Un extenista ahora soldado en la guerra de Ucrania es franco con su nuevo papel bélico: "Gano millones, es lo que quiero"

A mediados de marzo de 2022, poco después de que comenzara la invasión de Rusia a Ucrania, Alexander Dolgopolov dejó su vida como tenista profesional y cambió la raqueta por un arma. 

Con 36 años y una carrera en la que alcanzó el puesto 13 del ranking ATP, el deportista ucraniano había ganado más de 7 millones de dólares en premios, lo que le habría permitido vivir cómodamente lejos del conflicto. Sin embargo, optó por quedarse y luchar por su país.

El extenista se ha convertido en piloto de drones en la guerra y ha dejado atrás el lujo: "Ahora a veces duermo en casas demolidas en pueblos abandonados, y el baño es un agujero. Oigo ratones y cucarachas caminar. En esos momentos estoy agradecido por cada pequeña cosa. Una vez, una anciana me dio uvas en la calle. ¡Dios, estaban deliciosas!", cuenta en una entrevista con el medio alemán Spiegel.

Además de enseñarle a disfrutar cada detalle, la guerra le ha dado una nueva perspectiva sobre la vida. "Cuando una explosión le vuela la pierna a un amigo delante de ti, entiendes todo de una forma diferente", expresa en otra conversación con gsp.ro.

Cuando obtiene permisos, Dolgopolov regresa a su casa en Kiev e intenta disfrutar de momentos de normalidad, saliendo a restaurantes o al cine. Aunque admite que su mente sigue en el conflicto: "La guerra es mi vida ahora. Hoy no quiero nada más que la paz".

Como piloto de drones, el extenista ha aprendido a canalizar la disciplina y el enfoque que perfeccionó durante su etapa como deportista para sobrevivir en el campo de batalla. "Trato de mantener la calma, de concentrarme totalmente en mi misión. Eso significa bloquear todo lo que me rodea y convertirme en uno con mi tarea para que cada movimiento se sienta ligero y fluido. Es útil ser consciente de que cualquier falta de atención puede costarme la vida. Esto agudiza los sentidos", explica.