El rey Juan Carlos recuerda emocionado una conversación clave con la princesa de Asturias, pero lanza un reproche a Leonor y Sofía tras alabar a Irene Urdangarin
En uno de los pasajes de 'Reconciliación', el emérito habla sobre una bonita charla telefónica con su nieta, entre otros temas familiares.
El rey Juan Carlos busca con Reconciliación contar su propia historia y acercarse a su familia y a los españoles para tratar de superar sus años más bajos. ¿Lo logrará? Teniendo en cuenta algunas de las cosas que cuenta y cómo las cuenta, no tiene pinta de que lo vaya a conseguir, al menos no con los reyes Felipe y Letizia, la princesa Leonor y la infanta Sofía, con los que más distanciado está y a los que suelta más dardos.
El emérito ha lamentado el poco trato que pudo tener con sus nietas Leonor y Sofía, en contraste con el que tuvo y tiene con sus restantes nietos, aunque sí valora algunos detalles ocurridos cuando sí ha podido verlas o hablar con ellas. Así lo destaca en sus memorias en referencia a una conversación telefónica mantenida con su hijo Felipe al que se unió su nieta Leonor antes del verano de 2021, en un momento clave para la princesa de Asturias.
"Las pocas llamadas de mi hijo me reconfortaron enormemente. Me emocioné cuando me pasó por teléfono a su hija mayor, Leonor, que quería anunciarme ella misma sus buenas notas y su próxima partida hacia Gales, a un colegio UWC", señaló Juan Carlos I. En aquel entonces la princesa de Asturias finalizó la ESO con buenas calificaciones y consiguió ser admitida en el UWC Atlantic College de Gales para cursar allí el Bachillerato Internacional, que fue efectivamente lo que hizo en los dos años siguientes.
En Reconciliación, Juan Carlos de Borbón manifestó su alegría por su vinculación con la institución educativa: "Me sentí encantado con esa elección porque, por petición de Lord Mountbatten, había sido presidente de honor de esa red de colegios en España". Lord Mountbatten era el tío y mentor del duque de Edimburgo y también fue muy cercano a Carlos III. Parece que también tuvo mucho trato con el rey Juan Carlos, con el que estaba emparentado.
Menos contento quedó casi un año después cuando realizó su primera visita a España desde su exilio en Abu Dabi. Después de pasar por Sanxenxo llegó a La Zarzuela, donde nada fue como esperaba: "Con el corazón pesado llegué para reunirme con mi hijo cara a cara. Los miembros del personal de la Casa Real me esperaban, pero no les permitieron saludarme y fueron enviados de nuevo a sus tareas. Me decepcionó no volver a ver sus sonrisas cálidas. No hubo platos ni vinos especiales, solo una comida sencilla para el invitado en que me había convertido".
En aquella ocasión vio a la infanta Sofía, que se unió al almuerzo al salir del colegio, pero no de Leonor, que estaba en Gales por aquel entonces. Meses más tarde falleció Constantino de Grecia, hermano de la reina Sofía, lo que congregó a los Borbón y Grecia casi al completo en Atenas. Solo faltaron la princesa Leonor y la infanta Sofía, un detalle que reprocha su abuelo.
"Estaban allí mis tres hijos y todos mis nietos, salvo las dos hijas de Felipe. Leonor, que estudiaba en el Reino Unido, y Sofía, en Madrid", comenta Juan Carlos I, que da así la excusa por la que las hijas de los reyes no viajaron a Atenas el 16 de enero de 2023. Sin embargo, añade lo que hizo Irene Urdangarin, de la misma edad que la princesa Leonor, para estar presente en el adiós al último rey de los helenos.
"La hija menor de Cristina, Irene, en último curso de secundaria en Ginebra, se las arregló para venir sin faltar a clase, haciendo escala en Amsterdam y llegando pasada la medianoche. 'Para mí es importante venir al funeral de mi tío abuelo' me dijo. Me conmovió profundamente. Y a mi esposa Sofi, aún más".
¿Quería dejar bien a su sexta nieta? Es evidente. Una joven de entonces 17 años que hace todo lo posible para viajar de Suiza a Grecia para pasar tiempo con su familia en un momento difícil. Lo malo es que hacerlo después de haber recordado la ausencia suena a reproche hacia Leonor y Sofía.
Para finalizar ese asunto, Juan Carlos I se alegra de que pese a ser un funeral, hubo un "ambiente cálido. Hacía mucho tiempo que no estábamos todos reunidos en familia". Eso sí, no tardan en volver los lamentos: "No tuve ocasión de mantener una conversación a solas con mi hijo o con mi esposa. No era el lugar ni el momento".