Un guardia civil de Tráfico desvela la gran incógnita: qué piensan ellos cuando los adelantas a 120 km/h o un poco más rápido
También explica lo que suelen hacer en esos casos.

La siguiente escena la habrá vivido, seguramente con temor, todo conductor: un coche de la Guardia Civil de Tráfico circula por una autovía a 120 kilómetros por hora, o incluso un poco más despacio, y los coches se acumulan detrás, con miedo a adelantar y que les caiga una multa.
¿Qué se debe hacer en esos caso? ¿Qué piensan los agentes si les adelantamos? En teoría, nada, siempre que señalicemos la maniobra como es debido y no superemos el límite de velocidad. El Reglamento General de Circulación (RGC), distingue entre vehículos prioritarios/en servicio de emergencia -cuando tienen encendidas las luces o sirenas- y resto de vehículos. Según el Artículo 69 del RGC, los demás conductores deben cederles el paso cuando adviertan señales especiales.
Por tanto, cuando un vehículo oficial no va en servicio urgente (es decir: sin luces ni sirenas activadas), se le aplica la normativa general de circulación como a cualquier otro coche. En consecuencia, adelantarle es legal si se cumplen los requisitos del RGC (Artículos 82, 84, 85).
Las dudas surgen cuando el límite es de unos pocos kilómetros por hora. Fernando García Poves, agente de la Guardia Civil y secretario de Asociación Española de Guardias Civiles, ha aclarado el asunto en una entrevista en Carwow.es, presentado por Juan Francisco Calero.
La vida real al margen del Reglamento General de Circulación
"Esa situación en la que el coche patrulla se pone a 120 kilómetros por hora y nsootros 121, 122. ¿Cuándo os molesta, cuándo os enfada? A mí me ha pasado alguna vez que he adelantado a alguna patrulla a 125 y los cachondos me han adelantado a 128 para volver a a ponerse delante mía. ¿Cómo tenemos que acruar, cómo reaccionais, os fastidia, no pasa nada?", ha preguntado el presentador.
El agente ha subrayado que todo "depende de cada coche [de los agentes implicados] y de la situación": "En una operación salida o retorno, que tienes que darle movilidad, y tú vas a 125 y miras por el espejo y dices: 'No me pasa ni dios, madre mía'. Ya sacas la mano: venga pasad. Pero es que no pasan. Te tienes que poner tú a 130 o 140 y darle movilidad a la circulación".
"Ay este, ay este"
"Otras veces vas tú a 120 porque es un servicio de vigilancia de carreteras normal y te pasa lo mismo alguno a 130 y dices: 'Ay este, ay este'. Entonces lo adelantas como para decirle: 'No te pases tampoco mucho'. Como una advertencia de: 'No te animes porque en cuanto me pases a mí ya no van a ser 130, van a ser 140, 150'. Entonces adelantas y ya no te pones a 120 porque si te pones a 120 él se pone a 110. Te pones a 130 y que él vaya a 120 y no produzca ninguna molestia", explica Fernando García Poves.
"Muchas veces te ríes porque es curioso. Cuando los adelantas, y sobre todo cuando vas en moto, que vas con el casco y siempre miras. La gente se pensará que lo miras a la cara y no, miras el cinturón y ves a la gente así", dice en referencia a la tensión con la que conducen en esos momentos. "Te lo pasas bien dentro de que es un servicio serio", admite el agente.
