La Justicia rusa declara extremista al grupo de punk Pussy Riot: "Si decir la verdad es extremismo..."
En septiembre pasado un tribunal ruso condenó en ausencia a entre 8 y 13 años de cárcel a cinco integrantes de este grupo feminista por difundir "información falsa" sobre el Ejército ruso. Desmontar la invasión de Ucrania es una de sus metas ahora.

Un tribunal de Moscú satisfizo este lunes y la demanda presentada por la Fiscalía General de Rusia y declaró extremista al grupo punk ruso Pussy Riot, conocido por su postura crítica ante el Gobierno del presidente Vladímir Putin.
"El Tribunal Tverskoi de Moscú satisfizo las demandas administrativas del vicefiscal general de Rusia para declarar al grupo punk Pussy Riot una organización extremista y prohibir sus actividades en territorio ruso", señaló en Telegram el servicio de prensa de los tribunales capitalinos.
Así, la Justicia rusa da un paso más en la persecución legal de este grupo, que alcanzó fama internacional tras una performance realizada en 2012 contra el presidente de Rusia, Putin, en la catedral del Cristo Redentor de Moscú, que costó penas de hasta dos años de cárcel a sus integrantes, acusadas de vandalismo.
Nadya Tolokonnikova, la fundadora del grupo, que se encuentra en EEUU y cuyo arresto buscan las autoridades rusas, restó importancia ya el mes pasado a la decisión de designar al grupo como extremista. "Si decir la verdad es extremismo, entonces estamos felices de ser extremistas", escribió en X.
Suma y sigue
En septiembre pasado un tribunal ruso condenó en ausencia a entre 8 y 13 años de cárcel a cinco integrantes de este grupo feminista por difundir "información falsa" sobre el Ejército ruso.
La mayor condena, la de 13 años y 15 días, la recibió María Aliójina, uno de los rostros más conocidos del colectivo ruso y su cofundadora. Aliójina ya se encontraba en la lista de busca y captura en Rusia desde abril de 2022.
Pussy Riot es un destacado colectivo artístico feminista ruso de protesta que lleva luchando activa y públicamente contra Putin y su régimen desde 2011. Sus protestas utilizan el punk rock y el arte escénico para criticar el liderazgo ruso, los abusos de derechos humanos y la guerra en Ucrania.
El grupo sigue con su activismo desde el exilio, mientras sus integrantes se enfrentan a frecuentes arrestos y severas sanciones legales en Rusia por su oposición. En 2021, el gobierno ruso declaró a Tolokonnikova como "agente extranjera". A finales de 2023, un tribunal de Moscú ordenó su arresto en ausencia. En 2024 y 2025, varias otras integrantes más fueron condenadas en ausencia a largas penas de prisión (de ocho a 13 años) relacionadas con protestas contra la "operación militar especial" en Ucrania.
Comprometidas contra la guerra
Tras la invasión, en febrero de 2022, Pussy Riot centró sus esfuerzos en el activismo contra la contienda, recaudando fondos para Ucrania y apoyando a los presos políticos rusos mediante iniciativas como sus giras "Días de Disturbios". Tolokonnikova, incluso, cofundó el medio de comunicación independiente Mediazona, que cubre asuntos penitenciarios y judiciales en Rusia y ha cobrado un enorme peso en informaciones militares en estos casi cuatro años de guerra.
Su lucha de una década contra el Gobierno ruso también ha sido objeto de exposiciones en museos y documentales, consolidando su papel como iconos globales de la resistencia. Todas sus acciones suelen tener un fuerte simbolismo, como la performance de 2022 Las cenizas de Putin, donde quemaron un retrato de Putin de 3x3 metros y realizaron un ritual para ahuyentarlo. Su lucha pone de relieve la dura realidad de la libertad de expresión en Rusia, donde las personas pueden enfrentarse a largas penas de prisión por denunciar al gobierno o sus acciones militares.
