Bo, de 90 años, premiado tras no talar nunca su bosque con 450 euros: "No sabía que veníamos"
Es uno de los pocos propietarios forestales en usar esta táctica.

Bo Nilsson, vecino de Tuna, Suecia y propietario de un pequeño bosque junto a Gallsjön, recibió este domingo un reconocimiento que, según él mismo admitió entre risas, llegó totalmente por sorpresa. “No sabía que veníamos”, contó Ulf Fransson, representante de la Sociedad Sueca para la Conservación de la Naturaleza, al describir la reacción de Bo.
El reconocimiento que le otorgaron fue el Premio a la Conservación de la Naturaleza, dotado con 5.000 coronas suecas que son unos 450 euros. Aunque la cantidad sea simbólica, el gesto busca poner en valor algo mucho mayor que es la forma en que Bo ha cuidado durante décadas un bosque que hoy es un refugio para especies raras.
Una tala especial
A sus 90 años, Bo Nilsson es uno de los pocos propietarios forestales en Suecia que mantiene lo que se conoce como bosque de continuidad. En práctica, esto significa que nunca ha realizado una tala a hecho ––la tala a raso habitual en buena parte del país–– sino que ha aplicado una silvicultura cercana a la naturaleza, un método más lento, más paciente y profundamente respetuoso con el entorno.
En lugar de despejar grandes áreas de árboles para plantar otras nuevas, Bo permite que el bosque se regenere por sí mismo, seleccionando únicamente algunos ejemplares y conservando la estructura completa del ecosistema.
Especies muy inusuales
Esta forma de trabajar ha permitido una biodiversidad excepcional. “Por ejemplo, se ha encontrado garrapata crema, un hongo extremadamente raro, en el bosque. Es uno de los pocos hallazgos en el sur de Suecia”, explicó Ulf Fransson según recoge un medio local.
Además de este hongo, en la zona prosperan insectos, aves y otras especies que normalmente desaparecen cuando se aplican talas extensivas. Según Fransson, la mayoría de los propietarios forestales actuales utilizan métodos industriales que “matan todo el ecosistema porque pocas especies prosperan con talas rasas”. En cambio, el bosque de Bo se ha mantenido “muy bonito, diverso y vivo”.
Un premio con valor histórico
El premio que recibió Bo Nilsson es un reconocimiento local creado en memoria de Lars Gustavsson, un apasionado defensor de la naturaleza de Locknevi, que en la década de 1990 realizó una donación para promover la conservación ambiental. Durante algunos años el premio dejó de otorgarse, pero ahora la Sociedad Sueca para la Conservación de la Naturaleza ha retomado la tradición con el objetivo de entregarlo anualmente.
Cuando Bo vio aparecer a los representantes de la organización, no imaginaba que venían a homenajearlo. “Se sorprendió, se alegró y se sintió orgulloso”, relató Fransson. No era para menos ya que su manera “a la antigua” de cuidar el bosque se ha convertido en un ejemplo de sostenibilidad para la región y, con el tiempo, en un valioso refugio para especies que dependen de ecosistemas intactos.
