“¿Y ahora qué hacemos con el rey Juan Carlos?”

“¿Y ahora qué hacemos con el rey Juan Carlos?”

Hay muchos interrogantes y pocas certezas sobre cómo preparar el regreso del emérito y dar normalidad a sus desplazamientos.

Juan Carlos I, en el funeral de Estado de la reina Isabel II.MARCO BERTORELLO via Getty Images

Superado el trance de Londres, la pregunta que muchos se hacen en las esferas de poder es cómo solucionar “el problema” del rey Juan Carlos. Su vuelta a España en mayo fue caótica, provocó las críticas del Gobierno y el enfado de Zarzuela. Y se paró en seco su intento de volver a corto plazo. Ahora, tras la gestión y el resultado de su asistencia al funeral de Estado de la reina Isabel II, hay voces que reclaman un protocolo para que el padre del jefe del Estado pueda pisar el país sin generar el enorme estruendo de Sanxenxo.

La asistencia del rey emérito a la capital británica suponía un arduo trabajo para Zarzuela, más aún después del fracaso gallego. Desde la Casa se informó de que el monarca se alojaría con doña Sofía en un hotel, que ambos acudirían a la recepción de Carlos III el domingo y que un día después asistirían al funeral de la reina británica. Se distribuyeron fotografías suyas una vez aterrizaron en Londres. Todo estaba tasado y coordinado.

El lunes llegó la ansiada fotografía de los cuatro reyes. Obligados por el protocolo inglés, don Felipe, doña Letizia, don Juan Carlos y doña Sofía fueron sentados juntos Westminster. Pero, al menos que se recogiera públicamente, el jefe del Estado no dirigió la palabra a su padre. La BBC no retransmitió ningún gesto de cariño o mera cordialidad. Millones de españoles pudieron comprobar la frialdad del momento a través de todas las televisiones.

Lo que pudimos ver todos es que no hay rastro alguno de complicidad, de empatía

La imagen, en palabras de un destacado diputado del PP declarado monárquico, pone de relieve la envergadura del problema y de cómo se debe encarar con seriedad la vuelta del rey padre. Más allá de que Zarzuela haya podido concluir con éxito el operativo de la estancia de los cuatro monarcas, “lo que pudimos ver todos es que no hay rastro alguno de complicidad, de empatía”. Y esto lleva a muchos a preguntarse cómo se debe gestionar ese posible regreso, si es que se produce.

Hay otro elemento más en el que muchos han reparado. La vejez del rey Juan Carlos y su estado de salud. El viernes, con doña Sofía, se le vio andando pero siempre ayudado de un bastón y un asistente. “Juan Carlos ya tiene una edad y hay que solucionar su vuelta a España. Se tendrían que sentar y articular un protocolo, una fórmula en la que ambas partes se sientan cómodas y con la que Sánchez no ponga muchos problemas”, según el diagnóstico del citado parlamentario.

Tanto en el PP como en el PSOE admiten en privado que su visita a Sanxenxo fue un desastre. Hasta el entorno de la Casa Real dejó entrever su malestar. En vez de acudir primero a Zarzuela a despachar con don Felipe, se fue directamente a Galicia. En vez de discreción, hubo estruendo, declaraciones, besos y abrazos. La conclusión del desplazamiento es que todo había salido mal, y el ala del Ejecutivo de Unidas Podemos no dudó en aprovecharlo para intentar desgastar al jefe del Estado.

Como consecuencia, don Juan Carlos tuvo que cambiar de planes después de avanzar que acudiría de nuevo en breve a España. No retornó más. Y de aquella crisis se llegó al funeral de Isabel II, donde una mayoría podía llegar a entender que era razonable que estuviera en Londres. Así lo entendieron también en Zarzuela pese a los riesgos. “Es oportuno y lógico”, dijo el jefe de la oposición, Alberto Núñez Feijóo. Incluso el Gobierno, muy crítico con el emérito, no quiso hacer sangre con la cuestión y solo enfatizó que España estaba representada por don Felipe y no por él.

No pueden seguir pasando los días, los meses, y que este siga siendo un tema tabú. Hay que normalizar la presencia de Juan Carlos en España siempre de la mano de Zarzuela

La inquietud en los sectores monárquicos de la política es palpable. Hay muchos interrogantes y muy pocas certezas sobre cómo preparar el regreso del rey padre y dar normalidad a esos desplazamientos. “No pueden seguir pasando los días, los meses, y que este siga siendo un tema tabú”, según un líder territorial del PP con mando en plaza. “Hay que normalizar la presencia de Juan Carlos en España siempre de la mano de Zarzuela”. Esto es, que no vaya por libre. El socialista José Bono, en La Sexta, defendió su presencia en territorio nacional, partiendo de la base de su legado con luces y sombras.

Las fuentes consultadas admiten que desconocen si “están en ello o no” y deslizan que lo de Londres era una prueba de fuego. Y, en principio, hubo coordinación entre Zarzuela y el rey emérito. Así lo entiende otro destacado cargo del PP, en conversación informal: “Lo normal es lo que ocurrió, que estuvieran los cuatro juntos. Los cuatro son reyes de España. Que hablaran más o menos es secundario. Lo que toca ahora es lograr también que Juan Carlos pueda volver a casa”.

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