Un país confirma el éxito de su plan de convertir el mar en energía: más de 10.000 kilómetros construidos bajo las profundidades
Una vez más, esta superpotencia busca maximizar todos sus recursos, incluidos los marítimos.

China ha anunciado un avance clave en su estrategia de transformar los recursos marinos en energía. La China National Offshore Oil Corporation (CNOOC) confirmó que el país ya cuenta con más de 10.000 kilómetros de oleoductos y gasoductos submarinos, una red que consolida su liderazgo tecnológico en la explotación energética bajo el mar.
El logro, presentado como un “salto integral” en ingeniería y equipamiento, refleja años de inversión y desarrollo en uno de los sectores más estratégicos para el gigante asiático. Desde el inicio del XIV Plan Quinquenal (2021-2025), China ha instalado más de 1.500 kilómetros de nuevas tuberías, alcanzando profundidades operativas de hasta 1.542 metros, una cifra que marca el paso de operaciones en aguas poco profundas a proyectos en zonas ultraprofundas.
La empresa estatal, principal productora de petróleo y gas marino del país, destacó que este avance ha sido posible gracias a una amplia red de colaboración entre universidades, institutos de investigación y empresas industriales. El objetivo: impulsar innovaciones propias que reduzcan la dependencia de tecnología extranjera y fortalezcan la autonomía energética nacional.
Los conductos construidos varían entre 2 y 48 pulgadas de diámetro, una versatilidad que sitúa a China entre los líderes mundiales en ingeniería submarina. Este desarrollo no solo mejora la capacidad de transporte de recursos, sino que también refuerza la seguridad energética del país al optimizar la conexión entre plataformas marinas y centros de procesamiento en tierra.
Según CNOOC, los avances en materiales, automatización y control remoto han permitido operar con mayor eficiencia y reducir los riesgos ambientales asociados a este tipo de infraestructuras. Además, la compañía asegura que el mantenimiento y la monitorización de los ductos se realizan mediante sistemas digitales y robots submarinos de última generación.
De cara al futuro, la petrolera prevé acelerar la digitalización e inteligencia operativa de su red submarina, así como seguir perfeccionando las técnicas de instalación y reparación a gran profundidad. Estas mejoras serán claves para sostener la expansión energética de China y mantener su posición en la carrera global por el dominio de los recursos marinos.
Con más de 10.000 kilómetros de tuberías tendidas bajo el océano, el país no solo demuestra su capacidad tecnológica, sino también su apuesta por convertir el mar en una fuente estratégica y duradera de energía.
