Los japoneses son los maestros del arroz por el trucazo que hacen antes de cocinarlo para darle la consistencia sublime
Una lección de paciencia y precisión.

En Japón, el arroz no es solo un alimento básico, es una expresión cultural, un símbolo de respeto y un arte culinario en sí mismo. Desde la forma en que se selecciona hasta la manera en que se sirve, cada detalle importa. Por eso, no sorprende que los japoneses hayan perfeccionado un truco milenario que convierte este grano en una auténtica obra maestra.
El truco está en enjuagarlo cuidadosamente antes de cocinarlo. Este sencillo pero esencial paso, muchas veces pasado por alto fuera de Asia, es el secreto detrás del arroz más delicioso, esponjoso y equilibrado que se sirve en los mejores restaurantes japoneses.
El ritual del arroz
En la cocina japonesa, cocinar arroz es casi un ritual. Se trata de un proceso que combina técnica, respeto por el alimento y una búsqueda constante de perfección. Cada grano es tratado con cuidado, desde su selección hasta su lavado y cocción, para lograr ese equilibrio entre suavidad y ligereza que caracteriza al arroz japonés.
Antes de llegar a la mesa, el arroz pasa por un largo proceso: desde la cosecha hasta su envasado y transporte. Durante este recorrido, los granos pueden acumular polvo, partículas de almidón y otras impurezas. Si no se eliminan correctamente, afectan la textura y el sabor final del plato.
Por eso, los cocineros japoneses jamás omiten el enjuague. Al lavar el arroz varias veces, se elimina el exceso de almidón que, durante la cocción, podría convertirlo en una masa pegajosa y densa. Este paso garantiza que los granos se mantengan sueltos, brillantes y con esa textura elástica tan apreciada.
El paso a paso
El proceso de enjuague es simple, pero requiere atención y delicadeza. Según informa Kuchnia, en la tradición japonesa se debe:
- Verter el arroz en un bol o cacerola y cubrirlo con agua fría.
- Sumergir las manos y frotar suavemente los granos entre los dedos. Este movimiento libera el almidón, enturbiando el agua de inmediato.
- Vaciar el agua turbia y repetir el proceso de tres a cuatro veces, hasta que el agua quede casi transparente.
El resultado
Este pequeño ritual, que no toma más de unos minutos, transforma completamente el resultado final. El arroz enjuagado se cocina de forma uniforme, no se quema fácilmente y absorbe mejor los condimentos y salsas.
El resultado es un grano suave pero firme, ligeramente pegajoso, ideal para comer con palillos o combinar con guarniciones como pescado, verduras o tofu. La textura perfecta del arroz es clave para disfrutar del plato.
