¿Hasta dónde serías capaz de llegar para conseguir lo que de verdad quieres?

¿Hasta dónde serías capaz de llegar para conseguir lo que de verdad quieres?

La autora publica 'Prueba de fe'.

Portada de 'Prueba de fe'.PLANETA

Yo creo que ni siquiera lo sabemos, puesto que la vida no cesa de sorprendernos y, nosotros, como seres humanos, tenemos dos opciones:

  • Aceptar los retos que ésta nos pone, aprender de ellos y sacar lo mejor de cada uno, consiguiendo descubrir nuestro verdadero potencial. 
  • O rendirnos, lo cual es otra opción totalmente respetable.

Yo soy más de la primera opción, pero reconozco que, en más ocasiones de las que me gustaría admitir, he creído que rendirme era lo único que podía hacer. Jamás pude imaginar que, en el mundo, al igual que hay cosas maravillosas que nos hacen muy felices, pudiese haber tanto sufrimiento, dolor o enfermedad. Pero a pesar de las circunstancias, continúo intentando ver el lado bueno de todo, aunque a veces me sea muy difícil.

Yo lo llamo FE y, aunque a veces lo dudemos, se encuentra en nuestro interior. Y no, de la FE que hablo, no tiene nada que ver con algo religioso, si no más bien con la certeza de que, pase lo que pase, si tú y yo seguimos en esta vida, tiene que ser por algo más interesante que para sufrir continuamente. ¿No crees?

Ahora bien, háblale de FE a una madre que acaba de perder a su hijo, o al marido que perdió, no sólo a su mujer, si no también al amor de su vida…

Igual no es tan fácil… Pero sí es posible, y, si lo sé, es porque lo veo cada día…

La FE significa vivir con incertidumbre y, aún así, poder sentir tu camino a través de la vida 

Hace seis años comencé una “nueva vida”, por fin me atrevía a publicar mis libros, desnudando mi alma al mundo. Lo que no sabía por aquel entonces era que mencionar constantemente mi traumático pasado tan solo me anclaba aún más en él, aunque fuera de manera inconsciente. Sin embargo, cuando por fin dejé de verme como “la víctima de mi pasado” fue cuando pude comenzar a crecer de verdad, viviendo un presente que parecía haber olvidado. A raíz de esto mi FE comenzó a aumentar. ¿Cómo? Os preguntaréis… Pues ni más ni menos que gracias a todos los mensajes que comencé a recibir, compartiendo vuestras historias.

No daba crédito a lo que leía, eran ejemplos que enamoraban el alma y que parecían sacados de las películas. Eran como gotas de amor convertidas en palabras que reflejaban cada una de vuestras, a veces increíbles, “PRUEBAS DE FE”. Algunos de estos mensajes eran de personas que aseguraban no tener FE y sentirse perdidas en la vida, a lo que yo respondía:

“No se trata únicamente de saber dónde estás, sino de preguntarte dónde quieres estar. Dices que no tienes FE, sin embargo, deseas que ‘milagrosamente’ todas las cosas a tu alrededor cambien para poder, al fin, ser feliz”.

Yo creo que, verdaderamente, todos deseamos avanzar, pero a veces estamos ciegos para valorar nuestros logros en la vida, ciegos para poder identificar el potencial que tenemos y, además, las habilidades que podemos desarrollar. Hasta que, “irónicamente” vivimos o escuchamos experiencias que nos devuelven la FE en nosotros mismos y en la vida. Personas que han conseguido superar duelos y eventos traumáticos, alcanzar sus sueños, superar enfermedades (incluso terminales) enfrentándose a situaciones muy adversas. Porque tener FE en uno mismo y descubrir nuestros propios recursos nos acerca a lo que de verdad queremos. Nos enseña el camino hacia el sentido de la vida.

El sentido de tu vida es el que tú quieras darle 

Siendo realistas, podemos comprender que la felicidad nos sorprende por momentos y que, aunque haya algunos de estos que nos cambien la vida para siempre y, sufrimientos que nunca olvidaremos, la FE de que nos merecemos disfrutar más de cada segundo, junto con el esfuerzo de superarnos cada día, hará que consigamos alcanzar metas, quizás inimaginables en el pasado, ahora tangibles en nuestro nuevo presente. Pero recuerda ser paciente contigo misma; los resultados pueden tardar más o menos en llegar. Aún así, no dejes de confiar; tu enfoque y la certeza de conseguirlo te proporcionará la fuerza necesaria para continuar tu proceso. Cuanto más te enfoques y visualices lo que deseas, mejor reconocerás si las decisiones que tomas son acertadas o no, dependiendo de cómo éstas te hagan sentir.

No te agotes físicamente, porque esto hará tu esfuerzo mental no sea tan productivo. De igual modo, por muy descansados que estemos, si nuestra mente está llena de pensamientos que nos disgustan y preocupan, no podremos rendir en un nivel óptimo. ¿No crees?

Recuerda también que no tienes que pelarte por superar a nadie, sino por superarte a ti misma. Y, aunque el tiempo a veces no juegue a nuestro favor, intentar hacer las paces entre nuestra parte física y mental, siempre será positivo para nosotros y para conseguir aquello que deseamos.

La vida funciona como un intercambio mecánico, lo que significa que cuanto mayor sean la cooperación y el equilibrio entre el esfuerzo físico y mental, mejores resultados obtenderemos

No creo que el tiempo lo cure todo, es el ser humano el que se supera a sí mismo, cada día, con cada reto, con cada PRUEBA DE FE que le ayuda a crecer y a confiar cada día más en sí mismo. Esta fuerza se convierte en motivación y energía capaz de hacerte lograr aquello que deseas, sea lo que sea. No es magia, es FE, y con ella llegaremos, paso a paso, a donde tengamos que llegar. Porque como dice Viktor Frankl: “El ser humano se autorrealiza en la misma medida en la que se compromete con el cumplimiento del sentido de su vida”.

Así pues, querido lector, si piensas que el momento que vives ahora mismo no es exactamente como esperabas, intenta no perder la esperanza, porque quizás, antes de lo que te imaginas podrás iluminar los rincones más oscuros de tu mundo.

De mi corazón al tuyo,