Huelga a la 'francesa': de la toma del Ministerio de Economía a la causa palestina, en 11 potentes imágenes
Más de un millón de manifestantes —500.000 para las autoridades— han llenado las calles de Francia de tensión contra el proyecto de recorte social que intentó el ya dimitido primer ministro Barnier. Su sucesor, Sébastien Lecornu, hereda un país 'en llamas'. Cientos de detenidos y decenas de heridos.

El pueblo de Francia y las calles son una dupla que ha dado de sí todo lo que puedan acoger los libros de Historia. Aún hoy, el país vecino mantiene sus ansias de protesta y a la vista está que no les faltan motivos ni apoyos populares. Este jueves, las principales ciudades galas han vivido una huelga general masiva que ha movilizado a cerca de un millón de personas. Al menos, según los convocantes; para las autoridades el alcance se reduce a algo más de 500.000 personas.
Si hay baile de cifras en los participantes, no es menor el relativo a las detenciones y personas heridas. El último balance oficial, ya entrada la noche, eleva la cuenta de los arrestados por encima de 300 y cerca de 40 heridos, entre ellos 26 policías, manifestantes y un periodista. Todo, regado por unos disturbios que han recorrido un país metafóricamente en llamas que se asemeja al que descubrió Sébastien Lecornu en la protesta de la pasada semana, nada más oficializar su cargo de jefe del Ejecutivo.
A la cabeza de la protesta se sitúan los principales sindicatos, que han arrastrado a cientos de miles de descontentos —el número final varía según quién lo cuente— por todo lo largo y ancho del 'Hexágono'. La proclama era una protesta masiva por el severo tijeretazo social de 44.000 millones impulsado por el Gobierno del ya dimitido François Bayrou. Porque pese a su caída vía moción de confianza perdida, la jornada se mantuvo. Y, de paso, ha servido de escenario para otras causas, como la palestina, fuertemente sustentada en los cientos de eventos convocados este 18 de septiembre.

La jornada ha dado para mucho en un continuum de cláxones, gritos, pancartas, banderas palestinas y dotaciones de policía con los que blindar los rincones de un país instalado en el bloqueo. Hasta un asalto a la sede del Ministerio de Economía, llamado al caos y a "bloquearlo todo" por unos black blocks muy vigilados por las fuerza de seguridad. En un duelo cromático, también se han hecho notar los 'chalecos amarillos', como otro de los grandes colectivos en lucha en Francia.
Contra ese desgobierno parlamentario y social quiere luchar el recién nombrado y 'macronista' Sébastien Lecornu, quien ya sabe que no cuenta precisamente con el fervor popular. Despreciado por una oposición parlamentaria que ve en él el "último intento" de Macron antes de volver a las urnas, horas después de su llegada al cargo ya se enfrentó a la primera protesta masiva.
La de este jueves se anunciaba aún más potente, si bien convocantes y autoridades discuten el verdadero impacto de la misma, entre luchas por las cifras de asistencia. Por delante, aún, una noche larga.
'La toma de Bercy': manifestantes entran en el Ministerio de Economía de Finanzas
Ha sido una de las imágenes del día: decenas de sindicalistas se adentraban en el patio del Ministerio de Economía, situado en el barrio parisino de Bercy. Este ha sido uno de los epicentro de la rabia social, en una protesta sonora y visual que ha durado los minutos que ha tardado la policía en sacarles por la fuerza. También aquí se han visto numerosas banderas palestinas acompañando las reclamaciones puramente 'nacionales'
Palestina, omnipresente
Porque la enseña negra, verde, blanca y roja ha sido de las más enarboladas desde primera hora. Símbolo de las protestas en todo el mundo, Francia no iba a ser menos. De París a Marsella, de Lille a Burdeos se han podido ver de forma masiva y acompañadas por gritos multitemáticos: por la libertad del pueblo palestino, contra Israel, pero también entre consignas antifascistas y por la lucha obrera.
Cargas y disturbios en un país blindado... de nuevo
No han faltado las cargas policiales ni los lanzamientos de botes de gases lacrimógenos para frenar las revueltas que se han centralizado en París y otras grandes ciudades. El Ejecutivo ya adelantaba su intención de blindar el país y en diversos momentos se han vivido escenas de tensión.
El Gobierno, como ya hiciera dias atrás, ha sacado pecho de su 'actuación' y de que las movilizaciones han resultado "menos intensas de lo previsto", en palabras del aún ministro de Interior, Bruno Retailleau, en buena medida por el fortísimo despliegue policial de 80.000 agentes.


París y mucho más
La capital volvió a centralizar los focos, pero no ha sido, ni mucho menos, el único escenario multitudinario. Basta echar un ojo a instantáneas captadas en Marsella, Lyon, Lille, Nantes... No ha habido gran urbe gala que no haya vivido un 18 de septiembre 'grave' por la huelga.
