandinas”, explica Isabel Serrano.

La dismenorrea puede ir asociada a una patología o no. Según Isabel Serrano, que coincide en este caso con el planteamiento de Igualdad, “es difícil que una mujer tenga una dismenorrea impresionante y no tenga endometriosis” u otra afección similar, por lo que “conviene acudir a las consultas de endometriosis de los hospitales”, recomienda. 

El problema: que el diagnóstico de la endometriosis puede tardar años en darse, e incluso puede no llegar nunca a pacientes que realmente la sufren.

Qué pasa con la endometriosis

Es una enfermedad dolorosa, con muchas caras y sin cura en la que el endometrio, el tejido que reviste el útero, crece fuera del mismo. Se estima que una de cada diez mujeres sufre endometriosis, y muchas lo hacen entre el silencio, la incomprensión y el dolor. 

La matrona y sexóloga Laura Cámara cuenta que atiende a pacientes que tienen problemas en su vida sexual por la endometriosis, siendo esta una enfermedad “que produce dolor crónico y muy mala calidad de vida” en general, y de vida sexual en particular.

Aun así, no son raros los casos de mujeres que han tardado dos décadas en tener un diagnóstico pese a sentir “un dolor tan agudo, tan penetrante, tan insoportable, que podemos llegar a hacernos daño tratando de calmarlo”, explicaba Blanca Espigares Rooney, arquitecta e investigadora con endometriosis, en un post en El HuffPost.

La ginecóloga Isabel Serrano reconoce que a veces resulta “muy difícil diagnosticar” esta enfermedad. “Hay algunos focos del endometrio ubicados en zonas inusitadas, como a nivel anal, o en el tabique de la vagina, que sólo se pueden ver con una laparoscopia, y no se hace una laparoscopia a todas las mujeres que se quejan de dolor”, apunta. 

“Probablemente, de lo que se trata con esta nueva ley es evitar que los médicos no se tomen en serio estos asuntos”, sugiere Serrano.