No solo las maletas: las aerolíneas empiezan a pesar también a los pasajeros
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No solo las maletas: las aerolíneas empiezan a pesar también a los pasajeros

Cada kilo cuenta, literalmente.

Hombres pesando su maletaWilllie B. Thomas- Getty Images

Las tarifas adicionales por exceso de equipaje ya son parte habitual de volar: una maleta demasiado pesada o una mochila que no cumple las medidas puede costar caro. Pero ahora algunas aerolíneas han dado un paso más allá: además del equipaje, también pesan a los pasajeros. Aunque pueda parecer una exageración, detrás de esta práctica hay motivos de seguridad muy reales.

La medida no está pensada para humillar ni para cobrar más, sino para garantizar la seguridad del vuelo. La aerolínea estadounidense Cape Air, por ejemplo, opera con pequeños aviones Cessna 402 de hasta nueve pasajeros. En estas aeronaves, cada kilo cuenta. El peso total —de pasajeros, maletas y equipaje de mano— determina el equilibrio y el centro de gravedad del avión. Una distribución incorrecta puede afectar la estabilidad en el despegue o durante el vuelo.

Por eso, antes de embarcar, los pasajeros deben indicar su peso o incluso subirse a la báscula. “La honestidad aquí puede salvar vidas”, explican ex pilotos de la compañía a un medio local. El personal organiza los asientos según las cifras recogidas, distribuyendo la carga de forma que el avión mantenga su equilibrio. Si el peso se concentra demasiado en la parte trasera, por ejemplo, la aeronave podría tener dificultades para elevarse correctamente, lo que pondría en riesgo la seguridad de todos a bordo.

Lo que en un gran avión apenas se nota, en una aeronave ligera puede ser decisivo. Un cálculo de peso incorrecto o una estimación poco precisa bastan para alterar el centro de gravedad. Los expertos advierten que, si se sobrepasa el límite o el peso se distribuye mal, podrían producirse situaciones críticas, incluso accidentes. Por ese motivo, Cape Air también solicita el peso de los bebés y del equipaje de mano: cada kilo debe registrarse con exactitud.

Los pasajeros de vuelos transatlánticos o de aerolíneas grandes pueden estar tranquilos: las compañías que operan aviones de fuselaje ancho —como Finnair, Air New Zealand, Korean Air o Bangkok Airways— realizan pesajes únicamente con fines estadísticos y de manera anónima. El objetivo es ajustar los cálculos de combustible y balance de vuelo, no evaluar a los viajeros individualmente.

En cambio, las aerolíneas de bajo costo como Ryanair o Eurowings todavía no aplican esta práctica. Pero, dado su historial de tarifas creativas, no faltan quienes temen que el “peso del pasajero” pueda convertirse algún día en una nueva excusa para cobrar extras.

Por ahora, los viajeros pueden seguir relajándose en sus asientos sin preocuparse por la báscula. Pero en los pequeños aviones regionales, la seguridad manda: allí, cada kilo cuenta —literalmente—.

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