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Así es el 'Iron Beam', el "revolucionario" nuevo sistema láser antimisiles de Israel

Así es el 'Iron Beam', el "revolucionario" nuevo sistema láser antimisiles de Israel

Tel Aviv tendrá operativo a finales de año un escudo de interceptación "tan barato como encender la luz", que puede hacer frente a lanzamientos simultáneos de drones o misiles y que podría evitar que los civiles se protejan en refugios. 

El sistema láser antimisiles israelí ‘Iron Beam’, en una imagen proporcionada por el Ejército de Tel Aviv el 17 de septiembre de 2025.Ejército de Israel

En mitad de las noticias que llegan de Gaza sobre la ofensiva terrestre de Israel, que obliga al desplazamiento masivo de palestinos, y de los planes de Tel Aviv de trocearse la franja con Estados Unidos como el gran negocio inmobiliario que ven en ella, un avance defensivo: el Ejército de Israel ha anunciado que un sistema láser de alta potencia y bajo costo, diseñado para destruir misiles entrantes, ha completado con éxito sus pruebas y estará listo para ser utilizado a finales de este año.

Según informó este miércoles el Ministerio de Defensa, el sistema, desarrollado por sus Fuerzas Armadas y las empresas Elbit Systems y Rafael Advanced Defense Systems, ha sido bautizado como Iron Beam (Viga de hierro) y viene a completar a los actuales sistemas que defienden los cielos del país -Iron Dome, David’s Sling and Arrow-, que en los últimos años han interceptado miles de cohetes lanzados por Hamás desde Gaza, Hizbulá desde Líbano, los hutíes en Yemen y el régimen de los ayatolás de Irán. Con éxito, pero también con algunas grietas que preocupaban y que este nuevo dispositivo debe venir a resolver. 

Tras años de desarrollo, el sistema fue sometido a pruebas durante varias semanas en el sur de Israel, donde demostró su eficacia en una “configuración plenamente operativa”, interceptando cohetes, morteros, aeronaves y vehículos aéreos no tripulados (UAV) en diversos escenarios. Los primeros ejemplares del sistema se integrarán en las defensas aéreas del país antes de que finalice el año, añadieron las autoridades en un comunicado de prensa

Ya existen sistemas láser de menor alcance y potencia en uso en el país. Israel lo confirmó el pasado junio, indicando que el llamado Little Beam (Pequeña Viga), el pariente pequeño del que hoy repasamos, ya había estado actuando, tanto en el frente de Gaza como en el sur de Líbano: ya en octubre del pasado año había interceptado 40 drones de Hizbulá. Ahora se va más allá porque, dice el director general del Ministerio de Defensa, Amir Baram, el Iron Beam "marca un hito": "Es la primera vez que un sistema de intercepción láser de alta potencia alcanza plena madurez operativa", reivindica. El presidente de Rafael, Yuval Steinitz, afirmó por ello que el Iron Beam, construido con tecnología de óptica adaptativa de la compañía israelí -de vanguardia mundial-, "será sin duda un sistema revolucionario, con un impacto sin precedentes en la guerra moderna".

Aunque hay otros países como Estados Unidos, China, Rusia, Japón, Alemania o Reino Unido que están también avanzando en tecnologías similares. Que haya trascendido, no han llegado a este nivel de avance.

El ‘Iron Beam’ de Israel en reposo, en una imagen del Ministerio de Defensa.EJERCITO DE ISRAEL

Por qué es valioso

El Iron Beam, con su haz de 450 milímetros y 100 kilovatios, no es valioso sólo como un complemento al sistema de capas que ya tiene el Ejército de Israel, referencia mundial que hasta pide Ucrania para protegerse de las amenazas aéreas rusas. Cubre huecos, pero es que además aporta beneficios que sus hermanos no tienen: el principal, el del coste.  

Mientras que cada interceptor de cohetes convencional cuesta al menos 50.000 dólares, el uso del láser supone un gasto casi insignificante, especialmente frente a misiles de corto alcance y drones. "Ahora que el rendimiento del Iron Beam ha sido demostrado, prevemos un salto significativo en las capacidades de defensa aérea gracias al despliegue de estos sistemas láser de largo alcance", señaló el ministerio. Como resume una fuente al diario The Jerusalem Post, será "tan barato como encender la luz", porque se espera que su activación no pase de los cinco dólares. 

El coste de lo que estaba quemando en los siete frentes de los que siempre habla el gabinete de Benjamin Netanyahu es hoy un dolor de cabeza importante para Israel, que estaba completamente fuera de su control mientras dependiera de los interceptadores. Los del Arrow valen millones de shekels; los del Iron Dome, decenas de miles. Estos, poco más que un café. Por eso, entienden en Tel Aviv, esto es sólo el principio de una inversión que será planetaria, con la que el láser barato se imponga. 

Otro beneficio es que no sólo es efectivo ante cohetes o drones, que hasta ahora era la amenaza más común para Israel, procedente de Hizbulá o las milicias palestinas de Gaza, sino que también hace frente a misiles (como los lanzados por Irán, un riesgo mayor y desconocido), a morteros y a aeronaves. "Una amplia gama de escenarios operativos", indica Defensa. Por eso hablan de ese esperado "avance significativo" en el futuro. 

Los aviones no tripulados con una amenaza con un movimiento más lento, pero un misil es algo visto y no visto, y más pesados y peligrosos. Ahora se supone que el láser también ganará el tiempo de reacción, reduciendo la posibilidad de que los proyectiles lleguen a tierra y dañen a la población o su infraestructura. 

Más: si las baterías de la Cúpula de Hierro, por ejemplo, son móviles y hay que irlas emplazando en función de las amenazas, el Iron Beam se espera que esté "producido y distribuido" a "gran escala", en todo el país, por lo que su protección no será puntual, sino nacional. Por su naturaleza, además, puede hacer frente a más de una o dos amenazas a la vez, por lo que resuelve otro problema viejo: cómo actuar ante los enjambres, cuando los enemigos de Israel lanzan andanadas masivas de proyectiles, de todo tipo, saturando sus defensas aéreas. Mandan tantos que, al final, alguno se cuela, como se ha visto en las múltiples crisis recientes, todas ellas brotadas tras los atentados de Hamás del 7 de octubre de 2023 (1.200 muertos, 250 secuestrados) y la ofensiva posterior de Israel sobre Gaza (65.000 muertos y subiendo). 

Si el láser cubre todo el territorio, es más rápido que un interceptor y ataca amenazas diversas y solapadas, es posible que con él sea menos necesario para la población acudir a los refugios, que salten las alarmas, avanza el citado diario. 

El director ejecutivo de Elbit, Bezhalel Machlis, señaló en la nota conocida ayer que la empresa trabaja en el desarrollo de láseres de alta potencia para otras aplicaciones militares, en particular “un láser aerotransportado con potencial de transformar de manera estratégica las capacidades de defensa aérea". El sistema, aún, es mejorable. 

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Soy redactora centrada en Global y trato de contar el mundo de forma didáctica y crítica, con especial atención a los conflictos armados y las violaciones de derechos humanos.

 

Sobre qué temas escribo

Mi labor es diversa, como diverso es el planeta, así que salto de Oriente Medio a Estados Unidos, pero siempre con el mismo interés: tratar de entender quién y cómo manda en el siglo XXI y cómo afectan sus decisiones a la ciudadanía. Nunca hemos tenido tantos recursos, nunca hemos tenido tanto conocimiento, pero no llegan ni las reformas ni la convivencia prometidas. Las injusticias siempre hay que denunciarlas y para eso le damos a la tecla.

 

También tengo un especial empeño en la actualidad europea, que es la que nos condiciona el día a día, y trato de acercar sus novedades desde Bruselas. En esta ciudad y en este momento, la defensa es otra de las materias que más me ocupan y preocupan.

 

Mi trayectoria

Nací en Albacete en 1980 pero mis raíces son sevillanas. Estudié Periodismo en la Universidad de Sevilla, donde también me hice especialista en Comunicación Institucional y Defensa. Trabajé nueve años en El Correo de Andalucía escribiendo de política regional y salté al gabinete de la Secretaría de Estado de Defensa, en Madrid. En 2010 me marché como freelance (autónoma) a Jerusalén, donde fui corresponsal durante cinco años, trabajando para medios como la Cadena SER, El País o Canal Sur TV.

 

En 2015 me incorporé al Huff, pasando por las secciones de Fin de Semana y Hard News, siempre centrada en la información internacional, pero con brochazos de memoria histórica o crisis climática. El motor siempre es el mismo y lo resumió Martha Gellhorn, maestra de corresponsales: "Tiro piedras sobre un estanque. No sé qué efecto producen, pero al menos yo tiro piedras". Es lo que nos queda cuando nuestras armas son el ordenador y las palabras: contarlo. 

 

Sí, soy un poco intensa con el oficio periodístico y me preocupan sus condiciones, por eso he formado parte durante unos años de la junta directiva de la ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF) España. Como también adoro la fotografía, escribí  'El viaje andaluz de Robert Capa'. Tuve el honor de recibir el XXIII Premio de la Comunicación Asociación de la Prensa de Sevilla por mi trabajo en Israel y Palestina y una mención especial en los Andalucía de Periodismo de la Junta de Andalucía (2007). He sido jurado del IV Premio Internacional de Periodismo ‘Manuel Chaves Nogales’.

 

 


 

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