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Lleva 7 años en España y admite lo que más le costó entender de las comidas al principio: "Mi cerebro de Estados Unidos no comprendía el postre"

Lleva 7 años en España y admite lo que más le costó entender de las comidas al principio: "Mi cerebro de Estados Unidos no comprendía el postre"

Esta norteamericana sigue alucinando con las costumbres españolas alrededor de la comida: "Ahora una manzana ya me parece un postre decente".

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Claire Quinn sigue sorprendida con los postres en España.Imagen YouTube Claire Quinn

Se llama Claire Quinn, es norteamericana y lleva varios años en España, lo que no le impide seguir sorprendiéndose de diversas costumbres o características del país. Habla de todo ello en su canal de YouTube, centrándose esta vez en el tema de los postres, donde somos una potencia indiscutible, pero la sorpresa venía de otro lado...

Llegó a España hace casi siete años, desde Fairbanks (Alaska), uno de los lugares "más fríos y oscuros de todo Estados Unidos", y hoy asegura que salir por la mañana a comprar fruta fresca o pan del día le parece lo más normal del mundo. Pero no siempre fue así. Lo que más le chocó al principio no fue el horario de comidas, ni la cena tardía, ni las raciones para compartir, sino algo mucho más simple: el postre. "Durante mis primeros 5 años en España, no entendía cómo la gente podía comerse una pieza de fruta o un yogur de postre. Mi cerebro estadounidense no lo comprendía", confiesa. 

El postre que su "cerebro estadounidense" no entendía

En Estados Unidos, explica, el final de una comida suele ir cargado de azúcar y mantequilla. Ella misma lo resume con una frase muy clara: "En Estados Unidos un postre típico sería unas galletas caseras, un trocito de tarta, un brownie, puro azúcar y mantequilla y superrico". Ese era el estándar con el que llegó a España: algo contundente, dulce y pesado.

Por eso le costó tanto entrar en la lógica española del postre ligero, casi funcional. Lo que aquí se ve como remate saludable —una pieza de fruta, un yogur, quizá un café— a ella le parecía que "no era un postre de verdad". Le llevó años cambiar el chip, hasta el punto de que ahora dice: "Ahora una manzana ya me parece un postre decente, aunque con un poco de crema de cacahuete porque, bueno, sigo siendo estadounidense".

Del reino de la mantequilla al país del aceite de oliva

Vaya cambio, eh. Aquí somos golosos y no nos privamos de nada, pero nuestra dieta es mucho más equilibrada y de calidad. Aquí radica el segundo gran cambio, el que llegó con la grasa protagonista de la cocina. En Alaska y en buena parte de Estados Unidos, lo normal es cocinar con mantequilla o aceites vegetales neutros. En España, el aceite de oliva está en todas partes. Ella misma reconoce que "nunca me doy cuenta de lo mucho que amo al aceite de oliva hasta que salgo de España".

Desde que vive en Madrid, una tostada sencilla o una ensalada básica le saben completamente distintas. "Incluso una tostada o una ensalada simple está riquísima solo por el aceite de oliva. Es que tiene muchísimo sabor", cuenta. Fuera de España, nota la diferencia al instante: "En Estados Unidos la gente suele usar mantequilla o aceite vegetal y el aceite de oliva no es tan común. Es que cada vez que salgo de España y no hay aceite de oliva, o sea, o no es tan común, me doy cuenta de lo mucho que lo doy por hecho aquí".

Comprar a diario y vivir rodeada de comida fresca

El otro gran choque tuvo que ver con la forma de llenar la nevera. En Alaska, el supermercado más cercano estaba a 15 minutos en coche y el criterio era acumular. Lo recuerda así: "Mucha gente compra en grandes cantidades y mucha gente incluso tiene dos congeladores, uno en la cocina y otro en el garaje", recuerda, y añade que en su casa siempre había comida congelada "en los dos congeladores". 

En España, ese modelo le dejó de encajar muy rápido. "Otro hábito que he adquirido es comprar comida todos los días o por lo menos varias veces a la semana", explica. Le sorprende tener "todo a unos minutos", poder bajar y comprar "fruta fresca, pan del día, verduras, lo que necesites" sin necesidad de planificar a largo plazo.

La diferencia, dice, se nota en el bolsillo y en el plato: "Aquí la comida suele ser más local, más fresca y muchas veces más barata". En Alaska, como en muchas zonas frías o remotas, los productos tienen que viajar mucho más, son más caros y menos variados.

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Soy redactor de El HuffPost España y escribo sobre todo lo que te interesa ciertos días de diario y cada fin de semana, desde política a sociedad, curiosidades o esa última hora que te puede sorprender.

 

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Escribo sobre todo tipo de temas de actualidad y de temas que te interesan por su magnitud o porque te afectan directamente en tu vida cotidiana: ahorro, empleo, viajes, lo último en tendencias y redes…, con un enfoque directo y donde saques información pero también conocimiento del tema en cuestión, contextualizando y haciéndote pensar.

 

Mi trayectoria

Nací en Valladolid, donde estudié Periodismo y Comunicación Corporativa, pero me trasladé a Madrid, donde realicé un máster en comunicación corporativa en ESERP. Sin embargo, lo que más me gusta es escribir, aprender y escribir. He colaborado en varios medios digitales como redactor y editor (Grupo Merca2, Infodefensa, Business Insider…), así como coordinación de colaboradores y responsable de uno de los portales informativos de Merca2. Además, tengo mucho cariño a mi hobby de escribir críticas de cine desde hace varios años, mi gran pasión. ¿Las otras? Literatura, tecnología, economía e historia, y el deporte.

 


 

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