Alertan del riesgo inesperado al que se enfrentan los repartidores a domicilio
Las ssociaciones de veterinarios alertan del incremento de las ataques de perros a estos trabajadores y realizan una serie de recomendaciones a dueños y empresas.

Los perros pueden morder a una persona desconocida que se acerca a una casa. bien por por miedo, defensa de su territorio o por una sensación de amenaza. Estas reaccciones naturales, aunque claramente educables y prevenibles por parte de los dueño de las mascotas están provocando numerosos ataques los cada vez más numerosos repartidores a domicilio, tanto de comida como de todo tipo de objetos que compramos por Internet.
Este problema aparece reflejado en diversos estudios, realizados en distintas partes del mundo. Uno de ellas es una encuesta del organismo estadounidense USClaims que revela que el 94% de los repartidores de Estados Unidos han sufrido una agresión por parte de un perro en algún momento de su carrera, de los cuales en un 27% de estos incidentes se requirió la atención médica urgente para el repartidor. Y, por ejemplo, en el Reino Unido, durante 2020 y 2021, se registraron 690 ataques de perros a repartidores en la puerta principal, 520 en jardines o patios, 340 a través de los buzones de correo y 130 en la calle.
En Europa continental, un estudio de la compañía Injury Prevention señala que el 15% de las mordeduras afectan a trabajadores de servicios a domicilio, como repartidores, carteros y técnicos de mantenimiento. Y, en concreto, en España, aunque las dinámicas urbanas y rurales son muy diferentes, el aumento de las entregas a domicilio ha empezado a plantear ya desafíos similares.
Ante este panorama, la Asociación Veterinaria Americana (AVMA, por sus siglas en inglés) ha calificado este problema como una preocupación en crecimientos. De hecho, según sus datos, millones de personas sufren mordeduras de perros cada año, siendo los niños y los trabajadores de servicios a domicilio, como carteros o repartidores, las víctimas más frecuentes.
La AVMA enfatiza que cualquier perro, independientemente de su tamaño, sexo o edad, puede morder si se siente provocado. No es la raza lo que determina este comportamiento, sino la historia individual y las circunstancias de cada animal. Comprender las señales de estrés, como un cuerpo rígido, una mirada fija o un rabo entre las piernas, resulta esencial para prevenir este tipo de incidentes. Si el perro muestra incomodidad, lo más prudente es retirarlo de la situación antes de que escale a un gruñido o una mordedura.
Esta asociacón propone, además, medidas concretas para minimizar riesgos durante las entregas a domicilio. Una de las más efectivas consiste en mantener al perro confinado en una habitación, un transportín o un espacio separado mientras se espera una entrega. Colocar carteles visibles en la entrada de la propiedad, en caso de vivir en chalets, terrenos o fincas, donde se advierta de la presencia del animal, ayuda a estar alertas a los repartidores.
Otra de sus propuesta es notificar a las empresas de mensajería sobre la existencia del perro y proporcionar instrucciones específicas, como dejar el paquete en un lugar designado fuera del alcance del animal, para evitar interacciones directas.
En España, estas recomendaciones hacen referencia específicamente sobre todo a quienes reciben pedidos de comida a domicilio, un hábito cada más común en múltiples casas. Lo que es establecer una zona de entrega fija, como una mesa en la entrada o un buzón de paquetes, impedir que el repartidor entre en contacto con el perro, protegiendo así a ambas partes.