Sant Jordi

Sant Jordi

Uno de mis mejores Sant Jordi fue el primero que vino Noah Gordon a firmar.

Roses in Sant Jordi day, traditional gift in Catalonia, Spainagafapaperiapunta via Getty Images/iStockphoto

Para mí el 23 de abril es uno de los mejores días del año. Antes de ser editora, cuando era estudiante, ya intentaba escaparme para ir a ver las librerías y paradas para comprar libros. En 1985, embarazada de 9 meses, tras la caminata de Sant Jordi tuve que ir a la clínica porque empecé a sentir las primeras contracciones. Nuestro hijo nació a las 10 de la mañana del 24 de abril.

Cuando ya empecé en el mundo editorial, aunque el primer año de Ediciones B no teníamos autores firmando ya fue un sueño, luego ya Francisco Ibáñez era siempre uno de los que más firmaba los álbumes de Mortadelo, me encantaba ver a sus fans que eran muchos, a veces venían tres generaciones que eran fans del mismo personaje, también Victor Mora y su Capitán Trueno, mi añorada Montserrat Roig, y muchos más.

Uno de mis mejores Sant Jordi fue el primero que vino Noah Gordon a firmar. Sus lectores tuvieron que hacer colas larguísimas, y Noah les dedicaba siempre alguna palabra amable, y se convirtió en fan absoluto de Sant Jordi. Su hijo Michael conoció a su mujer, María, en una de las colas para que el autor le firmara un libro. Noah vino muchos años a firmar, recuerdo que el último que vino tenía dolores en la mano, pero siguió firmando sin parar, y siempre decía que es un día que le gustaba mucho.

Philip Pullman también se enamoró de nuestra tradición.

Todos los autores internacionales que hemos invitado, comentaban que era una de sus mejores experiencias, muchos decían que se tenía que “exportar” pero creo que es una tradición muy de aquí y muy instaurada. Estuve en una conferencia de Markus Dohle, CEO Penguin Random House mundial, en su primer 23 de abril en Barcelona dijo que su sueño a partir de entonces sería poder repetir el Sant Jordi en la calle Broadway de Nueva York.

La leyenda del dragón y la princesa cuenta que Jordi mató al dragón para salvar a la princesa, y de la herida del dragón brotó un rosal de rosas rojas, y en Barcelona desde el siglo XV se regalan rosas el día de Sant Jordi. La fecha coincide con el fallecimiento de Cervantes y Shakespeare, por ello La UNESCO declaró el 23 de abril Día internacional del Libro en 1995.

En Barcelona hay un edificio, la casa Batlló, de Antonio Gaudí, para mí mucho más bonita que la Pedrera, y que el arquitecto quiso reflejar la leyenda de Sant Jordi. En la azotea se aprecia el lomo del dragón, en el interior la caja torácica, está el balcón de la princesa, y en el vestíbulo la cola del dragón. Para Sant Jordi todos los balcones los decoran con rosas.

Invito a todos los fans de los libros que vengan un Sant Jordi a Barcelona para disfrutar de un día tan maravilloso.