Por qué Pablo Casado SÍ tiene que dar explicaciones

Por qué Pablo Casado SÍ tiene que dar explicaciones

No vale su silencio ante una condena de la Audiencia Nacional al PP y a Bárcenas por pagar en negro la reforma de Génova 13.

Cartel de Pablo Casado en Génova 13Victor J Blanco / GTRES

La Audiencia Nacional ha sido muy clara: las obras de reforma de la sede del PP se pagaron en negro y con la caja B. Esto ha supuesto una pena de dos años de cárcel para Luis Bárcenas y una condena al Partido Popular por responsabilidad subsidiaria. ¿Y qué ha hecho Pablo Casado y su dirección? Guardar silencio, callarse, no piensan hablar.

El presidente del PP ya advirtió el pasado mes de febrero, después de la debacle de las elecciones catalanas, que no pensaba hablar más del pasado de corrupción. Dijo textualmente: “Desde hoy, esta dirección nacional no va a volver a dar explicaciones sobre ninguna cuestión pasada que corresponda a una acción personal que no haya sido en beneficio del partido o incluso haya podido perjudicarle”. En plata: no pensaba hablar más del caso Bárcenas. Porque él lo decidía. Y, además, se vendería la sede de Génova. Entonces se decía que “cuanto antes”.

Pues este 28 de octubre la Audiencia Nacional ha dictaminado que esa sede fue pagada en parte en B. La dirección popular cierra la boca. ¿Se lo pueden permitir? No. Pablo Casado SÍ tiene que dar explicaciones. Lo primero: a pesar del anuncio, el PP sigue morando en ese número 13 de la calle Génova. La actual dirección se sienta a estas horas en despachos reformados con dinero en negro, pagado todo en dinero en metálico que salía de una caja fuerte del despacho de Bárcenas.

Pero es que la sentencia no sólo condena a Luis Bárcenas, sino al PP. Es decir, al partido que hoy dirige Pablo Casado. ¿No tiene nada que decir el máximo dirigente? Aunque sólo sea para intentar defender la honorabilidad de su partido, o marcar distancias con épocas anteriores. El PP acumula ya dos condenas de este tipo: la de este jueves y la de 2018 de la Audiencia a título lucrativo por la primera parte de Gürtel (que fue ratificada en firme por el Tribunal Supremo en 2020).

  Luis BárcenasPIERRE-PHILIPPE MARCOU via Getty Images

La incoherencia de Casado es también patente al decir que no va a hablar de cosas del pasado que no le interesan. Las obras de Génova se hicieron entre 2005 y 2010, según se ha juzgado en la Audiencia Nacional. Durante esa época el partido estaba dirigido por Mariano Rajoy. Por lo tanto, ¿va a borrar también al expresidente de la historia de su partido? Pues justo recurrió a él hace apenas unas semanas para iniciar en Santiago de Compostela su convención itinerante. Entonces sí vendió el pasado marianista: un “programa reformista” que en “tiempo récord” creó 2,7 millones de empleos.

Eso decía de Rajoy y opinaba de ese pasado. Sería lógico que hablara también de los otros pasados: Luis Bárcenas fue ascendido por el propio Mariano Rajoy al cargo de tesorero en 2008 después de estar como gerente desde 1990. Además, la sentencia de la Audiencia Nacional también critica a la cúpula del Partido Popular de entonces diciendo que no consta que el PP, a través de sus órganos directivos (comité ejecutivo), ejerciera un control adecuado sobre la gestión del gerente Luis Bárcenas en la fecha de los hechos, siendo las medidas adoptadas por la formación política, -tanto respecto de aquel, como de auditoría interna y promoción de iniciativas legislativas relativas a la financiación de partidos políticos-, posteriores a la fecha de comisión de los hechos enjuiciados”.

¿No tendría que ser necesario que Pablo Casado dijera que eso no va a pasar más ante sus electores y ante los ciudadanos y que su cúpula no cometerá el mismo error? El dirigente del PP siempre se ha mostrado firme contra la corrupción y considera que es el peor lastre del partido, pero llega una durísima condena de la Audiencia Nacional y no sale a marcar distancias y mostrarse tajante como hizo durante las campaña de las primarias.

  Pablo Casado y Mariano RajoyNurPhoto via Getty Images

Asimismo, la posición que está manteniendo Casado le invalida a partir de ahora también en muchos aspectos. Si fuera coherente, no tendría que haber hablado desde el pasado mes de febrero (y menos a partir de ahora) sobre cualquier resolución de los tribunales. Y lo hace constantemente, como, por ejemplo, con los fallos del Tribunal Constitucional sobre el estado de alarma o la condena del Tribunal Supremo al exdiputado de Unidas Podemos Alberto Rodríguez. Por lo tanto, con la actitud de hoy el propio Casado se está desacreditando para poner hablar y opinar sobre cualquier decisión judicial. A partir de ahora, y aplicando su lógica, estaría prohibido que cualquier miembro del PP hablara de Neurona o los ERE.

Aplicando su lógica, estaría prohibido que cualquier miembro del PP hablara sobre Neurona o los ERE

Casado no tuvo nada que ver con ninguna toma de decisión obviamente, pero la cúpula del PP entonces estaba dirigida por Mariano Rajoy, quien años más tarde le daría su gran oportunidad al ascenderlo en 2015 como vicesecretario de Comunicación. En aquellos años de la reforma Pablo Casado sí era el líder de Nuevas Generaciones del PP de Madrid. Precisamente el partido en Madrid tiene su sede en la primera planta de Génova 13. ¿No debería pronunciarse también por eso para saber qué piensa de la sentencia?

Desde que se produjo la moción de censura contra Mariano Rajoy, el PP ha tratado de extender la idea de que el Gobierno de Pedro Sánchez era ilegítimo. Aquella sentencia de la Audiencia Nacional que provocó el giro político fue luego ratificada por el Tribunal Supremo el año pasado. Y ahora la Audiencia vuelve a dictar otra sentencia que condena por segunda vez al PP (de manera subsidiaria) en un caso de corrupción y que vuelve a dar por comprobada la existencia de esa caja B (dinero en metálico que provenía de donaciones ilegales de empresarios).

Casado cogió un partido fuera del poder y con corrupción acreditada durante años. Ganó las primarias condenando la corrupción y diciendo que volvería a las esencias. Y se hizo presidente del PP, pero de todo el PP y de todo su pasado, que ahora quiere olvidar selectivamente. ¿No sería lógico que condenara las actitudes que hoy ha puesto negro sobre blanco la Audiencia e insuflara más confianza en el futuro? ¿Por qué calla hoy sobre la sede de Génova cuando utilizaba su balcón hace apenas unos meses para festejar junto a Isabel Díaz Ayuso la noche del 4-M?

Casado SÍ tiene que dar explicaciones y opinar sobre lo que ha condenado la Audiencia Nacional. Por el bien de su propio partido y de la limpieza democrática.