Destapan el gran paso de Putin para consolidar su reputación: el secreto del sacrificio durante el hundimiento del submarino ruso
El expresidente de EEUU Bill Clinton asegura que esta tragedia aceleró la transformación de Putin en el líder autoritario que es actualmente.

El nuevo documental 'Kursk: 10 Days That Shaped Putin', dividido en dos partes y producido por la compañía de Hillary y Chelsea Clinton, ha impactado a la sociedad revelando información cómo una de las tragedias más grandes de Rusia estableció la reputación del presidente ruso, Vladímir Putin, como un líder dispuesto a sacrificar la vida de sus hombres a cambio de mantener secretos de interés propio.
El 12 de agosto del años 2000, tres meses después de la llegada de Putin a la presidencia, el submarino nuclear ruso K-141 Kursk sufrió una explosión catastrófica durante un ejercicio naval en el mar de Barents que causó la muerte de 118 marineros. El mundo observó con horror cómo el Kremlin vacilaba en aceptar asistencia internacional mientras los miembros de la tripulación luchaban por sobrevivir entre los escombros.
El expresidente de EEUU Bill Clinton afirma en el documental que Putin optó por dejar morir a los marinerospara proteger los secretos nucleares rusos. A pesar de que submarinos estadounidenses detectaron la explosión y ofrecieron ayuda de inmediato, el presidente ruso tardó tres días en aceptarla.
A su vez, la armada rusa dificultó el esfuerzo de rescate, entregando mapas incompletos y bloqueando la intervención de expertos británicos. Cuando los buzos llegaron a los restos del Kursk, la tripulación ya había fallecido. Clintón, quien llamó personalmente a Putin para instarle a aceptar la ayuda, señala que el presidente ruso estaba más preocupado por proteger su tecnología militar que por salvar vidas, lo que evidenció que sus prioridades eran el poder y el control por encima de la vida de sus ciudadanos.
Indignación en los familiares de la víctimas
Esta tragedia provocó una fuerte indignación en Rusia. Las familias de las víctimas exigieron respuestas, pero, en lugar de asumir su responsabilidad, el Kremlin optó por difundir desinformación y culpar a los oligarcas. Uno de los momentos más impactantes y mediáticos fue cuando Nadezhda Tylik, madre de un submarinista, fue agredida por un agente del gobierno mientras exigía respuestas.
Para Clinton, la respuestas del ejecutivo ruso al desastre manchó la reputación de Putin. "Creo que estaba traumatizado por la mala prensa que recibió", comenta, señalando que esto aceleró su transformación en el líder autoritario que es actualmente.
