Una 'chapa' general y un decálogo del 'buen militar' en tiempos trumpistas: lo que ha dado de sí el encuentro de Trump con su cúpula militar
El presidente de EEUU y su secretario de Defensa, Pete Hegseth, han protagonizado una extraña reunión con generales y otros altos mandos.

Donald Trump ha sorprendido este martes —sí, también este martes— con una insólita reunión con generales, otros altos mandos y el secretario de Defensa, Pete Hegseth, en una base de Quantico (estado de Virginia). El encuentro ha dado mucho de sí y, más allá de cuestiones técnicas militares, ha servido para que Trump y su mano derecha regalasen un puñado de ocurrencias, incluido un decálogo de comportamiento del 'buen militar' en tiempos del trumpismo.
A los altos mandos del Ejército de EEUU desplazados a la base del Cuerpo de Infantería de Marina en Quantico les ha mandado un primer aviso, en medio del ruido de posibles ceses en el Departamento de Defensa. "Me reuniré con generales, almirantes y líderes, y si no me gusta alguien, lo despediré en el acto", ha espetado emplazando a futuras reuniones.
En clave de autobombo, ha recordado su decisión de enviar "uno o dos" submarinos nucleares a Rusia después de un cruce de palabras gruesas con Moscú. "Recientemente nos sentimos un poco amenazados por Rusia, así que envié un submarino nuclear, el arma más letal jamás creada".
"Nosotros tenemos aparatos geniales que no permiten la detección, no permiten que nos detecte nadie, ni desde arriba ni desde abajo del agua. Estamos mucho más adelantados que todos los demás en eso y en otras cosas, gracias a la emocionante renovación del espíritu de nuestras propias fuerzas". A su juicio, tanto Rusia como China están "aún por debajo en materia nuclear", aunque "en cinco años estarán igualados".
Por ello, ha querido recordar "francamente" que si llega a darse un conflicto nuclear "tenemos más que nadie; lo tenemos mejor, más nuevo, pero es algo en lo que ni siquiera queremos pensar".
El 'manual' del buen militar en tiempos trumpistas
Antes de tomar la palabra el presidente ha sido Pete Hegseth, secretario de Defensa, el que anunciaba una medida radical dentro de las Fuerzas Armadas estadounidenses. El Gobierno, ha adelantado, impondrá directivas para restaurar el "más alto estándar masculino" a fin de evitar soldados "gordos" y "barbudos".
Dicho estándar aparece en un decálogo de medidas de comportamiento que ha querido desglosar ante la cúpula militar. A partir de ahora, promete el también llamado 'secretario de Guerra', todo miembro, sin importar el rango, deberá realizar exámenes físicos y mediciones "dos veces al año, cada año de servicio". Igualmente se definirán "estándares de aseo personal" para acabar con las "barbas, el cabello largo y las expresiones superficiales e individuales", se incluirá una revisión en "cada forma de educación militar profesional" y se procederán a eliminar las políticas de diversidad, equidad e inclusión.
Sobre esto se ha detenido el responsable militar, porque a su juicio "durante demasiado tiempo se ha ascendido a demasiados líderes uniformados por razones equivocadas: por su raza, por cuotas de género y por supuestos logros históricos".
"Líderes políticos necios e imprudentes se equivocaron de rumbo y perdimos el rumbo. Nos convertimos en el 'Departamento Progresista", ha ironizado el secretario de Defensa, que igualmente ha lanzado su particular ultimátum al generalato. "Si las palabras que estoy diciendo hoy les hacen entristecer el corazón, entonces deberían hacer lo correcto y renunciar", ha pedido.
