Pau Gasol, la inteligencia vuelve

Pau Gasol, la inteligencia vuelve

El exseleccionador nacional de baloncesto analiza la figura del jugador, cuyo legado permanece porque trasciende las cifras, las marcas, los trofeos y los hitos deportivos.

El seleccionador Pepu Hernández habla con Pau Gasol durante la final del EuroBasket de 2007.Pierre-Philippe Marcou / Getty

El regreso de Pau Gasol a España y al club donde comenzó solo puede ser un buen augurio en todos los sentidos. Su aportación es trascendental y creo que puedo explicarlo en pocas palabras. Trasciende sus marcas, sus triunfos, sus anillos, todo, porque no es tanto física como mental, no es tanto deportiva como personal. Durante el tiempo que coincidí con Pau, no pocas veces pude comprobar que su talento iba más allá de lo meramente deportivo.

Como cuando siendo júnior, el entrenador daba una charla y si los jugadores americanos no lo entendían bien, a quien preguntaban era a Pau. No solo porque lo tradujera, sino porque comprendía y transmitía con mejores palabras qué era lo que esperaba el entrenador de ellos. Les daba la información de referencia, era un apoyo al entrenador.

Si los jugadores americanos no lo entendían bien, a quien preguntaban era a Pau

O cuando llegó a la selección. No nos conocíamos personalmente y nos tanteábamos, midiéndonos de alguna manera. En la pretemporada del Campeonato del Mundo hubo un momento que conectamos. Tras un desayuno en el que tuvimos ocasión de hablar, vi que iba a responder bien a lo que yo proponía y que el resto del equipo lo comprendería todo a través de él. Había jugadores a los que yo conocía desde hacía años, pero cuando Pau te acepta es una puesta en común brutal que lanza a todo el equipo más allá.

Conecta las cabezas, por decirlo de forma quizá algo tosca, pero gráfica. Todo esto se mantiene y le trasciende. Va más allá de sus excepcionales cualidades físicas, porque literalmente se queda en los equipos incluso después de que se haya marchado.

Me explico, de nuevo, con otra anécdota que ilustra esto. Semifinal del Campeonato del Mundo de Japón. Pau se lesiona cuando faltaba un minuto y 35 segundos para el final del partido contra Argentina: una generación magnífica de jugadores, un equipazo, duro y resistente. Salvamos el partido. Pau, con el pie roto, mete dos tiros libres. Íbamos a jugar la final. Después de atender a la prensa, entré al vestuario. El vestuario estaba en completo silencio: Pau, Marc y Navarro, llorando y Garbajosa dándole una patada a la taquilla. Me doy cuenta de que no están tristes porque se ha lesionado el mejor jugador del equipo, que es lo que se podría pensar de entrada. Lloraban porque nuestro amigo Pau se perdía la final.

Lloraban porque nuestro amigo Pau se perdía la final

Podrían ser más rápidos, pero más equipo imposible. Estaban unidos con un amigo, no por lo crematístico, por su eficacia en el juego o por los resultados, sino porque su amigo no iba a poder jugar.

Entonces los pusimos a todos en pie y dijimos: “venga, el próximo lo ganamos por Pau”. Empezamos a ganar la final allí con Pau lesionado y te das cuenta de que lo que gana no es por su forma física. Es por su inteligencia para entender, compartir, comprometer. Conectar.

A los griegos en la final no les dejamos ni respirar. El equipo reaccionó y faltara quien faltara, seguíamos jugando a lo mismo. Eso es Pau Gasol. La inteligencia es la clave. Puedes medir 2,15 metros, pero él entiende el juego de una manera muy especial.

Puedes medir 2,15 metros, pero él entiende el juego de una manera muy especial

Cuando llegó a los Lakers, la temporada estaba iniciada y fichó con un entrenador muy especial, extraordinario, pero con un sistema de juego complicado, donde otros jugadores que llevan dos temporadas no lo habían entendido. Él lo entendió en dos semanas. Estaba demostrándole al resto de los compañeros más veteranos cómo quería el entrenador que fuera aquello. Es esa forma de comprender, de transmitir y de conectar lo que marca la diferencia.

Me parece lógico que Pau vuelva a donde siempre había expresado su deseo de volver, a sus orígenes. El Barcelona quiere Euroliga y tener a Pau en sus filas, aparte de un lujo tremendo y una enorme suerte, es una garantía de que esa conexión les va a llevar muy lejos. Donde quieran.

Porque además el legado de compromiso y de inteligencia y personalidad que lleva y deja por donde va, de valores, unos valores muy importantes que transmite, es un legado que permanece en el equipo. No se trata de algo abstracto: es una relación que transmite al equipo y que se materializará en todas las situaciones, en la defensa, en el ataque, en todo. Por eso creo que, aunque Pau Gasol haya ganado muchos títulos, lo más importante es ese legado que lo hace un grande, grande de verdad. Porque no es lo que has ganado, sino cómo lo has ganado.

Pau vuelve. Y vuelve como un regalo al club donde empezó y a toda España.

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Pepu Hernández es portavoz del grupo municipal socialista en el Ayuntamiento de Madrid. Fue seleccionador nacional del equipo de baloncesto de España que ganó el Mundial de Japón 2006.