'Narco S.A.': entre las páginas del negocio multimillonario 'con tiza', pero que no cotiza en el Ibex
Los periodistas de investigación Andros Lozano y Javier Romero desgranan, en entrevista con 'El HuffPost', las claves de su último libro sobre el narcotráfico. Una obra que retrata, humaniza y permite comprender el papel de España como epicentro mundial del flujo de cocaína, a través de distintas historias y exclusivas periodísticas.

Un empresario colombiano arraigado en la élite madrileña y con oficina en La Moraleja, pero que en realidad ejerce de bróker de la coca. El padre e hijo gaditanos que ensamblan minisubmarinos que luego acabarán paseando fardos en una travesía por los canales parisinos. Un jefe de la UDEF al que apodaban el 'Soso', pero con 18,9 millones ocultos empotrados en la pared y dobles fondos. A priori, historias sorprendentes de un mundo oscuro, pero que juntas proporcionan un relato humano de lo que se esconde tras un problema de dimensiones y proporciones colosales. Porque para que exista este problema, detrás debe haber una vida humana destrozada o dispuesta a destrozarlas.
De todo esto, precisamente, trata Narcos S.A. (Ediciones Deusto, Grupo Planeta), el libro de los periodistas de investigación Javier Romero (Xinzo de Limia, 1980) y Andros Lozano (València, 1984), de La Voz de Galicia y El Mundo, en el que abordan cómo España ha podido convertirse en uno de los grandes hubs del narcotráfico a escala mundial. Aunque quizás, la esencia del libro y a qué pregunta busca responder, quede mejor sintetizada en uno de esos destacados de contraportada que promete "tratar de explicar cómo tu amigo, tu padre o tu vecino pueden salir a la calle y volver a casa, diez minutos después, con un gramo de coca en el bolsillo". Ambos autores lo explican en entrevista con El HuffPost.
"No existe ningún país con nuestro nivel de costa, dentro del negocio de la cocaína, que reúna tantos condicionantes para hacerlo atractivo para los traficantes", señala Lozano, antes de describir los componentes clave que llenan la coctelera: "Nuestros cientos de kilómetros de puertos, nuestros grandes puertos a nivel internacional, la tradición de décadas traficando, tanto al sur como al norte, la cercanía a Marruecos y a su red, esa tradición del tráfico de hachís que hace que los narcos del sur estén especializados en el negocio, pero también la irrupción de países o su entrada en el flujo de la mercancía de países del noroeste de África como Guinea-Conakri, Senegal, Mauritania, Marruecos...".
"Si vamos añadiendo todos eses ingredientes a nuestro puchero, a nuestro mapa del negocio, vemos que seguramente no hay ningún lugar en el planeta que tenga tantos condicionantes para que circule la mercancía que puede acabar consumiéndose en cualquier punto de Europa o de Asia", completa Andros esta explicación de cómo hemos llegado hasta aquí, pero a la que Javier Romero le añade la foto actual. Una instantánea que deja un retrato con mucha más sangre y peligro que el de los orígenes del problema.
"Toda esta evolución progresiva de los últimos siete u ocho años que ha llegado una implosión en el último trienio marcada por los precios por lo suelos, ajustes de cuentas, uso de armamento de guerra por parte del narco, incluso reteniendo a un policía...", repasa Romero, subrayando que todo ocurre con una guinda en forma de "la escasa respuesta del Estado [español], que tiene en Francia, en Bélgica o en Suecia ejemplos de cómo el crimen organizado ya no le echa un pulso a fuerzas policiales sino al Estado como estructura global".

De norte a sur, de narcolancha a contenedor: el organigrama del narco en España
Ambos periodistas cuentan que fueron forjando esta alianza periodística leyendo el trabajo de cada uno. "Conocí a Andros a través de Twitter, cuando trabaja en El Español le leía unos reportajes de una temática que yo comenzaba a trabajar en mi periódico [La Voz de Galicia]. Antes de 2018, Andros ya abanderó toda esa crónica periodística de lo que estaba ocurriendo en el Campo de Gibraltar que luego fue la eclosión de toda la costa andaluza", cuenta Romero, autor de Operación Marea Negra, el libro en el que relata la historia del primer narcosubmarino interceptado en Europa.
"Nos fuimos conociendo más y, hace más de dos años, cuando nos vimos en medio de todo este tsunami de informaciones que reflejan una realidad en el norte, en el sur, en el Levante, en Madrid, en Portugal... surgió la idea de juntar toda esa crónica y conocimiento", añade a renglón seguido el periodista gallego. Coincide Andros Lozano al apuntar que el trabajo resultante de esta unión que "sirve para entender el negocio narcotráfico, no a través de las grandes cifras", sino mediante "algunas pequeñas y otras grandes historias sobre narcotráfico, pero a través de de personas, de rostros, de situaciones, de lugares". Todas esas exclusivas que han ido dando durante estos últimos 15 años, en las que se han sumergido trabajando durante innumerables horas.
"Ha sido todo muy sencillo, cuando ves que al otro lado de la geografía española hay otro periodista que trabaja casi como un espejo como tú, y nace la propuesta de Deusto. Todo fue muy ágil, desde ponernos de acuerdo en ver los temas, los capítulos, hasta darle una estructura homogénea", recuerda Lozano. Pero no es una opción más de la metodología a aplicar, es esa suma del conocimiento y trabajo de ambos lo que ha derivado en una radiografía exhaustiva de la evolución de lo que fue la explosión del narcotráfico en el norte y cómo ha influido hoy en ese epicentro que representa el sur.
"Esta partida se juega en el tablero de la Costa del Sol, a nivel de grandes organizaciones, ahí está el gran business center, Levante también, pero en mayor medida la Costa del Sol", identifica Romero, señalando que "la mayor zona de trabajo de transporte marítimo ahora mismo estaría en Guadalquivir y Guadiana, el Estrecho [de Gibraltar], lo que es la ruta africana, de Cabo Verde hacia arriba, toda esa lengua de arena que conecta con Huelva y el Algarve [portugués]".
Pero también hay que tener en cuenta ese flujo de droga que llega como un caballo de Troya. "A mayores, el contenedor: València, Algeciras, Barcelona y Vigo". Son los cuatro puertos clave y del que "investigaciones evidencian, al menos por Galicia, que la cocaína viene en contenedor por Portugal y luego entra al territorio nacional a través de Galicia para su procesamiento y distribución". Javier Romero también explica uno de los factores fundamentales, cómo el norte gallego ha pasado a un segundo plano en detrimento de la costa andaluza.
"Galicia tiene un papel secundario, pero es constante y regular, porque tiene unas organizaciones muy asentadas, de mucha confianza para los proveedores de Sudamérica. Hablamos el mismo idioma, tenemos una tradición marítima que nos avala, no solo navegando, sino construyendo embarcaciones", apunta el periodista de La Voz de Galicia, incidiendo en que esas narcolanchas que se ven a diario en el Estrecho "proceden del norte de Portugal con influencia de mano de obra gallega o con promoción a nivel empresarial de las sociedades para crearlas desde Galicia".
¿Quiénes parten la tarta ahora y... hay pastel para todos?
Una cosa es el papel de cada territorio en este negocio, pero otra son los dueños del negocio o quienes buscan hacerse un hueco en él. Las páginas de Narco S.A. también responden a la pregunta de si hay pedazo de tarta para todos estos grupos. Unos grupos que en los últimos años solo hay que echar un vistazo a titulares de las páginas de sucesos para comprobar que las disputas por droga ahora se saldan con fusiles de asalto AK-47.
"Seguramente sí, porque vemos que las incautaciones aunque van en aumento, no tienen freno. El precio de la mercancía está en mínimos históricos si hablamos de al por mayor, por kilos", desgrana Andros Lozano, poniendo el foco también en que "al final los españoles, los narcos locales por decirlo así, ejercen de intermediarios. Ellos lo que saben es que están en un punto de llegada y ellos ejercen de receptores de la mercancía para entregarlo a manos de terceros".
Así, en otra escala está "la mocro mafia", un ecosistema delictivo conformado por "ciudadanos asentados en Bélgica, en Francia; ciudadanos europeos, pero de ascendencia magrebí, principalmente que están asentados en los países que tienen movilidad por toda la Unión Europea, que pueden establecer lazos de ir a Marsella, cerrar un contrato ficticio y volverse a Bruselas o a Gante al día siguiente". A ello se suman también "los clanes que proceden de países como Kosovo, como Serbia, como Albania".
"Contaba en El Mundo, una historia de unos traficantes de Sanlúcar de Barrameda que controlaban el río y que llegaron a introducir una tonelada de cocaína. Y sus clientes eran serbios. Hay historias que lo que hacen es evidenciar o ver de una manera más fidedigna el cómo funciona el negocio", ejemplifica Lozano. Por su parte, Romero explica que en Galicia la mayor presencia también es la de la mocro mafia y dentro de los cárteles de los Balcanes, la de los albaneses, con un especial arraigo en las contrataciones con los entramados locales de las Rías Baixas.
Y al otro lado del charco, los proveedores. Preguntado por esta pata del negocio, Romero indica que es fundamental aunque su presencia en el territorio nacional se limite a células o a representantes: "Tienen el papel de ser los que tienen la sartén por el mango dentro de la mercancía y fijar precios. Allí tienen un problema en el sentido de que se está plantando tanto arbusto, se está plantando tanta planta de coca que entre ellos mismos están ahogando el mercado". Entonces, ¿quiere decir eso que hay pastel para todos? Ni con ese escenario.
"¿Hay mercado? Yo creo que hay mercado para todos", subraya Romero, explicando que "es una industria que se ha expandido, se ha popularizado y hay mucha más gente implicada, pero se sigue produciendo mucho y, aunque los precios son más bajos, todos ganan. Todos ganan porque si no, no te la juegas". Y, precisamente, de jugársela va lo siguiente.
Petaqueros por miles de euros y guarderías de la droga: el impacto del negocio en la sociedad
El negocio de la droga también tiene ramificaciones que van afectando a las distintas capas de la sociedad en una suerte de 'puestos de empleo indirectos'. Ilegales, claro. "En Galicia el narcotráfico no llama la atención, no existe a efectos visibles, pero abajo es completamente diferente", explica Romero, señalando que la cosa no es así en el sur. Allí, Lozano conoce bien cómo han nacido trabajos como el de petaquero, un suministrador de combustible en alta mar, o el de las guarderías, refugios temporales para el alijo que pueden tratarse hasta de un hogar familiar.
"El fenómeno del petaqueo existe desde finales de 2018, cuando el Gobierno, mediante un decreto ley impidió la compraventa de narcolanchas [se denomina así a embarcaciones con múltiples motores de alta potencia]", concreta el periodista valenciano, sobre un escenario en el que a partir de "ese momento, las narcolanchas que ya hay y las que se irán construyendo en astilleros clandestinos necesitan de combustible para surtirse no solo durante ese día a día que hay poca actividad, sino sobre todo cuando tienen que ir a alta mar, a cientos de millas de la costa, a por la mercancía que puede venir en un velero, en un buque mercante, en un narcosubmarino...".
"Desde distintos lugares de la Península nace la figura del petaquero", continua Lozano. "Es un miembro de la organización que normalmente va abordo de embarcaciones no de tanto tamaño y potencia, pero que va repleta de combustible". Así suministran a las narcolanchas principales de este, pero también se encargan de "llevarles víveres, droga, medicaciones, ropa...". Todo lo que se necesite para pasar hasta semanas aguardando en el mar.
¿Es el petaqueo una vía atractiva para que alguien se la juegue hasta tal punto? "Saben que la legislación española, salvo contados juzgados que están intentando investigar y juzgar a esas personas por un delito por tenencia de explosivos, realmente saben que el riesgo al que se exponen judicialmente es muy pequeño. Pueden ganar entre 1.000, 2.000, 3.000 euros según los viajes que hagan durante el día, el precio va fluctuando", anota el también autor de Costo, las leyes del Estrecho.
Respecto a las guarderías de la droga, el reportero de El Mundo indica que "tenemos que entender que una guardería de pequeño calado cada vez se está haciendo menos, aunque hay determinadas barriadas en lugares como La Línea de la Concepción o como Sanlúcar que sirven de guarderías". Pero estas se han ido desplazando en detrimento de viviendas no habitadas, de zulos abiertos bajo tierra. Y tiene una clara explicación, expone: "Por el riesgo que implica, la violencia está creciendo, cada vez hay más robos, entonces las organizaciones buscan otro tipo de guarderías".
Pero es esta radiografía en movimiento, esta evolución, esta constante transformación en la que se encuentra el multimillonario negocio de la cocaína, y que también deja su huella en la sociedad, a la que Lozano y Romero ofrecen un acercamiento en forma de esta serie de historias que componen Narco S.A. Las mismas que, independientemente de cuál estés leyendo, brindan otra forma de entender qué supone realmente en y para España el problema de la cocaína. Porque, y con perdón de Clapton, ella sí miente.
