El acuerdo de paz de Trump para Ruanda y Congo no dura ni una semana: "Mercenarios" y "drones"
Ambos bandos se acusan mutuamente de violaciones de la tregua que Washington presume de haber forjado con la misma receta que en otros casos, el dinero: "Vamos a extraer parte de las tierras raras y algunos de los activos... y todos ganaremos mucho dinero".

El "fin a décadas de violencia y derramamiento de sangre" o "una nueva era de armonía y cooperación" fueron algunas de las formas en las que el presidente de EEUU, Donald Trump, empleó para describir otro de sus acuerdos de paz vendidos a bombo y platillo, como un episodio más de los méritos para recibir algún día el Nobel de la Paz. En este caso, el acuerdo de paz entre Ruanda y la República Democrática del Congo firmado en Washington el pasado día 4, en uno de esos actos en el que Trump actúa como una suerte de mezcla entre un showman y un empresario.
La receta fue la misma que en otras firmas de treguas similares y tampoco la escondió en la mesa a tres. "Un nuevo marco para la prosperidad económica", dijo Trump, señalando a un lado y otro que "estos dos caballeros han pasado mucho tiempo conversando entre bastidores y en el Despacho Oval". Pero, tras "mucho tiempo matándose", ahora "van a pasar mucho tiempo abrazándose, tomándose de la mano y aprovechándose económicamente de Estados Unidos". Después explicaba la 'letra pequeña': "Participaremos en el envío de algunas de nuestras empresas más grandes y destacadas a ambos países. Vamos a extraer parte de las tierras raras y algunos de los activos, y todos ganaremos mucho dinero".
Bien, pues ese acuerdo con promesa de bonanza económica granjeada a base de acuerdos comerciales no ha cumplido una sola semana sin que se hayan denunciado violaciones. En el último de los mensajes de alerta, llegado desde Ruanda, se acusa a la república congoleña y al Ejército de Burundi de bombardear a discreción aldeas próximas a la frontera. Apoyados en "mercenarios extranjeros" y "utilizando aviones de combate y drones".
La realidad es que hace solo dos días, tres después de la firma del acuerdo de Trump, fue el Congo quien a través de su presidente, Félix Tshisekedi, denunció que Ruanda estaba violando los compromisos a los que se habían comprometido en Washington.
¿Qué está pasando entre Ruanda y el Congo?
Por su parte, en el otro bando en la contienda, un comunicado de la coalición Alianza Río Congo - Movimiento 23 de Marzo (AFC/M23) -los militares rebeldes del M23-, han indicado que se vieron "obligada a contrarrestar" dichas acciones. Aseguran que los bombardeos desde Burundi sobre territorio de Kamanyola (Kivu del Sur) han causado que "más de 1.000 ciudadanos congoleños han huido a través de la frontera hacia Bugarama, en el sur de Ruanda, donde están alojados en el campamento de tránsito de Nyarushishi". Y cifran en la fuerza de Burundi a "cerca de 20.000 soldados [desplegados] en Kivu Sur al servicio del Gobierno de la RDC" que estarían sitiando aldeas.
Cabe recordar que a principios de año, fueron los efectivos del M23 los que tomaron por la fuerza Goma, capital de la provincia de Kivu del Norte, y semanas después de Bukavu, capital de Kivu del Sur. En la actualidad, el grueso de los combates se desarrolla en la sureña Luvungi, también recién conquistada por dicho grupo paramilitar, el mismo al que la ONU sitúa como apoyo de Ruanda. Tanto la Unión Europea, como EEUU y Reino Unido han dejado mensajes de preocupación y advertencia sobre la fragilidad de lo acordado en ambos países africanos.
También cabe mencionar que el propio Donald Trump se anotó el punto diplomático del acuerdo entre Congo y Ruanda, pero tras haberse sumado al trabajo de negociación impulsado por Catar entre el propio Gobierno congoleño y el M23. Fue en Doha donde se había desbloqueado una primera firma, ya el 15 de noviembre, entre ambas partes para alcanzar un acuerdo marco de negociación.
Más tarde, en Washington, tuvieron lugar dos afirmaciones que en la actualidad adquieren nuevos matices. Kagame, el mandatario ruandés, aplaudió que, aunque "nadie" le había pedido a Trump que se metiese, "cuando vio la oportunidad de contribuir a la paz, inmediatamente se sumó". A día de hoy, los acuerdos comerciales con EEUU son más estables que la propia tregua que presume de haber forjado.
