Un García Lorca inédito y en movimiento, escondido en una lata de betún
TVE desvela unas imágenes, localizadas por el director Manuel Menchón mientras indagaba para un documental, en las que se ve al poeta y dramaturgo granadino con su compañía, La Barraca. Un Federico sonriente en los años 30, antes de la guerra.
De Federico García Lorca queda una obra colosal y formidable, hecha de poemas y obras de teatro. Lo que hay son pocas imágenes y, menos aún, en movimiento. Por eso el hallazgo presentado ayer por TVE tiene el valor de lo inédito y, también, de lo inesperado: la cadena pública de televisión desveló unos segundos apenas de una grabación en blanco y negro, registrada en los primeros años 30 del pasado siglo, en la que se ve al escritor granadino junto a sus compañeros de la compañía teatral La Barraca. Sonriente, despreocupado, mira con el cristal trasero de una furgoneta.
Según explica en su noticia Carlos del Amor, se trata de un hallazgo del cineasta Manuel Menchón. "Para preparar su documental La voz quebrada, que estrenará en 2026, el realizador ha realizado una labor de investigación que la ha llevado a encontrar un tesoro absoluto: en el archivo privado de la familia Menéndez-Pidal, dentro de una lata de betún, se hallaba material inédito que ha podido ser restaurado", explica. Un tesoro.
Menchón, entrevistado para el Telediario, resume en una frase la conmoción que vivieron al ver qué tenían entre las manos. "Cuando abrimos la lata del fotoquímico, que era de los años 20, y vimos el rostro de Federico mirándonos, fue un escalofrío". "Teniendo la tecnología de 2025 y pudiendo digitalizarla a 6K o 4K descubres otra imagen totalmente diferente desde el material virgen", añade.
En el diario Ideal recrean también con magia ese instante. "Ojalá esté aquí Lorca", fue el deseo formulado por el cineasta. Les explica Menchón que estaba con "tres hermanas, tres señoras ya jubiladas", que le explicaron que todo seguía como lo dejó el abuelo Gonzalo, historiador. "Nadie había abierto los armarios ni rebuscado en los 1.500 fotoquímicos que se repartían por los estantes. Manuel pensó en 'Cinema Paradiso', en la facilidad con la que arden esas películas. Era junio y hacía calor. Mucho calor. Pero la habitación era húmeda y fría, así que comenzó a bucear por los rollos con un mimo exquisito. Horas más tarde apareció una lata de betún con tres letras escritas a mano en el lateral: F. G. L.".
Menchón expone al diario granadino que abrió la lata, desplegó el rollo, sacó el móvil, tomó una fotografía del negativo e hizo zoom. "Fue como ver un fantasma. Lo primero que vi fue la sombra de Federico en el escenario de La Barraca. Solo que aquí no había que intuir nada: veía perfectamente su cara. Era él. Lo encontré", explica. Ahora tiene un material único para su documental.
A la busca
Lorca sigue siendo el poeta sin tumba. Fue ejecutado en un camino rural situado entre Víznar y Alfacar (Granada), junto a otras personas detenidas, alrededor de las 4:45 de la madrugada del 18 de agosto de 1936, aunque la fecha exacta sigue siendo objeto de debate, mencionándose también el 17 o el 19 de agosto.
El crimen fue perpetrado supuestamente por fuerzas del régimen franquista, incluyendo miembros de la Guardia Civil española. Ramón Ruiz Alonso, un activista de derechas y tipógrafo, fue identificado como la persona que lo delató.
Un informe policial de 1965 reveló que las razones esgrimidas para su ejecución fueron ser "socialista y masón", además de atribuirle "prácticas de homosexualismo". Su ideología republicana y su condición de homosexual fueron factores clave en su persecución y muerte, a lo que se añaden, según otros investigadores, rencillas pasadas de familia por su obra La casa de Bernarda Alba, que no gustó a los que le sirvieron de inspiración.
Su cuerpo, al igual que los de otros fusilados, fue enterrado en una fosa común, se cree que en el barranco de Víznar, pero a día de hoy, los restos aún no han sido localizados ni identificados oficialmente, por lo que podría estar en otro punto. Se supone que está enterrado junto a Dióscoro Galindo, maestro, y los banderilleros Francisco Galadí y Joaquín Arcollas.
El asesinato de García Lorca se considera uno de los crímenes más atroces y simbólicos de la Guerra Civil española, silenciando a uno de los autores más importantes de la literatura española.