Mi cuerpo no debería ser el nuevo meme de la cuarentena

Mi cuerpo no debería ser el nuevo meme de la cuarentena

Hay algo que no parece cambiar con esta 'nueva normalidad': la gordofobia.

GordofobiaCOURTESY OF RENEE CAFARO

Gran parte del planeta se ha detenido, la gente se ha confinado en sus hogares para frenar el avance del coronavirus y muchas personas han utilizado el nuevo tiempo libre para reflexionar. He estado leyendo los artículos que han surgido sobre los errores de los que debería aprender la sociedad y de cómo deberíamos comprometernos a hacer mejor las cosas cuando acabe la pandemia, como si fuéramos pecadores negociando con Dios en plena experiencia cercana a la muerte.

Sin embargo, hay algo que no tiene mucha pinta de ir a cambiar cuando volvamos a la vida normal: la gordofobia. No solo estoy hasta las narices, tambien quiero guiarte por un viaje virtual de aprendizaje para que comprendas por qué hay que acabar con la gordofobia de una vez por todas.

En una época en la que se ha disparado el consumo de los medios digitales, también ha habido un incremento de publicidad para adelgazar, de rutinas de deporte en casa y, por supuesto, de memes sobre la gordura.

Esto último no es solo lo más extendido, sino también lo más peligroso. Incluso amigos que considero que deberían estar mejor informados están compartiendo memes sobre sus “anticuerpos” de playa, contando calorías o bromeando sobre lo “mucho” que están comiendo, y todo esto en una época en la que deberíamos dar gracias simplemente por seguir vivos y centrarnos en acabar con el coronavirus. (Una cucharada más de helado no es darse un “atracón”, y hablar de ello como si lo fuera banaliza una enfermedad real. Las personas que sufren trastorno por atracón o bulimia deberían buscar ayuda profesional).

Es interesante comprobar que incluso en plena pandemia, lo que más miedo les da a muchas personas es tener mi aspecto. Las mujeres de tallas grandes hemos criticado los memes sobre la gordura y nos han respondido lo mismo: “No te lo tomes tan a pecho”. Pero es difícil tomarse estos memes como “bromas inofensivas” cuando sabes que lo que hacen es perpetuar la cultura de la dieta y que quizás estén agravando trastornos alimentarios o provocando que recaigan personas que están recuperándose de ellos.

Incluso en plena pandemia, lo que más miedo da a muchas personas es tener mi aspecto

Hace años, me convertí en embajadora de la Asociación Nacional de Trastornos Alimentarios (NEDA) de Estados Unidos, algo que encaja de forma natural con mi trabajo en la revista para personas de tallas grandes SLiNK y con mi nuevo papel como influencer de aceptación corporal. Sabía que había tenido una relación bastante tóxica con la comida en el pasado, pero lo que no sabía era que técnicamente puedes sufrir anorexia aunque tengas obesidad.

 

Padezco anorexia atípica, un trastorno alimentario subclínico por el que ayuno durante días sin tomar casi nada, ni apenas agua. Lo que me da más miedo es que tiendo a hacerlo de forma automática como reacción al estrés, a menudo sin ser consciente de que estoy agotada hasta que me desmayo al tercer o cuarto día.

Muchos de los memes de mujeres gordas en bikini tienen una inclinación “despreocupada” hacia la anorexia y dicen cosas como: “Ojalá se me olvidara comer” o “Igual consigo adelgazar unos cuantos kilos durante la cuarentena”. Se estima que la anorexia nerviosa tiene una tasa de mortalidad superior a la del coronavirus. ¡Vaya, qué “gracioso”!

La gordofobia es algo que nos inculcan casi desde el momento en que llegamos al mundo

Me di cuenta de que todo esto que se dice sobre los cuerpos y la comida provocaba en mí una sensación de fealdad e insuficiencia. Notaba que mis reacciones a estas “bromas” traumáticas eran viscerales y me preocupé por mi salud mental. Y entonces, hace poco, en mitad de esta avalancha de memes sobre gordos, me topé en Instagram con un rayo de esperanza llamado #MyQuarantineBody, iniciado por Anastasia Garcia, @anastasiagphoto.

Esta mujer hizo un llamamiento a los influencers para que publicáramos fotos nuestras en todo nuestro esplendor curvy, como si las fotos fueran ofrendas a nuestra idolatrada Lizzo. Modelos como Hunter McGrady se unieron a esta conversación y fui capaz de silenciar todo ese contenido grimoso y dañino al que estamos sometidas las mujeres de tallas grandes. Era una campaña muy necesaria que me ayudó a sentirme mucho mejor conmigo misma, pero eso no es suficiente. Hay que acabar con los memes que se ríen de los gordos.

No solo intento “despertar” a las personas que piensan que simplemente están alegrando esta época oscura al compartir esos memes. Estoy aquí para dejar claro que al convertir en meme un cuerpo del tipo que sea, estás provocando daño físico y mental.

Se estima que casi 30 millones de estadounidenses sufren algún trastorno alimentario (contando como tales los síntomas subumbrales de trastorno). Las encuestas demuestran que al sufrir acoso por su peso, cualquier persona, sea del género que sea, es susceptible de caer en atracones de comida, en el ayuno, en el abuso de drogas, en la depresión o en una reducción de su implicación en las actividades del día a día. La próxima vez que publiques una foto de una persona gorda y des a entender que engordar es lo peor que te podría pasar esta cuarentena, date cuenta de que no solo es una broma para motivarte a ti o a otras personas para que presten atención a sus hábitos alimentarios: estás menoscabando su autoestima y su salud general.

Al convertir en meme un cuerpo del tipo que sea, estás provocando daño físico y mental

Esta avalancha de memes supone un ejemplo peligroso para las adolescentes, que son especialmente susceptibles a este tipo de mensajes: entre el 40% y el 60% de las niñas de primaria en Estados Unidos ya están preocupadas por su peso o por ser “demasiado gordas” gracias a esta obsesión de los medios por la delgadez que les llega desde que son muy pequeñas.

Esto no solo demuestra que la gordofobia es algo que nos inculcan casi desde el momento en que llegamos al mundo, sino que también plantea la pregunta de qué les están enseñando realmente a los niños cuando perpetúan la idea de que delgadez equivale a belleza. Debemos darnos cuenta de la responsabilidad que tenemos de preocuparnos por la siguiente generación y debemos trabajar para acabar con esta espiral de autodesprecio y trastornos. Parte de la solución es dejar de compartir esta clase de memes.

Si has leído hasta aquí, quizás pienses: “Hala, qué exagerada, son memes para hacer reír, supéralo”. Admito que en mi propia familia mucha gente se niega a entender por qué la gordura no debería ser motivo de chiste, pero las burlas dicen más de quienes las hacen que de quienes las reciben. Si eres de los que opinan que no me lo debería tomar tan a pecho, te reto a que reconsideres unas cosas.

No todo el mundo tiene el aspecto que a ti te gustaría que tuviera, ni siquiera tú mismo. Muy a menudo, los peores ataques que recibo como influencer de aceptación corporal provienen de personas que tienen interiorizado un enorme trastorno de dismorfia corporal. Es trágico, de verdad. Ojalá todo el mundo aprovechara este tiempo libre que le da la cuarentena para firmar la paz con su cuerpo.

Es más, quizás te hagas un favor a ti mismo si eres tú quien deja de tomárselo tan a pecho. Olvídate ya de tu miedo a no encajar en unos ideales arbitrarios y cómete esa maldita galleta. La vida es demasiado corta, así que muestra algo más de compasión, contigo y con los demás. No deberíamos estar obsesionados con pasar la cuarentena haciendo abdominales, comiendo sano y preocupándonos por el aspecto que tendremos cuando por fin salgamos.

Somos muchos los que estamos intentando seguir con nuestras vidas con la mayor normalidad posible en unos momentos en los que nada es normal. Es momento de mantenernos cuerdos, sanos y salvos en casa, no es momento de sentirnos culpables por lo que comemos. Es la curva de la pandemia la que debemos doblegar, no las nuestras, y debemos apoyarnos los unos a los otros en vez de compartir memes que pueden causar más daño incluso del que ya estamos sufriendo.

Renee Cafaro es influencer de tallas grandes y editora internacional de la revista SLiNK sobre la aceptación corporal. Puedes saber más sobre ella en Instagram en @foxyroxyfashion o en su página web www.reneecafaro.com.

Este post fue publicado originalmente en el ‘HuffPost’ Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.