El jefe del Grupo Wagner asegura que sus mercenarios han comenzado a recibir munición tras las quejas

El jefe del Grupo Wagner asegura que sus mercenarios han comenzado a recibir munición tras las quejas

En solo unos días y tras las desafiantes declaraciones el magnate Yevgeni Prigozhin, el 'chef de Putin', contra el Ministerio de Defensa del Kremlin.

El presidente ruso, Vladímir Putin, y su ministro de Defensa, Sergei Shoigu, en una imagen de archivo.REUTERS/Maxim Shemetov

El jefe del Grupo Wagner, Yevgeni Prigozhin, ha anunciado este jueves que los mercenarios que combaten en Ucrania en apoyo a las Fuerzas Armadas rusas han comenzado a recibir munición, días después de que él mismo se quejase públicamente de la supuesta falta de apoyo logístico que le brinda Moscú.

"Hoy, a las 6.00, han anunciado que han comenzado a recibir la munición", ha dicho Prigozhin, a través de un mensaje publicado en Telegram por su servicio de prensa. "Me gustaría dar las gracias a todos los que nos han ayudado", ha añadido.

El oligarca ha indicado que este suministro permite "salvar la vida de cientos, quizás de miles" de combatientes que están ahora "defendiendo su patria", en alusión a los intereses de Rusia.

El agradecimiento de Prigozhin se extiende también a todos aquellos que ha colaborado "de diversas formas" a que llegue la ayuda, incluidos "ciudadanos de a pie" a los que él mismo instó a movilizarse para hacer "presión" sobre las autoridades.

Tensión creciente entre Wagner y Defensa

Prigozhin está considerado un socio clave del Kremlin, pero en las últimas semanas parece haberse distanciado de la élite política. Cree que hay altos mandos militares en Rusia que intentan "destruir" al grupo Wagner y, en una grabación reciente, cargó contra el ministro de Defensa, Sergei Shoigu, y el jefe de las Fuerzas Armadas, Valeri Gerasimov, acusándoles de cometer "acciones comparables a la alta traición".

La Inteligencia británica estimó en enero que el Grupo Wagner cuenta con "hasta 50.000 efectivos" desplegados en Ucrania, en gran medida gracias a una campaña de reclutamiento en cárceles que, también según expertos de Londres, se ha frenado considerablemente en estos últimos meses.