Portugal acusa a España de estancar un plan de conexión con 31 años de gestación: "Podría tener graves consecuencias"
Comienzan a perder la paciencia a un lado de la frontera.

Saltan las alarmas y los peores temores en Portugal ante el temor de que se estanque el que ha sido un proyecto conjunto con España que se ha dibujado en las últimas tres décadas. Se trata de la que se presume una infraestructura de especial relevancia para dos localidades, una lusa y otra española.
Hablamos pues del puente destinado a unir la portuguesa Alcoutim con la española Sanlúcar de Guadiana, que separa el río de mismo nombre de esta última. Según recoge la radio lusa TSF en una información, ha comenzado a surgir el malestar ante nueve meses sin respuesta para desbloquear la licitación en la margen del país vecino.
"El Ministerio de Asuntos Exteriores envió este proyecto a su homólogo español y llevamos mucho tiempo esperando información de España", explica el alcalde de ese municipio de O Algarve, Paulo Paulino, en declaraciones recogidas por dicha radio.
"Nos preocupa"
"Hasta la fecha no ha llegado [contestación] y eso nos preocupa", señaló el regidor de Alcoutim recordando que ya el primer ministro portugués había advertido de retrasos en este proyecto durante un viaje a Madrid el pasado mes de abril. Cabe recordar que el puente es una idea de la que se viene hablando desde 1993 entre ambos países. Hace 31 años.
Dicha iniciativa a materializar cuenta con una inversión prevista de 13 millones de euros, pero los fondos europeos deben ejecutarse antes del horizonte temporal de junio de 2026, recoge la mencionada información. Paulo Paulino también aludió a que existiría una falta de entendimiento entre el Gobierno central y la Junta andaluza: "Aquí hay falta de comunicación y esto sólo tiene que ver con definiciones internas en España".
Además, el alcalde luso también puso el foco en que los servicios de la Caixa de Crédito Agrícola Mútuo cerrarán los lunes, miércoles y viernes; aumentando la necesidad de dicha infraestructura y convirtiéndose en algo que "también podría tener graves consecuencias para la cohesión social y el desarrollo económico de la región". No solo para sus clientes.