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Un inesperado movimiento de Moscú en su presupuesto de defensa intriga a los expertos: "Ha alcanzado sus límites"

Un inesperado movimiento de Moscú en su presupuesto de defensa intriga a los expertos: "Ha alcanzado sus límites"

Algunos hablan de desescalada en la guerra, aunque otros consideran que es solo una redistribución.

Desfile del Ejército de Rusia en Moscú con motivo del Día de la Victoria.Europa Press/Contacto/Cao Yang

Por primera vez desde el inicio de la guerra en Ucrania, Rusia ha anunciado un recorte en su presupuesto de defensa para 2026. Sin embargo, el aparente gesto de moderación militar contrasta con un aumento paralelo en los gastos dedicados a "seguridad nacional y actividades ejecutivas", lo que ha llevado a los expertos a hablar más de una reconfiguración que de una desescalada.

El nuevo proyecto presupuestario contempla una reducción del 6,7% en el gasato de defensa, que pasará de 13,5 a 12,6 billones de rublos (unos 126.000 millones de euros). Aun así, el gasto total del Estado aumentará a 44,87 billones de rublos. Lo llamativo es que el área de seguridad nacional crece de 3,56 a 4,07 billones, lo que equivale, junto con defensa, a cerca del 40% del presupuesto federal y alrededor del 8% el PIB ruso.

"Esta medida es totalmente coherente con la promesa que hizo el presidente Putin hace varios meses de no aumentar el gasto militar", explica a Welt Vasily Astrov, del Instituto de Estudios Económicos Internacionales de Viena (WIIW). El propio presidente ruso, Vladímir Putin, ha usado esta reducción como argumento propagandístico.

Redistribución del dinero

Sin embargo, la realidad es más compleja. El economista Vladislav Inozemtsev señala que este movimiento no implica un retroceso militar, sino una redistribución: "Se trata de una partida presupuestaria grande y unificada para el ejército, el poder ejecutivo y los servicios de inteligencia. El gasto se mantuvo igual. Y esto envía una clara señal de que la guerra continuará".

Los recortes reflejan además límites estructurales del aparato militar ruso. Según Alexandra Prokopenko, exfuncionaria del Banco Central ruso, el complejo industrial militar ha llegado a su tope en capacidad y mano de obra. "Ahora se busca aumentar la productividad y pasar de inversiones pesadas a producción en serie", explica.

Los cambios también se deben a nuevas demandas en el campo de batalla. Inozemtsev señaló que la demanda de misiles ha caído mientras aumentan los pedidos de drones, más baratos y eficientes. "La producción de drones es más barata, y los salarios de los soldados no han aumentado en un año. Me sorprendería que el presupuesto creciera en estas condiciones".

Este giro en la estrategia ha convertido la guerra en un laboratorio militar. "La guerra entre Rusia y Ucrania se ha convertido en un enorme campo de pruebas para nuevas armas y tecnologías", señala Tatiana Orlova, de Oxford Economics. Solo en 2024, Rusia ha pasado de fabricar 140.000 drones a 1,5 millones.

Mientras tanto, Rusia vuelve a posicionarse en el mercado global de armas. Rosoboronexport, su principal exportador, reporta una cartera de pedidos récord de 60.000 millones de dólares. Como advierte el brigadier austriaco Berthold Sandtner, aunque el conflicto se estanque o finalice, "Rusia seguirá su camino hacia el rearme".

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