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La experta Gemma del Caño alerta sobre el pescado: "El peligro es romper la cadena del frío"

La experta Gemma del Caño alerta sobre el pescado: "El peligro es romper la cadena del frío"

La intoxicación por histamina se puede producir tanto si se trata de pescado fresco, en lata o ahumado si no se mantiene a la temperatura adecuada.

Una lata de atún.
Una lata de atún.Getty Images

Quizás no sabías que para evitar intoxicaciones con el pescado, debes tener en cuenta un factor importantes, tanto si se trata "de pescado fresco, en lata o ahumado: el peligro de romper la cadena del frío". Lo cuenta la farmacéutica e instagrammer Gemma del Caño en su cuenta (@farmagemma) y explica las razones por las que siempre debemos prevenir controlando el frío sin ninguna excepción.

La manera más fiable para prevenir una intoxicación al comer pescado es mantenerlo siempre por debajo de 4 °C, consumirlo pronto y guardar en frío cualquier conserva ya abierta. Y la más común es la intoxicación por histamina, llamada escombroidosis., advierte la experta. Los síntomas son una reacción del cuerpo que a menudo se confunde con una alergia, aunque su origen no tiene nada que ver. Y es que los pescados acumulan histamina cuando han estado expuestos a temperaturas inadecuadas.

Algo a tener muy en cuenta es que no nos va a servir de nada comprobar que el pescado huele bien o tiene pinta de estar fresco, ya que la histidina no se percibe ni por el olor ni por el aspecto del alimento. Por lo que hay que tener cuidado, por ejemplo, con las conservas o semiconservas ya abiertas si se dejan fuera del frigorífico. Así que mucho ojo con dejar el pescado a temperatura ambiente mucho tiempo para que se decongele o, por ejemplo, con dejarnos la compra en el coche un rato, lo que puede activar la producción de histamina.

En cuanto a los pescados azules que pueden acumular más histamina están el atún, el bonito o la caballa. Con estos existe un mayor riesgo porque, además, aunque se cocinen, no sirve para eliminar la sustancia, que es resistente. En cuanto a otros alimentos en los que puede ocurrir este fenómeno, aunque no tan frecuentemente, están los quesos curados, los embutidos fermentados o los vinos con fermentaciones mal gestionadas. Desde el momento de la ingesta, según esta experta, los síntomas de esta intoxicación aparecen en menos de dos horas y los más comunes son enrojecimiento de la piel, picor, cefalea o molestias digestivas. 

Y lo que ocurre es que "estos tienen histidina, un aminoácido inofensivo, hasta que entran en acción las bacterias (como Morganella, Klebsiella, Proteus, Enterobacter) que transforman la histidina en histamina si el pescado no se mantiene bien frío", añade Gemma del Caño.

Cabe mencionar que lo habitual es que esos síntomas remitan sin complicaciones en la mayoría de los casos, pero si los padecemos en algún momento tras la ingesta de alguno de estos productos, a pesar de haber seguido estas pautas relacionadas con la cadena del frío, es recomendable consultar con un profesional sanitario y, si el alimento procede de un establecimiento, se aconseja comunicarlo allí para que se revisen los lotes afectados, recomiendan los expertos. 

Debemos recordar que este tipo de riesgo de intoxicación no se detecta a simple vista, así como que es totalmente evitable si respetamos la cadena de frío de principio a fin, "porque la seguridad alimentaria empieza en la industria… pero termina en tu nevera", advierte la farmacéutica.

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Soy redactora en HuffPost España, donde escribo de temas sociales y estilo de vida.

 

Sobre qué temas escribo

Hablo cada semana sobre varios temas en los que nos aporta una nutricionista sus consejos para llevar una vida saludable, sigo los temas de okupaciones en todo el mundo e intento reflejar cómo los problemas y las buenas noticias nos afectan ya de forma global con ejemplos de casos de particulares y poniendo el foco en especial en estudios científicos que demuestren todos los avances que estamos viviendo.

 

Mi trayectoria

Estudié Periodismo en la Universidad Complutense e hice el Máster de Periodismo de la UAM/ELPAÍS, así como el de desarrollo de directivos de PRISA y el IESE. He sido jefa de diversas secciones en EL PAÍS, después, directora de comunicación en diversos organismos, pero, sobre todo, lo que me gusta es escribir. Por eso estoy aquí, para contar historias y buscar temas exclusivos para los lectores. Antes de todo esto, mi especialidad fue durante años la educación. Soy madrileña, de padre catalán y abuelos vascos y de las dos castillas, por lo que me siento de toda España y no entiendo tanta confrontación. Y, sobre todo, me considero muy europea. He recibido el Premio de Periodismo de la Fundación Conocimiento y Desarrollo, así como el Premio de Periodismo Educativo Esteban Barcia. He escrito un par de libros sobre El papel de los padres en el éxito escolar de los hijos.

 


 

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