Nadie creía en la capacidad de Ucrania de responder a la agresividad de Rusia hasta que llegó el giro de guion
Por primera vez en la historia, el avión de combate polivalente de quinta generación más moderno de Rusia fue alcanzado a casi 600 kilómetros de Ucrania.
Por primera vez en la historia, el avión de combate polivalente de quinta generación más moderno de Rusia, el Su-57, fue alcanzado el sábado mientras se encontraba estacionado en un aeródromo de Ajtúbinsk, en la región rusa de Astracán, a casi 600 kilómetros de Ucrania, según afirmó el domingo la inteligencia militar ucraniana. Como prueba, además, se ofrecieron imágenes satelitales del avión, tomadas antes y después del ataque.
Esto, según señala el analista de la guerra de Ucrania John Helin en el medio Helsingin Sanomat, es un ejemplo más de la escalada de la guerra con drones en Ucrania, a la que a Rusia le resulta difícil encontrar respuestas.
Desde que Rusia -que tiene recursos significativamente mejores que su vecino- lanzó su invasión en febrero de 2022, Ucrania ha pasado la mayor parte de la guerra como la perdedora. Sin embargo, la aparición de los drones y los primeros contraataques reales comenzaron a igualar las fuerzas.
"Ahora no pasa una semana sin que en Rusia se queme un depósito de petróleo, una refinería de petróleo o una terminal de gas", afirma el analista. Los ataques ucranianos se han vuelto tan comunes que, según afirma el Financial Times, en marzo Estados Unidos pidió a Ucrania que detuviera los ataques a la infraestructura energética rusa ante el temor el aumento del precio del petróleo en el mercado mundial y un posible contraataque de Rusia.
Sin embargo, según los expertos entrevistados por The Moscow Times, los efectos económicos inmediatos de los ataques son limitados. Mientras, los efectos a largo plazo dependerán enteramente de la capacidad de Ucrania para sostener la guerra con drones. Hasta ahora sólo se ha acelerado.