Muere un perro al que United Airlines obligó a viajar como equipaje de mano en cabina
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Muere un perro al que United Airlines obligó a viajar como equipaje de mano en cabina

El animal, un cachorro, no sobrevivió a las tres horas y media de trayecto, desde Houston hasta Nueva York.

Un Boeing 777 de United Airlines, en una imagen de archivo.Getty Images

United Airlinesvuelve a ser noticia por cómo trata a los animales en sus aviones. Ahora, la compañía aérea está siendo fuertemente criticada después de que un perro de apenas 10 meses muriese este lunes en el vuelo 1284 que une Houston con Nueva York (EEUU). La familia con la que viajaba, una madre con un niño de unos 8 años y un bebé, fue obligada a meter al cachorro de Bulldog francés en el compartimiento superior de equipajes y cuando lo sacaron estaba ya sin vida.

La mujer llevaba al pequeño, llamado Kokito, dentro de su transportín correspondiente y quería que viajara a sus pies, bajo el asiento, junto a sus piernas, para que estuviera en contacto con ella, pero la azafata impidió que la mascota permaneciera allí en un vuelo de tres horas y media de trayecto. Argumentó que podía ser peligroso en caso de emergencia, por si alguien tropezaba con él. Acabó convenciendo a la dueña para que lo colocara arriba como si fuera una maleta más.

El perro permaneció un rato quejándose en el interior del compartimiento superior, hasta que finalmente se hizo el silencio. Cuando el avión aterrizó en Nueva York y abrieron su maletín especial lo encontraron muerto. La familia se echó a llorar en mitad del pasillo de forma desconsolada.

Uno de los pasajeros del vuelo de United Airlines relató el incidente en un post de Facebook, junto a unas duras fotografías del animal y otras en las que se ve el transportín. "Estuvo amontonado dentro del compartimiento superior sin aire ni agua (...) Al abrir el transportín no hubo respuesta cuando la familia lo llamó por su nombre. Sostuve al bebé mientras la madre intenta resucitar al animal. Lloré con ellos y mi corazón se rompió cuando me di cuenta de que se había ido", relata June Lara.

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El post de Facebook termina con una contundente queja: "A United Airlines no le importa la seguridad de sus viajeros peludos. Esta familia pagó 125 dólares para que su mascota fuera asesinada frente a ellos. No hay excusa para el dolor que están sufriendo". Según publica el New York Times, la empresa ha pedido disculpas por este incidente y le ha devuelto el importe íntegro de los billetes a la familia, incluido el sobrecoste que pagaron por llevar a Kokito.

Contra las normas

Colocar animales en el compartimiento superior contradice la normativa de la aerolínea. Ahí se detalla que las mascotas, siempre que el tamaño se lo permita, deben permanecer dentro de su transportín y debajo del asiento delantero del cliente. La azafata tomó la decisión equivocada de forma personal, pero la compañía asume la plena responsabilidad.

No es la primera vez que United Airlines protagoniza un incidente de este tipo. El año pasado dio la vuelta al mundo la demanda que recibieron después de que un conejo gigante falleciera en la bodega del avión. Además, en 2017 murieron en sus vuelos según un informe del Departamento de Transporte 18 animales y 13 resultaron heridos.

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Soy redactora centrada en Global y trato de contar el mundo de forma didáctica y crítica, con especial atención a los conflictos armados y las violaciones de derechos humanos.

 

Sobre qué temas escribo

Mi labor es diversa, como diverso es el planeta, así que salto de Oriente Medio a Estados Unidos, pero siempre con el mismo interés: tratar de entender quién y cómo manda en el siglo XXI y cómo afectan sus decisiones a la ciudadanía. Nunca hemos tenido tantos recursos, nunca hemos tenido tanto conocimiento, pero no llegan ni las reformas ni la convivencia prometidas. Las injusticias siempre hay que denunciarlas y para eso le damos a la tecla.

 

También tengo un especial empeño en la actualidad europea, que es la que nos condiciona el día a día, y trato de acercar sus novedades desde Bruselas. En esta ciudad y en este momento, la defensa es otra de las materias que más me ocupan y preocupan.

 

Mi trayectoria

Nací en Albacete en 1980 pero mis raíces son sevillanas. Estudié Periodismo en la Universidad de Sevilla, donde también me hice especialista en Comunicación Institucional y Defensa. Trabajé nueve años en El Correo de Andalucía escribiendo de política regional y salté al gabinete de la Secretaría de Estado de Defensa, en Madrid. En 2010 me marché como freelance (autónoma) a Jerusalén, donde fui corresponsal durante cinco años, trabajando para medios como la Cadena SER, El País o Canal Sur TV.

 

En 2015 me incorporé al Huff, pasando por las secciones de Fin de Semana y Hard News, siempre centrada en la información internacional, pero con brochazos de memoria histórica o crisis climática. El motor siempre es el mismo y lo resumió Martha Gellhorn, maestra de corresponsales: "Tiro piedras sobre un estanque. No sé qué efecto producen, pero al menos yo tiro piedras". Es lo que nos queda cuando nuestras armas son el ordenador y las palabras: contarlo. 

 

Sí, soy un poco intensa con el oficio periodístico y me preocupan sus condiciones, por eso he formado parte durante unos años de la junta directiva de la ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF) España. Como también adoro la fotografía, escribí  'El viaje andaluz de Robert Capa'. Tuve el honor de recibir el XXIII Premio de la Comunicación Asociación de la Prensa de Sevilla por mi trabajo en Israel y Palestina y una mención especial en los Andalucía de Periodismo de la Junta de Andalucía (2007). He sido jurado del IV Premio Internacional de Periodismo ‘Manuel Chaves Nogales’.

 

 


 

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