El títere de Putin amenaza con la llegada de los soldados a este país de la OTAN y habla de “desierto nuclear”
La escalada verbal coincide con la ruptura de relaciones diplomáticas entre Berlín y Moscú, con nuevas acusaciones, sin pruebas, de sabotajes en el mar Báltico.
El perfil más agresivo de la propaganda estatal rusa, Vladimir Soloviov, ha vuelto a poner a Alemania en su punto de mira. En una de sus intervenciones más incendiarias que se recuerdan en la televisión pública de Rusia, de la que se ha hecho eco el Daily Express, el presentador ha amenazado con convertir Berlín en un “desierto nuclear” antes de instalar allí una guarnición militar. “Cuando los niveles de radiación vuelvan a la normalidad y sea seguro, estableceremos tranquilamente un destacamento allí… uno pequeño, porque no hace falta uno grande en un desierto nuclear, y nunca nos iremos”, soltó con desdén.
La amenaza llega justo cuando el canciller alemán, Friedrich Merz, ha declarado que “se han agotado todas las vías diplomáticas” para resolver la guerra en Ucrania. El gesto simboliza un punto de inflexión en la postura de Berlín, que hasta hace poco aún abogaba por mantener canales abiertos con el Kremlin. Soloviov, lejos de rebajar el tono, optó por intensificarlo: mezcló amenazas con teorías de la conspiración y revivió el relato histórico de una Alemania eternamente hostil a Rusia, curiosamente adaptado a la narrativa oficial.
En medio de las crecientes sospechas sobre sabotajes en el mar Báltico, el presentador no dudó en culpar a Berlín de las explosiones que en 2022 dañaron gravemente los gasoductos Nord Stream, clave para el suministro de gas ruso a Europa. “Silencio absoluto. En vez de eso, hablan de atentados terroristas en el mar Báltico, de cables… Espera un momento, hicisteis una investigación y resultó que los rusos no teníamos nada que ver. Pero al final, parece que siempre tenemos algo que ver con todo”, ironizó.
El Kremlin ha negado sistemáticamente cualquier implicación en el sabotaje, pese a que varios gobiernos occidentales responsabilizan a Rusia del ataque. La versión de Soloviov no aporta pruebas y encaja en la estrategia habitual de Moscú: desinformar, invertir las acusaciones y sembrar dudas. Según él, Alemania no solo está detrás del ataque a los gasoductos, sino también de los supuestos daños recientes en cables de comunicación submarinos en el Báltico. Todo formaría parte de una ofensiva encubierta contra Rusia que justificaría, según su propio guion, una futura ocupación militar.
Nada de esto es nuevo en los programas de Soloviov. Desde el inicio de la invasión rusa en Ucrania, su espacio se ha convertido en una plataforma de amenazas, revisionismo histórico y retórica bélica, dirigida tanto a consumo interno como a las cancillerías occidentales. Con un estilo incendiario y cada vez menos disimulado, ha abrazado el papel de portavoz oficioso de las intenciones más agresivas del Kremlin.
Mientras, la guerra en Ucrania se prolonga ya más de quince meses y la tensión entre Rusia y la OTAN sigue escalando. Desde febrero de 2022, Vladímir Putin ha agitado el fantasma nuclear en repetidas ocasiones. Advirtió entonces a Occidente contra cualquier intento de interferencia y ha insistido después en que Rusia usará “todos los medios” para defender su soberanía, una frase ampliamente interpretada como una velada amenaza de ataque nuclear. “Rusia es una gran potencia nuclear y protegerá sus intereses cueste lo que cueste”, repite.