Sarkozy encara una nueva condena: la de la financiación irregular de la campaña 2012
El alto tribunal revisa la pena por el caso Bygmalion mientras el expresidente francés, con seis condenas a sus espaldas, tiene una agenda judicial cada vez más cargada.

Nicolas Sarkozy vuelve a verse atrapado por su propio calendario judicial. Este miércoles, el Tribunal Supremo francés decidirá si mantiene o no la pena de un año de cárcel —seis meses exentos de cumplimiento— que le impuso en febrero de 2024 el Tribunal de Apelación por la financiación irregular de su campaña presidencial de 2012.
La resolución llega en un momento especialmente delicado para el expresidente, que lleva meses enlazando causas. A finales de septiembre, otro tribunal le condenó a seis años de prisión por la financiación libia de su campaña de 2007, una sentencia que derivó en su ingreso preventivo en la cárcel parisiense de la Santé. Allí permaneció tres semanas, hasta que obtuvo la libertad condicional el pasado 10 de noviembre. Ahora, apenas recuperado del impacto político y mediático de aquel encarcelamiento, encara otro frente penal que puede consolidar una nueva condena en su historial.
El caso que examina el Supremo, conocido como Bygmalion, gira en torno al sistema de facturas y empresas que permitió inflar el gasto de la campaña de 2012 hasta casi 43 millones de euros, cuando la ley solo autorizaba 22,5 millones. Los jueces no le atribuyeron una participación directa en ese entramado, pero sí concluyeron que él se benefició de un esquema diseñado para maquillar el coste real de los mítines y actos públicos que multiplicó durante una campaña en la que las encuestas le auguraban una derrota ante François Hollande.
La defensa sostiene que el asunto debería haberse dado por resuelto cuando Sarkozy pagó la multa correspondiente por haber superado el techo legal de gasto. Afirma, además, que el Tribunal de Cuentas ya se pronunció sobre este extremo. La Fiscalía rebate ese argumento y recuerda que aquel organismo no valoró la dimensión penal del caso, motivo por el que ha pedido que se rechace el recurso del expresidente.
El fallo del Supremo puede inclinarse hacia varias salidas: confirmar la sentencia —lo que activaría de inmediato los seis meses de arresto domiciliario con brazalete electrónico—, modificarla o incluso ordenar que el juicio se repita. Esa última posibilidad permite a los abogados mantener cierto optimismo en una jornada que puede añadir un capítulo más a una trayectoria judicial que ya suma seis condenas desde que Sarkozy abandonó el Elíseo en 2012.
El expresidente, que insiste en su inocencia y denuncia una persecución judicial, seguirá además alimentando su presencia pública. El próximo 10 de diciembre publicará un libro, Diario de un prisionero, donde relata su breve estancia entre rejas este otoño. Y en 2025 volverá al banquillo, entre marzo y junio, en el proceso de apelación por la financiación libia de su campaña de 2007. Una agenda que, lejos de despejarse, se complica con cada nuevo veredicto.
