Por qué el Gobierno debería atender a las elecciones municipales danesas: la socialdemocracia pierde Copenhague por el coste de la vivienda
El partido de la primera ministra pierde la capital danesa por primera vez en cien años. Fue también clave su acercamiento a posiciones más conservadoras en materia de inmigración y con respecto al rearme europeo.
Por primera vez desde 1938, la capital de Dinamarca, Copenhague, no tendrá un alcalde socialdemócrata. El partido de la primera ministra, Mette Frederiksen, se ha pegado un batacazo electoral nunca visto en los comicios municipales y regionales que se han celebrado este martes. ¿El motivo? Como siempre, varios, pero hay uno que destaca por encima de todos: la vivienda. Ya lo dijo en el Parlamento el portavoz de ERC, Gabriel Rufián: la vivienda es la mayor amenaza a los gobiernos, más bien la ausencia de soluciones al incremento del precio. En Copenhague, el precio de la vivienda se ha incrementado en un 20% solo en el último año. La capital danesa es una de las diez ciudades más caras de Europa en las que alquilar un piso. Detrás, eso sí, de Barcelona y Madrid, aún más costosas y cuyas Alcaldías bien podrían entender lo sucedido a casi 2.500 kilómetros como un mal vaticinio si no se encuentran remedios.
Aunque la derrota en Copenhague es la más dolorosa, el Partido Socialdemócrata ha perdido fuelle en todo el país. "Esperábamos remontar, pero parece que el declive es mayor de lo previsto. Analizaremos las causas", valoró la primera ministra tras conocerse los resultados. Contaban con una derrota porque las encuestas así lo anunciaban, no solo por la problemática de la vivienda sino también por el acercamiento de los socialdemócratas a posturas más conservadoras, a posiciones, vaya, propias de la derecha política, incluso de la extrema derecha.
En 2019, Mette Frederiksen se convirtió por primera vez en primera ministra, la más joven de la historia en Dinamarca (41 años), gracias a un acuerdo de coalición progresista, pero tras las elecciones de 2022, la líder socialdemócrata decidió formar nuevo gobierno con la centroderecha y la derecha políticas. En Dinamarca, los analistas políticos no dudan de que este giro le ha restado apoyos entre las capas más populares de sus votantes. Porque no solo escogió a la derecha, sino que sus políticas se tornaron cada vez más conservadoras, sobre todo en materia de inmigración, pero también por su determinación a apoyar el ingente rearme europeo propuesto por la OTAN y la Comisión Europea. Pese a todo, durante su valoración de los resultados, Frederiksen, que se enfrenta a unas elecciones generales el próximo año, no parecía haber escuchado la postura del electorado. "Vivimos en un mundo inseguro y necesitamos un rearme considerable", dijo para también culpar del resultado a los delitos cometidos por "personas que vienen de fuera". Esa última postura le ha podido granjear más votos en el mundo rural, pero muchos menos en las ciudades.
Después de 100 años, Copenhague estará gobernada por la izquierda, en concreto por una coalición progresista y ecologista entre el Partido Popular Socialista y la Alianza Roji-Verde. Aunque los ganadores fueran estos últimos, con más del 20% de los votos, la Alcaldía quedará en manos de los primeros, que han logrado reunir más apoyos. En todo caso, ambas formaciones, juntas, pero también por separado, han logrado superar a la candidata socialdemócrata, Pernille Rosenkrantz-Theil, amiga íntima de Frederiksen y quien fuera ministra de Asuntos Sociales y Vivienda desde 2022 hasta 2024. Desde la izquierda se utilizó mucho esa responsabilidad durante la campaña. Si no logró reducir el coste de la vivienda desde el Gobierno, ¿cómo lo haría en la ciudad?
La victoria de la izquierda frente a la socialdemocracia europea es vista por algunos como un ejemplo de que no solo la extrema derecha puede ser receptora del descontento ciudadano. En Politico comparan lo ocurrido en Copenhague con la victoria de Zohran Mamdani en Nueva York, un miembro del Partido Demócrata que sin embargo está bastante alejado del statu quo de la formación. "La narrativa dominante es que las fuerzas de extrema derecha avanzan con paso firme, centrando sus campañas en el coste de la vida, un tema que los partidos tradicionales parecen incapaces de abordar. Sin embargo, las elecciones del martes en Copenhague son notables porque los vencedores son fuerzas abiertamente de izquierdas, que han asumido temas como la crisis de la vivienda. Esto recuerda a la victoria y reciente victoria del socialista demócrata Zohran Mamdani en Nueva York, que fue seguida con gran atención por la izquierda europea", escriben.
Nadie se atreve todavía a extrapolar el resultado de estos comicios a las generales danesas del próximo año, pero desde luego los socialdemócratas, aún desolados, son ya conscientes de que acercarse a posturas conservadoras no sirve; no si quieren mantener al votante de izquierdas, cuyas condiciones de vida dicen defender.