España lanza un grito por las mujeres en un 25-N reivindicativo y diverso

España lanza un grito por las mujeres en un 25-N reivindicativo y diverso

Madrid, epicentro de la controversia, con manifestaciones solapadas de signo contrario. Críticas a Irene Montero en una y aplausos y vítores en la otra, a la que ha acudido.

Manifestantes tapadas por máscaras en una de las manifestaciones en MadridPIERRE-PHILIPPE MARCOU via Getty Images

Madrid, Barcelona, Sevilla, Salamanca, Pamplona, Granada, Palma... La lista es inabarcable de tantos puntos como se han levantado este viernes en España con un objetivo común: el fin de la violencia contra las mujeres.

Por el 25 de noviembre y bajo lemas como Paremos el terrorismo machista o El machismo mata, viola explota y borra a las mujeres, decenas de miles de personas han tomado las calles de las principales ciudades  ante una lacra que no deja de aumentar sus cifras de asesinadas, agredidas o víctimas de abusos sexuales. No ha importado el frío para reclamar libertad para las mujeres.

La jornada, sin embargo, también ha dejado entrever las divisiones que se viven en plena polémica por la ley de ‘solo sí es sí’ y la rebaja de penas de varios condenados por delitos sexuales.

En Madrid se han solapado varias manifestaciones, que han contado en total con la participación de 13.000 personas, según las cifras de la Delegación del Gobierno.

Por un lado, la de la Comisión 8M en Vallecas, en la que ha estado Irene Montero, y la del Movimiento Feminista de Madrid, donde se han podido escuchar gritos de “Aquí estamos las feministas” e “Irene Montero, dimisión”, por la postura contraria a la ley trans impulsada desde Igualdad.

En esta última cita han participado varias ministras del PSOE, como la vicepresidenta primera, Nadia Calviño; la titular de Industria, Reyes Maroto, o la portavoz y titular de Política Territorial, Isabel Rodríguez. En la concentración se ha visto, incluso una pancarta pidiendo la salida de Montero al frente de Igualdad.

Montero, entre aplausos y vítores en Vallecas

La ministra de Unidas Podemos se ha manifestado, por su parte, en la otra convocatoria, la lanzada por el Colectivo 8-M en Vallecas, menos multitudinaria. Allí ha sido recibida con aplausos y gritos de “Irene hermana, aquí está tu manada” cuando se ha incorporado a la marcha, en la que han participado también otros dirigentes de su partido, entre ellos Isa Serra tras una pancarta que rezaba: ‘Que viva la lucha de las mujeres. Ni una menos’. Al final de la manifestación el sindicato estudiantil “Libres y Combatientes” se ha colocado con una pancarta en “contra la transfobia” para “defender que tiene que haber una ley para las personas transexuals” y criticar la “campaña bochornosa” del PSOE, que en su opinión, “pone palos en las ruedas” a esta norma.

  Una de las manifestante en Madrid contra la violencia sexual Europa Press News via Getty Images

En la masiva concentración en Barcelona, con entre 3.000 y hasta 50.000 asistentes según lo cuenten la Guardia Urbana o la organización, otra ministra socialista, Raquel Sánchez (Transportes) ha mostrado su apoyo total a Montero, de la que ha dicho que “si le insultan a ella, nos insultan a todas”, en referencia a los insultos de Vox en los últimos días. Allí el lema ha sido ¡Contra las violencias machistas: acusamos y actuamos!.

La violencia sexual, de plena actualidad por la interpretación de algunos jueces de la ley de ‘solo sí es sí’ que ha llevado a rebajar algunas penas a agresores, ha sido el motivo central de la mayoría de cánticos y pancartas en la ciudad condal.

A vueltas con el ‘solo sí es sí’

La controversia por la aplicación de esa ley de ‘solo sí es sí’ ha llevado a la Fiscalía General a posicionarse de forma clara para rechazar esa rebaja de las penas si la condena cabe en el marco de la nueva ley. Sin embargo, varias Audiencias Provinciales, entre ellas la de Madrid no han adoptado la postura recomendada por el Ministerio Público, acogiéndose al principio de aplicar la pena que menos lesiva sea con el penado.

Igualdad, con Irene Montero a la cabeza, insiste en la idoneidad de la norma, mientras aumenta el número de condenados que se acogen a la reducción en las penas mínimas que incluye el texto.